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Iratxe García: “Si los eurobonos no son posibles ahora, busquemos un instrumento de solidaridad efectivo, rápido y en la misma línea”

Iratxe García (Barakaldo, 1975) es dirigente del PSOE y presidenta del grupo socialdemócrata (S&D) en el Parlamento Europeo, y habla con eldiario.es sobre la propuesta del Gobierno para un plan de reconstrucción europeo para superar los destrozos económicos y sociales que está causando la crisis del coronavirus.

La propuesta del Gobierno español estará encima de la mesa de la cumbre de líderes de la UE que se celebra este jueves por videoconferencia. España, defensora al principio de los eurobonos, propuesta vetada por Alemania, Holanda, Finlandia y Austria de forma firme, ha ido transitando hacia unas posiciones intermedias: ya no habla de emisión conjunta de deuda ni pronuncia el concepto mutualización, si bien propone que una institución común emita deuda con el aval de un instrumento colectivo, el presupuesto de la Unión Europea, en la línea de la resolución aprobada el viernes pasado en el Parlamento Europeo.

Eso sí, el plan del Gobierno incluye dos concreciones que no aparecían en la resolución pactada con los populares y liberales en la Eurocámara: el monto –un billón y medio de euros– y que sea a través de transferencias y no de créditos.

España llega con una propuesta por escrito a la cumbre de este jueves.

Está siendo muy bien recibido. He leído que el Gobierno belga, aunque no ha entrado en la concreción de las propuestas, pero sí sobre el plan de inversión, va muy en la línea de lo que ahora mismo se está planteando por una mayoría. Evidentemente se va a encontrar con dificultades por parte de algunos gobiernos. Creo que era una buena señal que hubiera un papel y intenten adaptarse a la situación que hay ahora mismo, de cómo están los distintos gobiernos y las distintas posiciones.

No sé quien me decía que el gobierno italiano está siendo muy batallador, seguimos hablando de la mutualización de la deuda pero hay que cambiar un poco el chip, intentar hacerlo de una manera para que sea que sea aceptado.

En ese sentido, al final la propuesta como quedó en el Parlamento Europeo, da en la tecla de cómo podemos conseguir que haya un acuerdo. Porque los eurobonos, tal y como los entendemos nosotros, por mucho que hagamos, sabemos que hay algunos países, aunque sean minoría, que jamás lo van a aceptar.

España partía de la posición de la defensa de los eurobonos, a través de una carta con nueve primeros ministros. Francia se movió lanzando su propuesta de un fondo especial y ahora es España la que se mueve viendo el bloqueo de Alemania a los eurobonos.

Ante este tipo de situaciones puedes entrar en un choque de trenes, pero ahí sabes cuál es el final: que no hay un acuerdo. Es un poco similar a lo que nos ha pasado en el Parlamento Europeo. Claro que nosotros como grupo socialista teníamos una propuesta más ambiciosa, pero si quieres sacar una propuesta como Parlamento, tenemos que ser conscientes de que no tenemos la mayoría. Ojalá la tuviéramos. Entonces, lo que toca es sentarse y negociar y buscar esos caminos intermedios.

Y, aun así, la del Parlamento es una buena resolución, porque no habla solo de la parte económica y la mutualización de la deuda con el paraguas del presupuesto comunitario. Tiene otras referencias a cuestiones como las prioridades con el Green Deal, la digitalización, el respeto al Estado de Derecho. Yo creo que es una propuesta ambiciosa en ese sentido.

Hay dos asuntos en los que la propuesta del Gobierno en relación a la resolución del Parlamento es más concreta: cuando establece la cantidad el billón y medio de euros y que se trate de transferencias y no préstamos. En eso habrá batalla en el Consejo Europeo.

Evidentemente, y esa discusión la tenemos ahora mismo también en el resto de ámbitos políticos. En nuestro propio grupo parlamentario somos conscientes hemos planteado una carta a la presidenta de la Comisión y al presidente del Consejo para pedir que haya un movimiento en ese sentido para la cumbre.

Es necesario también hablar de inversiones públicas y que este no puede ser un plan exclusivo de préstamos. Tiene que ser un plan de inversión pública, tiene que haber dinero fresco, tiene que haber dinero a través de transferencias a los Estados miembros para que puedan poner en marcha todas las medidas necesarias que respondan a esta situación.

