El Congreso de los Diputados pone este martes punto final a tres semanas en la comisión de investigación sobre la crisis financieras en las que el proceso de Bankia ha copado todo el protagonismo. El último compareciente, antes de pasar en julio a estudiar el caso de Banco Popular, ha sido el actual presidente ejecutivo, José Ignacio Goirigolzarri, que llegó al cargo pocas semanas antes del rescate de la entidad.
El directivo ha defendido que el rescate realizado a Bankia en 2012 fue “acertado” aunque no se recuperen todas las ayudas públicas. “No se rescató a la banca, se rescató a las personas, los depositantes”, ha argumentado el directivo. El ejecutivo ha señalado que aunque no se recuperasen todas las ayudas públicas sería igualmente positivo, ya que las alternativas habrían sido mucho más costosas.
Goirigolzarri ha defendido en su participación en la comisión de investigación que Bankia debe ser privatizada. Sin embargo, ha reconocido que “ahora no es buen momento” puesto que, según ha defendido, la banca está siendo castigada en Bolsa por los bajos tipos de interés. “No tenemos un agobio de tiempo, pero tampoco se puede eternizar el proceso”, ha argumentado el directivo. Ha añadido que todavía es temprano para decidir si hay que ampliar el plazo para la desinversión del FROB, prevista para finales del próximo año.
El presidente de Bankia ha señalado que la función de banca pública de la entidad debe limitarse exclusivamente a generar valor para poder devolver ayudas a los contribuyentes. Respecto a la posibilidad de utilizar a Bankia, con más de un 60% en manos del Estado a través del FROB, como un mecanismo para generar productos y servicios bancarios contracíclicos en materia de crédito con objetivos sociales, ha argumentado que sería un “despropósito”. “Me sorprende que se tenga esta discusión y que tengamos tan poca memoria”.
El directivo ha subrayado que “no existen ejemplos” de que en entidades como Bankia se hayan realizado este modelo de banca pública. Según ha argumentado sería un método que abocase al banco “a la desaparición o el rescate” porque se tomarían más riesgos que el resto de bancos.
Un proceso de rescate en el que el máximo responsable de la entidad ha mostrado sus diferencias. En concreto, ha señalado que cuando llegó al cargo el Banco de España le solicitó que elaborara un plan de saneamiento de la entidad y que fue presentado en mayo de 2012, mostrando una necesidad de capital de 19.000 millones.
Sin embargo, el rescate a la banca española en junio de ese año “trastocó totalmente nuestros planes y supuso un cambio radical en los calendarios”, ya que el directivo preveía que fuera abordado “en un plazo breve. Sin embargo, el plan de rescate observó la necesidad de más de 24.000 millones (17.000 millones de ellos con inyección pública) no fue finalmente aprobado hasta noviembre. ”Nuestro plan está tal vez archivado en algún sitio“, ha lamentado.
El directivo ha subrayado que “no estaba de acuerdo” con el descuento que se hizo a preferentistas ni con el número de oficinas a cerrar. Sin embargo, ha señalado que la alternativa era la inyección de mayor capital y que por tanto el plan de reestructuración pasaba a ser también su plan.
Goirigolzarri también ha criticado la política de fusiones que se llevó a cabo durante los años de crisis financiera. “Las fusiones entre entidades débiles dan lugar a bancos con más problemas”, ha argumentado. El directivo considera que “tiene sentido” si es una entidad grande la que integra a una pequeña con problemas. “Es lo que nos ha demostrado la experiencia”.
Respecto a la situación que encontró a su llegada, Goirigolzarri ha señalado que la entidad en mayo no tenía auditadas sus cuentas del año 2011. Además ha destacado que cuando la empresa salió a Bolsa, BFA, la matriz de Bankia, tenía valorada su participación en 12.000 millones de euros, mientras que a 30 de abril “no alcanzaba los 2.500 millones”. Además, la valoración de BFA realizada por la banca internacional, era de un valor negativo de 13.635 millones.
El ejecutivo ha señalado en su comparecencia inicial que una de las principales tareas a su llegada al banco era la formulación de unas cuentas individuales y consolidadas que pudieran finalmente aprobadas por el auditor.
La tercera de las tareas hacía referencia al gobierno corporativo de la entidad que necesitaba una “mejora radical”. Este cambio se realizó buscando la “profesionalización, simplificación y austeridad”. Esto se tradujo en la eliminación de 800 consejeros externos en las distintas filiales de la entidad y el ahorro de siete millones de euros anuales.
Goirigolzarri ha defendido que la reestructuración ha dado como resultado una entidad “solvente” y que gana clientes. Por ello, señala que el objetivo es seguir mejorando “los excelentes resultados” y generar capital para aportar 2.500 millones de euros en los tres próximos años en retribución al accionista. “Es el mejor medio para conseguir devolver las ayudas que los contribuyentes nos concedieron”, ha señalado. “Es el objetivo más importante que tenemos”, ha destacado.
Para concluir su intervención, el directivo ha argumentado, ya en un plano general, que el sector “ha cometido errores que se deben reconocer” aunque en los últimos años ha habido “una enorme mejora de nuestras prácticas. Pese a ello, ha asegurado que ”se mantiene una sombra de sospecha“ sobre la banca que puede llevar a tomar decisiones que a corto plazo ”sean aplaudidas“, pero que en el largo plazo ”afectarán negativamente al bienestar de los ciudadanos“.