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Un espacio dedicado a conocer historias y experiencias reales a las que se enfrentan los inquilinos al alquilar una vivienda. Si tienes algo que contar, escríbenos a alquiler@eldiario.es y hablaremos sobre tu historia.

“Queremos volver a España pero se nos quitan las ganas: en Suiza no nos han subido, sino bajado, el precio del alquiler”

Ciudad de Ginebra/Flickr CC

Glarus

Os escribo porque suelo leer con bastante atención las historias de alquiler que publicáis. Yo no vivo en España, pero de alguna manera me dedico también al sector construcción/inmobiliario y sigo con atención lo que sucede allí y aquí (Suiza, donde resido).

Desde que salí de España, como no, por la crisis, hace ya casi diez años, he residido en dos ciudades suizas y en tres viviendas. Los cambios de vivienda han sido por aumento de familia (nacimiento de mi primera hija) o por traslado de ciudad.

Siempre hemos tenido contratos indefinidos y bien regulados. Nunca nos han aumentado el precio del alquiler, al contrario, nos los han bajado regularmente. ¿Por qué? Muy sencillo. Aquí los precios están unidos, básicamente (aunque es todo un poco más complejo) a los tipos de interés hipotecarios. Es decir, si al propietario le aumenta la cuota de su hipoteca, te puede aumentar el alquiler. Pero si le desciende el tipo, y por tanto la cuota, como hemos vivido en estos últimos diez años, el inquilino tiene derecho a que se le repercuta ese descenso. Al final, no son grandes cantidades (la última fue un -1.7%), pero da mucha estabilidad.

Zúrich, donde residimos, tiene un mercado inmobiliario muy caro en general, pero no se vive la desprotección que se desprende de España. Bajo mi punto de vista hay, al menos, tres razones importantes.

El parque de viviendas públicas y/o cooperativas de viviendas en alquiler puede suponer un tercio de la oferta total. El segundo tercio son empresas profesionalizadas en la explotación de bloques en alquiler: hacen su trabajo y lo hacen bien, pero no son un fondo buitre a la búsqueda del mayor beneficio en el menor tiempo posible. El último tercio son propietarios privados: dada la competencia que tienen, deben “portarse bien”.

La segunda razón es que la práctica totalidad de los contratos son indefinidos. El propietario no quiere cambios, movimientos, entradas y salidas. Como todo bien inmobiliario, lo que quiere es que rente y tranquilidad. A cambio, renuncia a subidas desproporcionadas en corto plazo de tiempo. El inquilino no quiere inseguridad, necesita saber lo que va a pagar en los próximos años (10-15) para poder planificar.

La última es que la asociación de inquilinos es muy fuerte. No tolera abusos y lucha por una regulación que nos proteja. ¿Existe algo parecido en España? Estamos pensando en regresar a España, pero entre un mercado laboral absolutamente decaído y un mercado inmobiliario absolutamente desbocado, se nos quitan las ganas siquiera de intentarlo.

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