Para préstamos ya tenemos los 200.0000 millones acordados del Banco Europeo de Inversiones, y las medidas que se han adoptado [entre ellas, los 240.000 millones del MEDE]. Pero hay que ir un paso más adelante, para que se movilice la economía en cuanto lo que es la crisis sanitaria pase. La respuesta a esta crisis no puede ser la respuesta de 2008: la situación es muy distinta y esta crisis no está derivada por la gestión económica de los gobiernos nacionales, sino por una crisis que ha provocado que algunos países tengan que paralizar sus economías de forma drástica.

Es verdad que la intensidad no está siendo igual en toda Europa, pero eso va a afectar al mercado interior: es el mensaje que estamos trasladando a los que son más reacios a este tipo de medidas, a los países que ahora mismo no quieren oír hablar de la mutualización de la deuda a través del marco financiero. Tienen que ser conscientes que como que como se provoque une situación de parálisis de la economía mundial y europea va a afectar a todos.

Y aquellos que tienen un interés en el mercado interior, como Alemania y Holanda se van a ver afectados. Por eso la respuesta tiene que ser un plan de inversiones potente, de inversiones públicas, de dinero, para poder afrontar las iniciativas que se pongan en marcha.

La Comisión Europea, sin apoyar el plan español explícito, sí ha dicho que su plan de recuperación es vía Marco Financiero Plurianual (MFF, el presupuesto 2021-2027 de la UE) también, y que el Marco está compuesto de transferencias y pagos, no de préstamos.

Yo creo que está encaminado el debate, y otra cosa es que para eso necesitamos un acuerdo en el MFF, y contar con el apoyo de todos estos países. Pero, ahora mismo, que se está viendo toda la ingeniería financiera sobre cómo se responden a estas cuestiones, como el debate de ampliar el techo de los recursos propios para poder ir al mercado para comprar deuda.

En principio, será la semana próxima o la siguiente cuando la Comisión Europea, que plantee de forma más concreta todo esto de lo que ahora mismo se está hablando.

¿Qué institución emitiría la deuda? ¿La Comisión Europea?

Si es a través del marco financiero y del presupuesto comunitario, ese tiene que ser el paraguas.

Porque al final la idea es mutualizar la deuda a través del marco financiero presupuestario, y eso se tiene que hacer a través de la Comisión Europea. Y ahí también jugará un papel importante quienes tenemos un papel en el marco financiero: el Consejo y el Parlamento Europeo.

También hay quien plantea que pueda hacerse a través del artículo 122, donde lo podría hacer la Comisión junto con los gobiernos nacionales y el Consejo sin necesidad de incorporar al Parlamento... Aunque si fuera así, lo que se activaría sería el instrumento de mutualizar la deuda, no la decisión de cómo vas a gestionar ese dinero, en tanto que en el marco financiero el Parlamento tiene codecisión y ahí nosotros sí o sí tenemos que estar.

Y luego ha de pasar por los parlamentos nacionales, para cambiar el techo, y se habla de recursos propios vía impuestos que no están en marcha. Quedan meses intensos por delante.

Son distintas propuestas que hay ahora encima de la mesa, que finalmente pueda quedar de una forma mixta. Es decir, no serán sólo recursos propios a través de esta nueva fiscalidad, pero también tiene que estar esta nueva fiscalidad. Se trata de ir viendo dónde está ese término medio.

En cualquier caso, lo que necesitamos de forma más urgente de aquí a las próximas semanas, es que se diga: la respuesta un plan de inversiones, que se financia con el presupuesto comunitario ampliando el techo de los recursos propios y, a partir de ahí, negociar cuál es la mejor manera de gestionar esto.

Pero yo creo que en las próximas semanas necesitamos tener clara la arquitectura de la propuesta europea.

¿Y qué le dicen los compañeros del SPD, que gobiernan en Alemania con Merkel, que es clave para todo esto?

Evidentemente es clave y hemos visto un cambio en el gobierno alemán. Este lunes mismo la canciller, la señora Merkel, aunque decía que no estaba a favor de los bonos sí que se abría a esta propuesta de que pudiera haber una mutualización de la deuda a través del presupuesto comunitario. Yo creo que este es un paso a favor.

He visto determinados movimientos a lo largo de las últimas semanas por parte del gobierno alemán y creo que nuestros compañeros del SPD han jugado un papel importante. Entendiendo que para activar los eurobonos necesitas un cambio de las reglas que no se puede hacer de forma urgente, se ha buscado con estas otras propuestas que se pueda mantener el principio de solidaridad.

Eurobonos, a día de hoy, no es posible, porque no tenemos unanimidad y porque no sería un proceso inmediato: necesitaríamos cambiar las reglas para que se pudiera poner en marcha. Pero, si eso no es posible ahora, busquemos un instrumento de solidaridad que se pueda poner en marcha de forma efectiva y rápida y que pueda ir en esa línea.

