El Gobierno de Pedro Sánchez propone incrementar la ambición en renovables y plantea que las energías limpias cubran el 81% del consumo de electricidad en 2030, frente al 74% planteado en el plan energético que elaboró en 2020, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 32%, frente al 23% planteado inicialmente.
En la nueva hoja de ruta que ha remitido a Bruselas, un extenso documento de unas 600 páginas, el Ejecutivo plantea que el porcentaje de renovables en el consumo de energía final se sitúe en el 48% en 2030, tres puntos por encima del 45% que plantea la Comisión Europea, y por encima del 42% que se había fijado hasta ahora España.
El aumento de esa ambición se justifica porque así lo establece la Ley de Cambio Climático, por los nuevos objetivos del paquete Fit for 55 de la Comisión Europea, y por el impacto de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que prevé destinar a la agenda verde el 40% de los 70.000 millones asignados a España.
Estos nuevos objetivos figuran en la revisión al alza recogida en el borrador de actualización del Plan Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) que el Consejo de Ministros acordó remitir el martes a la Comisión Europea y que se somete a consulta pública hasta el 4 de septiembre.
El documento es eso, un borrador, que puede cambiar de aquí a un año. La hoja de ruta energética para la próxima década está por tanto sujeta a una elevada incertidumbre, dada la cercanía de las elecciones generales del próximo 23 de junio. La versión definitiva no se espera hasta mediados de 2024.
Pero su actualización, tras el shock de la guerra de Ucrania y el incremento de la ambición de la UE para reducir sus emisiones y su dependencia del gas ruso, era un compromiso que debía estar sobre la mesa de Bruselas antes de fin de mes.
El documento contempla un objetivo de dependencia energética del 51% en 2030, frente al 61% del plan anterior, con un ahorro en importaciones de combustibles fósiles de 90.700 millones de euros. Para ello, se prevé un importante aumento, superior al 33%, en la potencia instalada del parque de generación eléctrica, que en 2030 pasaría a tener 214 gigavatios (GW) instalados, frente a los 160 GW del PNIEC vigente.
De esa cifra total de potencia, las renovables coparían 160 GW, frente a los 113 GW del PNIEC actual, con la instalación de 105 GW de nueva potencia a lo largo de la década (frente a los 59 GW del plan anterior).
Con la fotovoltaica consolidándose como la fuente de generación más barata, el nuevo escenario que dibuja el documento es contar en 2030 con 76 GW de esta tecnología (37 GW más que en el plan anterior), incluyendo 19 GW de autoconsumo, frente a los 9-14 GW que hasta ahora contemplaba la hoja de ruta del Gobierno.
Además, se contemplan para 2030 un total de 62 GW de eólica (50 en el PNIEC anterior), incluyendo 3 GW de eólica offshore. Los objetivos para los ciclos combinados de gas se mantienen. Y también el apagón progresivo de la nuclear hasta 2035, que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha prometido abortar si llega a Moncloa alargando la vida de los reactores.
El documento también propone contar en 2030 con 22 GW de almacenamiento energético. En esta cifra se incluye el bombeo y las baterías, y también la energía termosolar, cuyos objetivos se rebajan respecto al plan vigente, con la expectativa de alcanzar ya al final de la década 4,8 GW, frente a los 2,3 GW actuales y los 7,3 GW que se preven en el PNIEC todavía vigente. Y se adelanta el cierre del carbón, que ya en 2025 ya no tendría presencia en el mix. En el caso de otra tecnología incipiente, el biogás, el objetivo es contar con 440 MW, frente a los 241 MW que se contemplaban hasta ahora.
Además se incrementa la ambición de objetivos en rehabilitación de viviendas, con 1,38 millones de unidades para 2030, frente a los 1,2 millones del PNIEC vigente. Y se introducen nuevos objetivos, como consumir un 73% de energía renovable en los edificios, alcanzar 11 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde, o los nuevos objetivos de autoconsumo.
También se incrementa un 10% el objetivo de vehículos eléctricos en el parque móvil, que pasa de 5 millones a 5,5 millones en 2030. Y se contempla en líneas generales una mayor electrificación a través de, por ejemplo, las bombas de calor, con una demanda esperada de 316 GWh para 2030, frente a los en torno a 250 GWh actuales.
En cuanto al impacto socioeconómico del PNIEC, las inversiones estimadas se cifran en 294.000 millones de euros, con un incremento del 27% frente a los 231.000 millones del plan anterior, un aumento en el PIB del 2,5% y un impacto de entre 25.200 y 34.700 millones de euros entre 2025 y 2030.
El plan, según el Ministerio para la Transición Ecológica, permite “reforzar la cadena de valor industrial y la autonomía estratégica del país, crear más de 500.000 empleos y mejorar la salud de los ciudadanos”, evitando la mitad de las muertes prematuras asociadas a la contaminación atmosférica al final de la década con respecto a 2019.