Hay algunos inquilinos cuya identidad brilla por sí sola y algunos caseros que son mucho más que un simple arrendador. Eso es lo que le pasa al gigante estadounidense Google, que paga al fundador de Inditex, Amancio Ortega, más de 1,11 millones de euros por el alquiler de sus oficinas centrales en España, situadas en la planta 26 de la Torre Picasso de Madrid, según figura en las cuentas anuales de Google Spain del ejercicio 2012.
La empresa del popular buscador explica en su informe anual que firmó el contrato de alquiler de sus oficinas de Torre Picasso en julio de 2006. Un acuerdo que renovó en 2011 y que se mantendrá en vigor hasta el 31 de mayo de 2017. En cuanto a los detalles del contrato señala que, desde junio de 2012, su renta de alquiler se calcula en base a un precio de 28,5 euros por metro cuadrado y mes, con un IVA aplicable del 21%.
Pero hay detalles aún más curiosos, como que Google asume el pago de una fianza de 216.012 euros en concepto de Comunidad de Propietarios de sus oficinas en AZCA, la principal área financiera de la capital, pese a que las grandes entidades como Santander o BBVA han preferido instalarse en la periferia. Un año antes, en 2011, la filial del gigante californiano pagaba por este concepto casi la mitad, cerca de 105.000 euros. Además, Google tenía en España, a 31 de diciembre de 2012, un segundo inmueble en alquiler, situado en la calle Solidaridad de Getafe, por el que paga una renta de más de 36.000 euros.
Amancio Ortega es dueño de Torre Picasso desde finales de 2011. Se la adquirió al grupo constructor FCC, cuyo principal accionista es Esther Koplowitz. El fundador de Zara cerró la compra a través de su sociedad inmobiliaria Pontegadea por 400 millones de euros, según informó entonces FCC. Hasta la construcción del complejo de las Cuatro Torres en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, la Torre Picasso era el principal inmueble de referencia de la capital en cuanto a edificios de oficinas se refiere. Y sigue siendo el más caro ya que, según fuentes del sector inmobiliario, el precio por el alquiler de las Cuatro Torres se sitúa entre 20 y 25 euros por metro cuadrado, dependiendo de cuál de los cuatro inmuebles se trate.
La Torre Picasso está situada en las inmediaciones de Nuevos Ministerios. Fue creada por el arquitecto estadounidense de origen japonés Minoru Yamasaki, el mismo que ideó las Torres Gemelas de Nueva York. El inmueble comenzó a construirse a principios de la década de 1980, consta de 43 plantas habitables y, en conjunto, alrededor de 71.700 metros cuadrados de superficie de oficinas. Por este espacio, si todos sus inquilinos pagasen lo mismo que Google (28,5 euros por metro cuadrado), Amancio Ortega obtendría por su alquiler más de 24,5 millones de euros cada año. Otras empresas con oficina en la torre madrileña son, por ejemplo, Bank of America o la firma de inversión BlackRock.
Discrepancias con Hacienda y Protección de Datos
Discrepancias con Hacienda y Protección de DatosMás allá de detallar el alquiler de sus oficinas en España, Google desvela en sus cuentas del pasado ejercicio otros aspectos sobre cómo opera su negocio en España. En cuanto a la evolución de sus ventas, la filial ingresó en 2012 más de 41,6 millones de euros, un 8,6% más que en el ejercicio anterior. Pese a este repunte, Google Spain tuvo unas pérdidas de 1,4 millones de euros tras tener que ponerse al día con Hacienda. Google explica que el 16 de enero de 2013 dio carpetazo a las “actuaciones inspectoras” que la Agencia Tributaria le abrió por sus declaraciones de 2006, 2007 y 2008, a causa de discrepancias en conceptos tributarios como las retenciones por los rendimientos de trabajo, o los Impuestos de Sociedades e IVA.
Finalmente, las discrepancias con la Agencia Tributaria se han saldado, ya que Google “recibió un acuerdo de terminación de procedimiento inspector en materia de retenciones a cuenta (imposición de no residentes)”, reconoce en el informe. Por ello, la compañía asume en sus cuentas un gasto por impuesto corriente de 1,9 millones, cifra que ha reducido hasta 1,1 millones de euros gracias a que sus cuentas con Hacienda en el último ejercicio le salieron a devolver en 454.000 euros y a las retenciones y pagos a cuenta por más de 352.000 euros.
