Iberdrola ha anunciado este jueves un beneficio de 4.803 millones de euros en 2023, un 10,7% más, lo que supone pulverizar un nuevo récord de ganancias, el sexto consecutivo, y está en línea con lo avanzado por la compañía en octubre, cuando ya anticipó un crecimiento de doble dígito para el conjunto del ejercicio.
“A la vista de estos resultados”, ha explicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el grupo va a repartir un dividendo de 0,550 euros por acción con cargo a los resultados de 2023, lo que supone un incremento del 10,8%.
La primera eléctrica española destaca en una nota que en 2023 batió su récord de inversiones, con 11.382 millones, un 6% más. El 47% de esa cifra se destinó a renovables y el 46%, a redes. La inversión en España se redujo el 22%, hasta 2.323 millones, y Estados Unidos fue el primer destino, con 3.028 millones, un 14% más.
La compañía destaca en esa nota que “contribuye con 9.300 millones en impuestos a las arcas públicas” de todo el mundo, un 24% más, que “equivale a más de 25 millones de euros al día”, “siendo España el país de mayor presión fiscal”.
En España, el grupo cifra su contribución fiscal en 3.482 millones, un 35% más. “El importe abonado en tributos en España es más alto que todos los gastos de personal, mantenimiento, operativos y financieros de la compañía en el país”, dice Iberdrola, que sostiene que los “tributos” en España se dispararon un 99,1%, hasta 1.700 millones.
En esa cifra incluye 225 millones de la minoración del gas por la subida de este combustible tras la invasión de Ucrania (que no es un impuesto) y el gravamen extraordinario a las energéticas, que la compañía confía en que “se elimine o decaiga significativamente”, según ha explicado a los analistas José Sáinz Armada, director de Finanzas, Control y Desarrollo Corporativo de Iberdrola.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha confiado en que el cambio que prepara el Gobierno de este tributo, con ventajas para las inversiones en descarbonización, permita “minimizar” el impacto de un gravamen que “no tiene ninguna lógica”.
La multinacional vasca, que ha remitido sus resultados a la CNMV el mismo día en que lo hacía la primera petrolera del país, Repsol (que además ha presentado nuevo plan estratégico), registró el pasado ejercicio un beneficio operativo (Ebitda) de 14.417 millones, un 9% más, “debido a la recuperación de la producción y a la eficiencia operativa”. Cerró el ejercicio con una capacidad total de 42.187 megavatios (MW) renovables, tras instalar 3.250 millones.
La deuda financiera neta se situaba a cierre de 2023 en 47.832 millones, con un incremento del 9,3% en un año, aunque si se descuenta la venta por cerca de 6.000 millones en activos en México ya pactada con el Gobierno de ese país, la deuda se situaría en el entorno de los 42.000-42.500 millones. La eléctrica confía en recibir esos fondos el próximo día 26, tras el visto bueno de las autoridades de la Competencia mexicanas.
Para 2024 la compañía prevé un nuevo récord de inversión de 12.000 millones, y un crecimiento del beneficio neto de entre el 5% y el 7% excluyendo plusvalías. El aumento del dividendo irá “en línea” con las ganancias, y se prevé la instalación de 2.000 nuevos MW renovables terrestres, a los que se unirán los proyectos eólicos marinos actualmente en construcción. El grupo destaca que es líder europeo en contratos de compraventa de energía renovable a largo plazo (PPAs), con casi 1.000 MW firmados en 2023.