Y nuestros compañeros del SPD también han ayudado a equilibrar la posición del Gobierno alemán.

Es cierto que en el documento del Gobierno no sale la palabra bonos, que sí salía en la resolución del Parlamento, y tampoco mutualización, aunque de alguna manera hay mutualización. El lenguaje parece fundamental en Europa.

Totalmente. En estos días estoy aprendiendo a marchas forzadas para ver cómo. muchas veces solo nos centramos en una palabra y, para evitar el choque de trenes, si el problema es la palabra, quitemos la palabra, pero mantengamos la esencia de la propuesta.

Y eso es lo que el Gobierno de España ha entendido perfectamente en este debate para poder sumar adeptos en el Consejo. Si la terminología es lo que genera problemas, busquemos otra terminología, pero para hablar de lo mismo: instrumentos solidarios puedan responder a una situación donde hay determinados países que están sufriendo de una forma mucho más directa esta crisis y van a necesitar más de estos instrumentos solidarios que otros.

Una disputa por las palabras que se produjo la semana pasada en el Parlamento Europeo, entre la enmienda de los verdes y la resolución final. Sobre si incluía o no el término mutualización, o coronabonos.

Cada uno tiene también que buscar su argumento para defender la posición que han adoptado, y hay determinados debates que creo que son más ficticios que reales y quedan encuadrados en determinados espacios, en este caso en Twitter. Eso no significa que sea un debate público, y las propias instituciones europeas no están hablando de esto.

Entiendo que cada uno tenía que argumentar su posición, todas las posiciones tienen que ser respetables porque evidentemente estamos en política y por eso tenemos que respetar a quien piensa diferente que nosotros.

Pero lo que al final debe quedar de este debate es que el Parlamento ha conseguido tener una posición común, que no era fácil; que en esa posición común hemos podido incorporar muchísimas cuestiones esenciales; y que la resolución dice que Europa tiene que reaccionar, con una posición solidaria y buscando estos instrumentos que consigan en un primer lugar responder a la crisis sanitaria, pero en el momento en el que hayamos conseguido controlar la pandemia y la situación sanitaria necesitamos una respuesta común europea para volver a reactivar nuestra economía.

Y eso lo dice la resolución claramente, y yo creo que es un paso adelante muy importante. Habrá quien considere que puede ir más allá, que no están todos los elementos. Pero también es fruto de una negociación, que lo que a todos no se exige encontrar esos caminos intermedios.

Para mí lo importante no es decir a quién le corresponde la paternidad o la maternidad de una idea u otra, no creo que sea el momento de reivindicar las paternidades o maternidades de las propuestas. Es el momento de reivindicar la necesidad de una voz en Europa fuerte, y eso sólo se hace a través de la negociación.

¿Y qué repercusión puede tener que hayan votado distintos Unidas Podemos y el PSOE? Unidas Podemos se abstuvo en la resolución aprobada, apoyada por populares, socialdemócratas y liberales.

No es un problema. Entre Unidas Podemos y el Partido Socialista en el Parlamento Europeo hay relación, comunicación, intercambio... Estamos trabajando por un objetivo común, que es salir de esta crisis reforzando nuestros sistemas públicos y reforzando nuestra posición como país. Y, a partir de ahí, tenemos que entender con naturalidad y normalidad que dentro de los grupos hay debates, hay decisiones de políticas sobre los votos, pero que eso no interfiere para nada ni en la posición del Gobierno de España, que es la posición del Gobierno de España, que no es la del PSOE o Podemos es la posición del Gobierno de España, todos la vamos a defender.

Estamos con una sensibilidad muy compartida y, por lo tanto, no creo que eso para nada pueda afectar a la posición del Gobierno de España, que además está saliendo muy reforzada en la imagen pública europea con esta propuesta que está siendo muy bien recibida por el resto de países que tienen una sensibilidad similar.

En esos países no se está hablando sobre lo que votaron unos u otros, se está hablando sobre que la propuesta del Gobierno de España tiene muchas similitudes a la propuesta que ha lanzado el Parlamento Europeo, y que es el camino por el que deben dirigirse las próximas actuaciones de la Comisión Europea y el Consejo.

El primer ministro portugués, António Costa, y el italiano, Giuseppe Conte, han sido muy duros con Holanda. ¿Por qué España no ha usado ese tono?

