Las grandes empresas pagaron menos impuestos el año previo a la pandemia pese a ganar un 16% más
Las 232 empresas españolas que facturaron más de 1.000 millones de euros en 2019, el año previo a la pandemia, pagaron en impuesto sobre Sociedades 5.391 millones de euros. Supone una caída del 3% frente a los más de 5.500 millones de euros que habían abonado un año antes, pese a haber ganado un 16% más que en 2018, hasta los 118.000 millones. Así figura en la actualización de los datos de este impuesto publicados por la Agencia Tributaria este jueves para el año 2019.
Con ello, estas grandes compañías se anotaron un tipo efectivo de Sociedades sobre el beneficio del 4,57% en 2019, frente al 5,47% que abonaron en 2018 o el 6,7% de 2017. Si se toma el tipo mínimo sobre la base imponible, que resulta de un beneficio al que se le realizan distintos ajustes, el porcentaje sube hasta el 18,59%, frente al 19,28% que se alcanzó en 2018.
Aquí se encuentra una de las disputas habituales a la hora de analizar este impuesto. La Agencia Tributaria señala que se pueden hacer análisis sobre ambos tipos efectivos, pero prefiere el primero (sobre beneficios), al considerar que tiene distintas ventajas, al ser el modo en que se calculan otros impuestos, como el IRPF, o permite comparar con otros países, eliminando el impacto de las distintas regulaciones. Por contra, las grandes empresas suelen rechazar que se hable del tipo efectivo sobre el beneficio, que les deja mal paradas, al entender que ya pagan por esos beneficios en otros países en los que operan.
Sin embargo, los informes 'País por país' que elabora la Agencia Tributaria con metodología de la OCDE muestran cómo las grandes empresas se sirven de determinadas geografías, incluso dentro de la UE, para pagar menos impuestos por su actividad en el exterior. Es el caso de países como Luxemburgo o Malta.
El impuesto de Sociedades es uno de los temas pendientes que tiene el Gobierno en la futura reforma fiscal, tal y como ha reconocido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado. Montero comparó este impuesto con un queso gruyere, al que los numerosos beneficios fiscales que se le aplican hace que su recaudación mengüe sustancialmente. De hecho, la incorporación de un tipo mínimo de Sociedades en los próximos presupuestos se ha reconocido como una medida que apenas tendrá impacto en las cuentas públicas y que es un “retoque” al que hará falta una reforma más ambiciosa.
No solo las empresas de más de 1.000 millones de facturación tienen un tributación efectiva baja. Las 213 empresas que tienen cifras de de negocio entre 500 millones y 1.000 millones pagaron el 7,39%. Sin embargo, en el lado opuesto se encuentran las empresas que facturan entre 4 y 5 millones de euros, que son las que más pagan, con el 20,6% de tipo efectivo.
La baja tributación de las grandes empresas provoca que el tipo efectivo general en España sea también sustancialmente menor. En 2019 se situó en el 9,09%, pese a que existe un tipo general del 25% en España, con algunas excepciones. En 2018 esta cifra era del 9,49% y dos años antes superaba el 10,7%, lo que da muestra de que sigue menguando durante los últimos ejercicios fiscales.
Con ello, se produce un desequilibrio en España entre lo que supone para la recaudación tributaria la actividad de las grandes empresas y su participación sobre el total del beneficio. En 2019, las empresas de más de 1.000 millones de euros de facturación supusieron el 46% de los beneficios de las sociedades españolas. El peso en 2018 era del 42%. Sin embargo, apenas supone el 23% de la recaudación tributaria el año previo a la pandemia, frente al 24% de 2018.
De este modo se comprueba la gran diferencia entre lo que aportan sobre el total las empresas según su tamaño. Si la comparación se hace con respecto al número de empleados, las empresas de más de 5.000 trabajadores son las que tienen un tipo efectivo sobre beneficio más bajo de todas: el 2,91%. Las pequeñas, sin embargo, tienen un tipo efectivo de más del 17%, lo que supone casi ocho veces más.
Por sectores, son las entidades de crédito las que tienen un tipo efectivo más bajo, según los datos de la Agencia Tributaria. Se sitúa en el 3,96%. Le sigue la construcción y las actividades inmobiliarias, con un tipo efectivo del 8,86%. Por contra, los servicios sociales y los de ocio tienen un tipo efectivo que supera el 17%, lejos de las de menor tributación.
Montero ha fijado como prioridades en el futuro para este impuesto revisar las distintas deducciones y bonificaciones a las que se pueden acoger las empresas. Para el próximo año, los Presupuestos Generales del Estado contemplan 5.674 millones de euros en beneficios fiscales en el Impuesto sobre Sociedades, un 51% más que en el año anterior. El proyecto de presupuestos lo achaca a la mejora de la actividad empresarial, que provoca a su vez más beneficios fiscales.
Los presupuestos contemplan que para el año 2022 la recaudación por el Impuesto sobre Sociedades rondará los 24.400 millones de euros, con un incremento del 11,8% respecto a este año. Pese al avance, los datos de este tributo no se encuentran, ni de lejos, cerca de sus máximos históricos, una cota que se prevé superar con el IVA o el IRPF. Si se acude a las series históricas de este impuesto hay que acudir hasta 2007 para encontrar el mayor registro. Entonces, Sociedades aportó 44.000 millones de euros, un 22% de la recaudación tributaria del Estado. Para el próximo año, esos 24.400 millones suponen el 10,5% del total. “No parece lógico que los beneficios empresariales solo contribuyan a la tarta total en la medida en la que lo hacen hoy”, señaló la responsable de Hacienda.
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