Sin embargo, puede que aún no esté todo saldado, porque Google reconoce que aún tiene “abiertos a inspección” impuestos como IVA, IRPF, Sociedades y Aduanas entre 2008 o 2009 y hasta 2012, así como los pagos a la Seguridad Social entre 2008 y 2012.
Además, el buscador asume otro frente abierto porque reconoce que, el 20 de junio de 2013, la Agencia Española de Protección de Datos le comunicó “la apertura de un procedimiento sancionador por su política de privacidad” y señala que, “a la fecha de formulación de estas cuentas, dichos procedimientos continúan en curso”.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) explica que el objetivo de este procedimiento es esclarecer si la unificación de la política de privacidad que llevó a cabo la multinacional en 2012 cumple con la legislación española. Por ejemplo, la AEPD señala que Google no informa claramente sobre el uso que va a hacer de los datos que recoge de sus usuarios ni si combina esta información personal con la de terceros para utilizarla para otras finalidades.
También apunta que la dueña del buscador online puede estar guardando la información de los usuarios por un periodo de tiempo indeterminado o injustificado. Este procedimiento forma parte de un proceso global sobre la política de privacidad de Google que se está llevando a cabo en varios países europeos (Alemania, Francia, Holanda, Italia, Reino Unido y España).
El procedimiento sancionador imputa a Google Spain y Google Inc. la presunta comisioÌn de cinco infracciones graves de la LOPD, sancionables con multas de 40.001 euros a 300.000 euros por la falta de proporcionalidad en el tratamiento de datos y la ausencia de finalidades
Refacturación ‘Made in Ireland’
Refacturación ‘Made in Ireland’Las cuentas de la filial española de Google, que cuenta con un capital social de 3.006 euros, también llaman la atención por sus elevados gastos de personal. En concreto, la filial del grupo con sede en Mountain View destina, prácticamente, la mitad de sus ingresos a gastos de personal: 22,4 millones de euros. Apartado que incluye tanto los conceptos de sueldos y salarios (16,9 millones) como aportaciones a planes de pensiones, valoradas en más de 784.000 euros. Además, la partida de gastos de personal se incrementó el pasado año en casi 2,4 millones tras aumentar, aunque muy ligeramente, su plantilla y a pesar de haber recortado su máxima dirección.
Según la memoria que Google Spain remite al Registro Mercantil, al cierre del último ejercicio contaba con 135 empleados (73 hombres y 62 mujeres) frente a los 130 que tenía en nómina un año antes (70 hombres y 60 mujeres). Al mismo tiempo, señala que redujo a dos el número de integrantes de su consejo de administración, “un hombre y una mujer”, apunta sin dar más detalles, “mientras que en 2011 eran cuatro, los cuales eran todos hombres”, indica.
Junto con la partida de gasto de personal, llama la atención la suma que Google España destina a publicidad, propaganda y relaciones públicas, alrededor de 10 millones de euros. Asimismo, asume que sus gastos de investigación y desarrollo se realizan por cuenta de su matriz y el pasado año invirtió en ellos 2,77 millones de euros.
En cuanto a la forma de operar de la compañía, hay que recordar que a Google se la ha señalado en varias ocasiones por llevar a cabo una operativa contable que le permite facturar desde Irlanda los ingresos que logra en España. La compañía del buscador señala en sus cuentas que lleva a cabo una “refacturación de costes” por la que, de los 41,6 millones que en 2012 ingresó en España, 2,7 millones se refacturaron a la matriz Google Inc; y 38,86, a Google Irelanden 2012 .
La filial española señala que ella “presta a las entidades vinculadas mencionadas anteriormente servicios de marketing y demostración de productos y servicios de investigación y desarrollo, bajo los términos y condiciones comerciales normales del mercado”. Además, apunta que la sociedad factura por los servicios prestados a las anteriores compañías en base a los costes incurridos en la prestación de los mismos más un margen de beneficio del 8% o el 10%, según corresponda, conforme a los acuerdos establecidos entre ambas sociedades“. Acuerdos que, matiza, tienen una duración inicial de un año pero que se renuevan automáticamente por periodos anuales si alguna de las partes no dice lo contrario.