El BCE ha decidido mantener el mismo cerco al sistema financiero griego. Ante la decisión de mantener, ampliar o cortar la línea de liquidez de emergencia que ofrece este organismo a los bancos griegos, el Consejo de Gobierno ha decidido mantenerla con el tope de 89.000 millones de euros que ya había marcado tras el anuncio de referéndum. El movimiento del organismo europeo llega en un momento complicado para la viabilidad financiera de Grecia donde se vive un corralito que únicamente permite sacar 60 euros diarios y con la mayor parte de sus bancos cerrados, a excepción de unas pocas oficinas abiertas para que los jubilados cobren su pensión.
El regulador bancario europeo, por su parte, se ha visto obligado a hacer un encaje de bolillos para compaginar la estabilidad del Eurosistema con la presión ejercida sobre el Gobierno de Alexis Tsipras y las negociaciones para un posible nuevo rescate. Por un lado, la decisión de rebajar o incluso cortar esta financiación de emergencia hubiera puesto a los bancos griegos -que ya se encuentran en una situación complicada- un paso más cerca de la quiebra, algo que complicaría la situación del Euro. Por otro, la aplicación de un incremento en la línea de crédito hubiera sido una solución que no gustaría a los socios más duros con la situación griega además de ir contra la propia normativa del organismo.
La opción más diplomática, por calificarla de alguna manera, era la finalmente escogida. Así, el BCE ha decidido mantener el tope de 89.000 millones de euros de las líneas de provisión urgente de liquidez, conocidas por sus siglas en inglés como ELA. Un límite que el organismo ya anunció tras la convocatoria del referéndum por parte del Gobierno griego el pasado domingo. El BCE apuntaba en ese momento que esta cantidad podría ser revisable, aunque finalmente ha decidido mantenerla.
Sin embargo esta solución no estaba tan clara y generaba dudas dado que Grecia es un país que ya ha impagado al FMI y que además lo ha hecho al Eurosistema, con un impago de un préstamos de 457 millones al Banco Central de Grecia. Así las cosas, mantener la línea de crédito a Grecia podría haberse tomado como una decisión contra la normativa del propio BCE. Aunque existía la posible solución para evitar mayores recortes del límite de esta línea de crédito de emergencia y evitar males mayores en la Zona del Euro, como que el BCE invocara el llamado “principio de proporcionalidad” que permite a las instituciones europeas las consecuencias finales de sus decisiones. Así amparándose en este principio, es posible saltarse la normativa de la UE que le haría imponer mayores límites con el objetivo de evitar el colapso del sector bancario griego.
Estabilidad financiera
En el comunicado de la institución europea del domingo se aseguraba que seguirían trabajando con el Banco Central de Grecia para así “mantener la estabilidad financiera”. Durante esta crisis, las líneas de emergencia han permitido garantizar la viabilidad de los bancos griegos que podrían solicitar préstamos de emergencia y evitar así la quiebra.
El golpe de mano de Tsipras con la convocatoria del referéndum para el próximo domingo incrementó las tensiones y puso sobre la mesa la posibilidad más cercana de un posible Grexit. Una tesitura que llevó a que Benoît Coeure, consejero del BCE, llegara a asegurar que ya la salida de Grecia de la Zona Euro era una posibilidad y no solo un escenario teórico.
“Bueno, no esperamos que hoy el BCE tome ninguna decisión más allá de mantener la cantidad adicional del ELA. Me sorprendería que, dada la complejidad”, aseguraba José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi antes de conocer la decisión del BCE. “Me sorprendería que, dada la complejidad del momento -referéndum, impago, nuevo paquete sí o no- el BCE tome una decisión que precipite los acontecimientos. Y si la toma, sólo puede ir a peor en términos de aplicar un haircut (inyectar menos) o directamente reducirlo. No, no es lo esperado esta semana. Pero es evidente que lo podría hacer la próxima, tras el referéndum si no se producen avances”, añadía.
En los mercados, la mano del BCE se notaba, sobre todo, en la renta fija donde las compras de bonos impulsadas por la entidad estarían conteniendo una posible subida de las primas de riesgo periféricas. Los mercados parecen haber descontado la situación griega y los vaivenes de la renta fija están lejos de vivir las tensiones de la crisis del euro del verano de hace cuatro años. La prima de riesgo española, que marca la diferencia entre lo que debe pagar la deuda española respecto a la alemana, bajaba de los 140 puntos básicos tras conocerse los detalles de la carta del primer ministro griego Alexis Tsipras enviada a la UE.
Las Bolsas han vivido, por su parte, una jornada de elevada volatilidad, según Jorge López, analista de XTB. Tras un comienzo de sesión ligeramente al alza, los principales índices europeos acogieron de forma positiva la filtración de los detalles de la carta de Tsipras. La Bolsa de Madrid ha llegado a registrar subidas de hasta el 2,5% para terminar la sesión con un repunte del 1,32%. “La carta es una aproximación, pero veremos sino llega demasiado tarde”, señala López, que advierte que en las negociaciones griegas se está viviendo “una de cal y otra de arena”.
En el mercado de divisas, el euro ha vuelto a sentir la presión de la crisis griega y la moneda se ha devaluado hasta caer por debajo del 1,11 dólares.