Economía Opinión y blogs

Sobre este blog

“Dicen que las personas que ocupan son unas caraduras, pero a veces no nos queda otra”

Àngels

Mi nombre es Àngels y soy autónoma, dueña de una pequeña peluquería en Vilanova del Camí (Barcelona). Soy madre soltera y tengo dos hijos de 13 y 14 años que van al instituto y no me pueden ayudar económicamente. No recibo ayudas públicas de ningún tipo.

Hace nueve meses vivía con mi pareja, pero quería irme a vivir sola con mis hijos. Como se había corrido la voz de que buscaba casa, un hombre entró a mi peluquería y me ofreció un alquiler barato, pero pagando 1.500 euros de entrada y fianza. Me enseñó el piso, era pequeño pero me gustó y firmé el contrato. Nunca volví a verle. Cuando ya vivíamos allí una vecina me informó de que aquello era una especie de estafa, que el contrato era falso y que no había a quien pagar las mensualidades (aunque algunos vecinos pagaban a una vecina que vivía en otro piso).

Meses después nos intentaron cambiar la cerradura. Al cabo de un tiempo recibimos una carta en la que nos citaban a un juicio oral, donde expusimos nuestro caso y que nosotros queremos pagar el alquiler a los propietarios. Pero los propietarios son un fondo y quieren que nos vayamos para vender los pisos.

Hace 14 años pedí un alquiler social en Barcelona y todavía estoy esperando. En el consell comarcal me están intentado ayudar, pero me faltan los informes de ejecución del desahucio. Las viviendas que miro no me las alquilan sin nómina, siendo autónoma. No tengo donde ir, mis hijos no pueden estar en la calle, están escolarizados. Llevo meses sin dormir, no entiendo nada de lo que está pasando. Dicen que las personas que ocupan son unas caraduras, pero ¿saben lo que pienso yo? que a veces no nos queda otra. Dicen que todo español tiene derecho a una vivienda, pero son todo mentiras.

Mi nombre es Àngels y soy autónoma, dueña de una pequeña peluquería en Vilanova del Camí (Barcelona). Soy madre soltera y tengo dos hijos de 13 y 14 años que van al instituto y no me pueden ayudar económicamente. No recibo ayudas públicas de ningún tipo.

Hace nueve meses vivía con mi pareja, pero quería irme a vivir sola con mis hijos. Como se había corrido la voz de que buscaba casa, un hombre entró a mi peluquería y me ofreció un alquiler barato, pero pagando 1.500 euros de entrada y fianza. Me enseñó el piso, era pequeño pero me gustó y firmé el contrato. Nunca volví a verle. Cuando ya vivíamos allí una vecina me informó de que aquello era una especie de estafa, que el contrato era falso y que no había a quien pagar las mensualidades (aunque algunos vecinos pagaban a una vecina que vivía en otro piso).