La multinacional española del juego Codere está buscando medidas de liquidez urgente del Estado español para sortear la quiebra, ante la crítica situación que atraviesa por su elevada deuda y el drástico recorte de ingresos que supuso el cierre de la práctica totalidad de sus establecimientos durante la gran reclusión. Hasta junio, el grupo multiplicó por siete sus números rojos, al perder 178 millones.
“Se está buscando constituir deuda soportada por los programas de apoyo gubernamentales en Italia y España que podría contribuir con liquidez adicional en los próximos meses”, dice el grupo en el informe semestral de cuentas remitido el miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
elDiario.es contactó con la empresa para precisar qué instrumentos de apoyo va a solicitar, pero no obtuvo respuesta. La compañía, con parte de su plantilla en España todavía acogida a un ERTE, señala en el informe, respecto a esos programas de apoyo gubernamentales, que “en esta línea se han conseguido moratorias de pago en la mayoría de los instrumentos de crédito a nivel local en el Grupo, incluyendo los préstamos existentes en México, Carrasco Nobile [su filial en Uruguay], Cabeceras e Italia”.
La situación de Codere ya era delicada antes de la crisis del coronavirus y ha empeorado sensiblemente con la emergencia sanitaria, el confinamiento y el cerrojazo obligado de sus centros.
Su auditor, EY, llama la atención en su revisión limitada de las cuentas semestrales sobre el hecho de que el grupo ha formulado sus cuentas “bajo el principio de empresa en funcionamiento en base a sus expectativas favorables sobre el éxito de las medidas que actualmente se están llevando a cabo”. Entre ellas destacan la refinanciación de la deuda financiera que está negociando con sus bonistas en Londres, “y el cumplimiento de las estimaciones realizadas sobre la recuperación gradual de los ingresos, todo ello en el contexto de la actual crisis sanitaria”, según EY, que insiste en “la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del Grupo para continuar como empresa en funcionamiento”.
La firma recuerda que el grupo “mantiene el cierre de gran parte de sus operaciones presenciales debido a las restricciones obligatorias y de confinamiento generadas por el COVID-19 en todos los mercados en los que opera desde finales de marzo”, pese a la apertura gradual de algunos de ellos desde junio.
Tal y como destaca EY, “esta situación conlleva una reducción de los ingresos operativos y tensiones significativas de liquidez para hacer frente a sus obligaciones y atender a los compromisos contraídos en el curso normal de sus operaciones, teniendo el Grupo al 30 de junio de 2020 un fondo de maniobra negativo” por importe de 211,3 millones. A cierre de 2019 el desfase era de 72,98 millones.
En la actualidad, se encuentran operando en su totalidad las actividades de Codere en el área online, y en España, Italia y Uruguay, así como parte de la operación de México y de apuestas deportivas de Colombia. El grupo asegura que la marcha de estos mercados una vez reabiertos “ha sido en general mejor que nuestras expectativas en términos de generación de ingresos, oscilando entre el 50 y el 80% de nuestros niveles anteriores a COVID-19”. Y espera “que Argentina y Panamá reanuden sus operaciones en octubre”.
“Paulatina recuperación”
Codere, que estima un impacto en sus ingresos operativos hasta junio de unos 344 millones de euros por los cierres de establecimientos, prevé que, con la “paulatina recuperación del negocio una vez esté operativo”, sus necesidades de financiación para los próximos doce meses se situarían “por encima de los 110 millones de euros que sumados a los 95 millones necesarios para repagar la deuda revólver súper sénior superan los 200 millones”.
“Obtener esta financiación nos ayudaría, según las expectativas de negocio actuales, tanto a mantener el grupo operando hasta que se normalice la situación tras la pandemia como a regularizar los saldos comerciales cuyo vencimiento se ha ampliado”.
Entre las medidas de reducción de costes que ha implementado el grupo está la negociación con los propietarios de sus locales para obtener “la condonación o aplazamiento de los pagos de rentas de las salas durante el tiempo en que la operación esté suspendida”.
Además, “se han implementado también medidas tendentes a la reducción de gastos de personal, mediante la aplicación de reducciones temporales de horarios de trabajo o plantilla mediante expedientes de regulación temporal de empleo (en cada caso según la regulación vigente en cada uno de los países en los que el grupo opera) dada la imposibilidad de operar, o con una contribución voluntaria de parte de las retribuciones por parte de los directivos del Grupo”.