“Estamos alineados. Ni Polonia ni Hungría aceptarán ninguna propuesta que sea inaceptable para el otro”. Así concluye la declaración conjunta firmada en Budapest por el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, en la que se reafirman en su veto al mecanismo del Estado de Derecho vinculado a los fondos europeos, lo que se traduce en un bloqueo al fondo de recuperación de 750.000 millones y al presupuesto de la UE para 2021-2027, de 1,074 billones.
En su declaración, los dos gobiernos piden una “modificación sustancial” del mecanismo del Estado de Derecho para levantar su veto, y dicen que si la UE procede con un vínculo entre el estado de derecho y los intereses financieros de la unión, debería haber una conferencia intergubernamental para discutir cómo cambiar los tratados para permitir esto.
El pulso de Hungría y Polonia llega el mismo día en el que, precisamente, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución –455 votos a favor, 145 en contra y 71 abstenciones– que señala que la sentencia que declara inconstitucional el aborto en Polonia en caso de defecto grave e irreversible “pone en peligro la salud y la vida de las mujeres”, dado que la mayoría de los abortos legales en el país se efectúan bajo ese supuesto. Prohibir esa opción, que representó el 96% de las interrupciones del embarazo llevadas a cabo legalmente en Polonia en 2019 (1.074 de 1.110), comportará un aumento de los “abortos ilegales, inseguros, clandestinos y potencialmente mortales”, advierte el texto, que han votado en contra los eurodiputados de Vox y algunos del PP de Casado –la otra mitad de los populares se han abstenido–.
Así, no se vislumbra un final rápido del bloqueo del presupuesto de la UE y del fondo anticrisis: Hungría y Polonia lejos de ceder, exigen un “cambio sustancial” en el mecanismo ya acordado entre los gobiernos, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.
La primera reacción diplomática en Bruselas a la declaración polaco-húngara, según Bloomberg, ha sido firme: “Está claro que no hay absolutamente ningún a reabrir el mecanismo de condicionalidad. Con su declaración, Polonia y Hungría se están hundiendo cada vez más en el aislamiento”.
De acuerdo con EU Observer, Morawiecki ha dicho en la comparecencia sin preguntas con Orbán en Budapest, que la condicionalidad del estado de derecho “podría conducir a la desintegración de la UE”, por lo que el veto de Hungría y Polonia “está protegiendo la soberanía de los estados miembros”.
Orbán, por su parte, ha sugerido “separar el debate sobre el Estado de Derecho de la gestión de la crisis económica”, argumentando que la gestión de crisis “no necesita una condicionalidad del Estado de Derecho”. El primer ministro húngaro, además, que gobierna con mayoría absoluta, ha dicho que la condicionalidad del Estado de derecho “crearía 'el gobierno de la mayoría', con el riesgo de que la UE imponga políticas a Hungría”, en alusión al pacto migratorio.
La reunión se produce una semana después de la última cumbre de líderes de la UE por videoconferencia, en la que se abordó el bloqueo durante 17 minutos.
“No subestimamos la gravedad de la situación y creemos que debemos implementar el acuerdo de julio [sobre los presupuestos y el fondo de recuperación] lo antes posible”, explican fuentes comunitarias, “pero una videoconferencia no es el formato apropiado para discutir un asunto tan complicado. En todo caso, es necesario un acuerdo para poner en marcha todo”.
“Tenemos que trabajar con los países que no asumen el acuerdo”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. “La UE siempre ha salido de situaciones difíciles. Es una situación grave, pero tenemos que trabajar duro en los próximos días para resolverla”, ha afirmado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El siguiente Consejo Europeo ordinario está previsto par el 10 y 11 de diciembre, si bien aún no está convocado en formato presencial en tanto que es algo que depende mucho de la evolución de la pandemia.
De acuerdo con las fuentes, sólo hubo cinco intervenciones en relación con el bloqueo: Charles Michel; la canciller alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel; el primer ministro húngaro, Viktor Orbán (PPE); el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki (ECR, familia de Vox); el primer ministro esloveno, Janez Janša (PPE). Es decir, ningún líder europeo ha querido responder ni enzarzarse con ellos.
Al término de la cumbre, Merkel, sobre quien recae la mayor presión para lograr un compromiso, afirmó: “Han dejado claro que no acceden al acuerdo. Se trata de un paquete que queda bloqueado, por lo que no podemos llevarlo al Parlamento Europeo para que sea ratificado y entre en vigor. Hay que seguir negociando. Nosotros creemos que es un acuerdo equilibrado y bueno, al que el resto de países no ponen objeción. No quiero especular, pero tenemos obligación de encontrar una solución, es un asunto importante. No es un problema fácil, es grave. Hay que trabajar duro”.