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“La Socimi reculó y reparó el electrodoméstico. Por ridículo que parezca merece la pena por ganarles la partida”

Ramiro

Su apartamento pasa a ser gestionado por una SOCIMI, con nombre x y sede en Paseo de la Castellana. Derechos y obligaciones quedan subrogados ante este nuevo ente creado en el cuarto oscuro de bancos y constructoras. Dejar hacer, no intervenir. Falso, ellos intervienen más que nunca, desregulando a base de controlar al poder ejecutivo.

Mi sede, el extrarradio.

Surge, ante los nuevos gestores, el primer problema. Se estropea un electrodoméstico que forma parte del equipamiento original del piso. Sigo el procedimiento habitual y pongo en su conocimiento la incidencia con el fin de una rápida resolución. Su contestación es:

“Basándonos en la Ley de Arrendamientos Urbanos, las reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán a cargo del Arrendatario”.

Me indigno, me quemo, pero siguiendo el consejo de un jubilado decido pedir cita en el Colegio de Abogados de Madrid. Brindan asesoramiento jurídico gratuito. Acudo a la cita y aseguran que mi arrendador no cumple con la ley y por ende con el contrato vigente.

Realizo un escrito con copia, dando a conocer mi absoluta disconformidad y exigiendo su cambio de postura. Esta vez la ley está de mi parte. Su entrega, la realiza mi padre en la sede de dicha Socimi. Algunos se preguntan dónde están ahora esos jubilados. Donde han estado toda la vida, actuando. Construyendo bien común y enseñando dónde es débil la estructura.

Pasan tres días y recibo un burofax. Mi sonrisa refleja el orgullo ridículo de tener que pelear algo tan ínfimo ante tales gigantes económicos. Reculan, cambian de postura y notifican que enviarán al técnico.

Debemos estar informados para hacer valer nuestros derechos. No cabe dejarlo pasar, por ridículo que parezca nuestro asunto. Simplemente por la satisfacción de ganarles una partida, merece la pena.

Su apartamento pasa a ser gestionado por una SOCIMI, con nombre x y sede en Paseo de la Castellana. Derechos y obligaciones quedan subrogados ante este nuevo ente creado en el cuarto oscuro de bancos y constructoras. Dejar hacer, no intervenir. Falso, ellos intervienen más que nunca, desregulando a base de controlar al poder ejecutivo.

Mi sede, el extrarradio.