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El sector inmobiliario arremete contra Colau y califica de “barrabasada populista” la obligación de destinar un 30% a vivienda social

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau

Marina Estévez Torreblanca

La decisión del ayuntamiento de Barcelona de obligar a las promotoras a que un 30% de los pisos de nueva construcción sean protegidos ha sentado mal en el sector inmobiliario, a tenor de las declaraciones efectuadas este martes por algunos de sus representantes en una jornada organizada por El Economista.

El presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE), Juan Antonio Gómez–Pintado, ha calificado la iniciativa, que entrará en vigor en septiembre, como una “medida populista que obedece al fracaso en las políticas públicas para cumplir lo que prometieron”. Al respecto, ha señalado que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se comprometió en campaña a poner en disposición 4.000 viviendas sociales de las que “difícilmente” llegará a 1.000. “Ante su fracaso estrepitoso llegan estas felices ideas” a un año de las elecciones, ha opinado Gómez–Pintado. “Imagínese a las compañías que han comprado suelo pensando que iban a vender a un precio determinado”.

Para el consejero delegado de Neinor Homes se trata de una “barrabasada” que va a poner “difícil” generar “seguridad jurídica”. “Es tremendo lo que se puede llegar a escuchar en un país serio”, ha añadido.

También el socio de Azora Javier Rodríguez–Heredia ha advertido contra “medidas populistas” que producen “el efecto contrario”. “Nos desayunamos con noticias sobre pobres inquilinos que no pueden pagar el alquiler y se habla de los fondos buitre. De este alarmismo sale también la idea de dar marcha atrás a la reducción de cinco a tres años de la duración de los contratos de alquiler”, ha incidido, en referencia a los posibles cambios que se avecinan en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

“El dinero busca seguridad”, ha defendido. La consecuencia, a su juicio, será que los propietarios, tanto los pequeños como los “institucionales” se echarán para atrás a la hora de sacar inmuebles al alquiler.

Más comedido en su análisis, el director de Macroeconomía y Mercados Financieros de CaixaBank, Oriol Aspachs, ha recordado que España está “muy lejos” en lo que supone la vivienda social respecto a otros países. Al respecto, ha abogado por “tener en cuenta las ciudades colindantes” de grandes urbes como Madrid o Barcelona para encontrar una solución a esta carencia.

Precios que superan un 45% lo que se quiere pagar

Todos estos responsables inmobiliarios han acudido a la presentación de un informe elaborado por Sigma 2 para Century 21. Según este informe, el precio medio de las viviendas en venta en España se sitúa en 241.145 euros y supera en un 45% (unos 75.000 euros) al precio que están dispuestos a pagar los usuarios que buscan casa para comprar (166.179 euros), informa EFE.

Según el informe, que se basa en los precios de las viviendas que los españoles han vendido durante los últimos doce meses o tiene pensado hacerlo próximamente y en datos de intención de compra, existe “un claro déficit” de oferta respecto a la demanda en las casas de menor precio, entre 75.000 y 200.000 euros, mientras que, a partir de ese precio, “existe un claro excedente”.

Lo mismo ocurre con el tamaño de las viviendas, según el estudio, que destaca que el déficit más notable se da en las casas de 91 a 120 metros cuadrados, donde la demanda supera en 8 puntos a la oferta (26 frente a 18%).

Por contra, el mayor exceso está en las viviendas de más de 150 metros cuadrados, que copan el 20% de la oferta, frente al 8% de la demanda.

En cuanto al mercado de alquiler, si se compara el precio medio entre quienes ya han alquilado o piensan hacerlo con las rentas ofertadas, el desfase es de 70 euros de media: 600,82 euros frente a los 559,5 que se está dispuesto a pagar.

Según la misma fuente, la oferta de vivienda de alquiler de hasta 500 al mes se sitúa 11 puntos por debajo de la demanda, 41 frente a 52%, mientras que en aquellas de entre 501 a 600 euros, se observa un excedente de oferta de dos puntos (20 frente a 18%).

A partir de ese importe, la relación de precios se encuentra muy ajustada, hasta llegar a la vivienda de más de 1.200 euros al mes, en que la oferta se sitúa por encima en 5 puntos porcentuales.

Cada vez existe una diferencia más grande entre lo que la gente busca y lo que hay en el mercado, ha dicho a Efe el consejero delegado de Century 21, Ricardo Sousa, quien ha apuntado que los precios han subido más rápido que la renta disponible de los hogares, lo que, sumado al rápido incremento del consumo hace que el presupuesto para vivienda sea menor.

“Por eso se buscan casas más baratas, de 500 o 600 euros de hipoteca o alquiler”, según el directivo, quien ha subrayado que, por contra, las promotoras siguen “muy centradas en el producto y poco en las necesidades de los clientes”.

Esta limitación, ha subrayado, conlleva que un 15% de la demanda deje de buscar, mientras que aquellos que necesitan una solución desisten de buscar en el centro de las ciudades y se van a mercados periféricos donde los precios están más ajustados a su poder de compra.

Este movimiento, ha señalado, “frenará la subida de los precios en los próximos meses”, según Sousa, quien ha subrayado que los promotores deberían apostar por el segmento “medio/bajo” y ofrecer soluciones “low cost” con productos “más pequeños” en vez de seguir tan centrados en el mercado medio, alto y de lujo.

Por otra parte, los precios de las casas de segunda mano también se tendrán que ajustar ante la proliferación de nuevas promociones.

“Con el aumento de la obra nueva, creemos que los precios bajarán en el mercado de segunda mano que ahora no tiene competencia”, ha señalado.

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