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La inflación bajó casi un punto en mayo, al 3,2%, por la caída de los carburantes y el freno de la alimentación

Daniel Yebra

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La inflación bajó casi un punto en mayo, al 3,2%, por la caída de los carburantes desde los máximos de la primavera de 2022 (el efecto base) y el freno de la escalada de los alimentos. El INE ha confirmado este martes que el IPC (Índice de Precios de Consumo) del último mes registró un mínimo no visto desde julio de 2021 en su cálculo interanual. Es decir, los precios siguen subiendo en general respecto al mismo mes del año pasado, pero lo hacen menos que en los últimos dos años.

Además, también bajó el IPC subyacente, que excluye de su cálculo precisamente la energía y los alimentos frescos, por ser considerados más volátiles. Esta inflación estructural se redujo cinco décimas en mayo, hasta el 6,1% interanual.

La asfixiante crisis de precios comenzó en el verano de 2021 por la pandemia y se exacerbó en 2022 por la invasión rusa de Ucrania. Y por fin empieza dar señales reales de alivio para las familias.

Con la caída de las carburantes (-27,1%) y de la energía en conjunto (-26,7%), en mayo, las subidas de los alimentos (12%) explican el 93% del dato del IPC general, con subidas de los alimentos frescos o no elaborados del 8,9%, frente a mayo de 2022 —apenas una décima por debajo de la tasa de abril—, y el aumento de los alimentos elaborados del 12,9% —lo que supone una moderación de 1,3 puntos—.

El Ministerio de Asuntos Económicos destaca “la bajada de los precios de productos básicos como leche, queso, huevos o pescado”. Por el contrario, las mayores aportaciones a la tasa de inflación de mayo provienen de “restaurantes”, “servicios de comida rápida” y “carne seca, salada o ahumada”.

“España se mantiene entre los países con menos inflación de la UE, lo que mejora la competitividad de las empresas y la economía española y confirma la eficacia de las medidas aprobadas por el Gobierno”, añaden desde el Ministerio de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien afirmó la semana pasada que desde Economía vigilarán los datos sobre los precios de los alimentos de mayo y de junio para valorar si mantienen la bajada del IVA sobre la cesta básica que está vigente desde enero. “Se mantendrá en tanto no tengamos un nivel de precios adecuado, dada la influencia en el bolsillo de las familias españolas”, confesó.

En el cálculo mensual, en mayo frente a abril, la inflación general se estancó. Es decir, los subidas se moderaron respecto a hace un año (cálculo interanual), pero los precios no se movieron respecto al mes pasado (cálculo mensual).

'Efecto escalón' desde marzo

Desde marzo de este 2023, el IPC interanual ha frenado fuertemente por los menores precios de carburantes, electricidad o gas respecto al pico de hace un año por la guerra. Es lo que se denomina el 'efecto escalón'.

Llenar el tanque de gasolina o diésel es hoy más barato que en 2022 incluso pese a que entonces estaba vigente el descuento de 20 céntimos a cada litro de carburante para todas las familias. ác 2023, esta bonificación solo la disfrutan los profesionales del transporte y los agricultores.

Otras medidas de los planes 'anti inflación' siguen vigentes, como la rebaja del IVA a los alimentos básicos. Ambas las tendrá que revisar el Gobierno en las próximas semanas si quisiera renovarlas. También continúan las bajadas de los impuestos a la electricidad y el mecanismo ibérico (o tope el gas), que no caducan hasta final de año. Y los descuentos en el transporte público.

Gracias a estas medidas, las subidas de precios se mantienen lejos de los máximos de esta crisis, que se alcanzaron en julio de 2022, en el 10,8%, aunque siguen siendo asfixiantes.

El mayor alivio para las familias, cuyos ingresos y salarios reales sufren el mordisco de esta inflación, es la caída de los precios energéticos. Del mismo modo, esta tendencia reduce los costes de las empresas. Y los expertos esperan que poco a poco esta menor presión de los carburantes, el gas o de la electricidad siga conteniendo el IPC general y también el subyacente, dando continuidad al proceso de desinflación.

Mientras, la mayor preocupación es el impacto de la sequía en las cosechas y en los precios de ciertos alimentos, ya disparados, como el aceite o los cereales, cuyo encarecimiento se traslada a la carne, a la leche, a los huevos...

Las subidas de los tipos de interés del BCE

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene su estrategia de subir los tipos de interés para asfixiar la economía y luchar así contra la inflación. Aunque, recientemente, el Banco de España calculó que esta agresividad apenas bajó 2 décimas la inflación en 2022, que de media fue en España del 8,4%.

En 2023 y en 2024, la institución proyecta que las subidas de tipos del BCE apenas conseguirá moderar 5 ó 6 décimas las subidas de precios. Para este año, las distintas previsiones de los centros de análisis rondan en promedio el 4% de inflación en nuestro país, principalmente por el abaratamiento de la energía.

El BCE busca deteriorar la capacidad de consumo y de ahorro de las familias y dificultar que los estados se endeuden para aumentar el gasto público, dañando además el margen de las empresas para invertir, crecer y, por tanto, para crear empleo.

“Es evidente que el proceso de endurecimiento de la política monetaria está teniendo y tendrá costes a corto plazo en términos de menor actividad económica, pero que el mantenimiento de la estabilidad de precios es la mayor contribución que el banco central puede hacer para garantizar un crecimiento económico sólido a largo plazo”, incidió el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.