Cada uno tiene unas formas, pero el Gobierno de España ha sido muy claro en este debate, y quizá no ha utilizado el mismo lenguaje que el propio Antonio Costa. Pero también nuestro presidente hizo una advertencia muy seria en las pasadas semanas, diciendo que Europa no podía fallar y que si Europa fallaba estaba poniendo en entredicho el sentido de la Unión Europea.

Cada uno en su manera ha sido fuerte y contundente, sobre todo en la necesidad y en la defensa de esa respuesta solidaria. El Gobierno de Italia, el Gobierno de España y el Gobierno de Portugal tienen en común el objetivo de conseguir una mayoría en el Consejo que adopte medidas que vayan en la línea de esa respuesta solidaria.

Italia se está quedando sola en la oposición al MEDE y la defensa de los eurobonos. ¿Qué le dicen sus compañeros del PD, les están dejando solos?

También tiene mucho que ver el debate nacional en cada uno de los países. Y es verdad que el debate del MEDE no tiene la misma sensibilidad en unos países que en otros. Y este debate en Italia es muy importante. Oír hablar del mecanismo de estabilidad es como nombrar al diablo.

Por eso, también tenemos que entender que hay que combinar los debates nacionales con el debate europeo. De hecho, para nosotros era muy importante que en la resolución del Parlamento no se hiciera ninguna referencia a la marcocondicionalidad, y que al final conseguimos, cuando algunos grupos políticos querían incorporarlo.

Debemos hacer compatible y que convivan los debates nacionales con el debate europeo. En este sentido, quizá el Gobierno italiano está mucho más centrado en el discurso del MEDE y de los eurobonos, y hay otros gobiernos, como el español, que han decidido dar un paso adelante e intentar buscar esa posición que finalmente congregue mayorías. Al final estamos para eso, para intentar conformar mayorías.

¿Y ese paso adelante no es una manera de intentar conectar con lo que puede aprobar Merkel, que es quien decide al final, en la medida en que la propuesta española tiene mimbres parecidos a la de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la resolución aprobada por la CDU?

Bueno, yo creo que Merkel tiene una influencia importante, evidente, pero al final mandar, mandamos todos, y necesitamos un acuerdo en el Consejo o no conseguimos nada. Si Merkel da su acuerdo y el resto no, tampoco conseguimos nada.

Si miramos las influencias, evidentemente Alemania tiene una influencia muy importante. Puede ayudar a mover a algunos, pero lo que evidentemente necesitamos es movimientos en el marco del Consejo, porque si cada uno se posiciona en la idea inicial y nadie mueve ficha, dentro de un mes seguiremos sin tener una propuesta encima de la mesa y no podemos esperar más.

De esta crisis sanitaria vamos a salir unos antes que otros, pero vamos a salir. Y cuando esto pase necesitamos tener preparada una batería de planes y de actuaciones que se puedan poner en marcha.

Yo quiero ser optimista, siendo conscientes de las dificultades, y de que la última decisión del Eurogrupo costó muchísimo llegar a un acuerdo. Vamos a ver qué pasa el jueves y qué pasa en las próximas semanas. Pero, en cualquier caso necesitamos ya una propuesta que sea aceptada por la mayoría en el Consejo.

¿Qué espera del jueves? ¿Para cuándo deberíamos tener una propuesta que pueda ser aceptada?

Hay quien dice que en función de cómo van pasando las semanas la presión actúa sobre aquellos que en un principio no querían tomar ninguna medida. Y eso a lo mejor nos viene también a los que tenemos mayor urgencia.

En cualquier caso, yo creo que el jueves t iene que haber una posición clara para que la Comisión Europea ponga ya encima de la mesa una propuesta del plan de inversiones.

En principio la Comisión Europea ya ha anunciado que a finales de este mes tendría preparada una propuesta encima de la mesa, y consta que se está trabajando sobre ella, pero todavía necesita de hablarse muchísimo más en los niveles internos de la Comisión, con el Consejo, con los gobiernos nacionales y, evidentemente, también con el Parlamento.

Nosotros en el Grupo Socialista ya estamos trabajando sobre una propuesta, y queremos poder enviarle a la Comisión Europea unas ideas generales la próxima semana. Por un lado, tenemos que pensar en cómo lo financiamos, pero también cómo apoyamos las inversiones estratégicas, los sectores que ahora mismo son fundamentales, estratégicos de nuestra economía, como puede ser el turismo, la digitalización, el transporte...

Hay multitud de sectores estratégicos que están afectados por esta crisis. Y de todas esas cuestiones tenemos que hablar también, no sólo de cómo financiamos el plan, sino de qué hacemos con ese plan, de dónde lo inviertes, claro.

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