El Consejo de Ministros de Italia ha anunciado este martes por sorpresa la introducción de un impuesto en 2023 que gravará con un 40% los beneficios extraordinarios contabilizados por la banca del país. La recaudación se destinará a ayudar a los hipotecados y a rebajar la carga fiscal de los ciudadanos.
“El Consejo de Ministros aprobó una regla de equidad social que es un gravamen sobre las ganancias bancarias extra en 2023”, anunció este martes en rueda de prensa el vicepresidente del Gobierno de Italia y ministro de Transportes e Infraestructuras, el derechista Matteo Salvini.
El ministro, que dijo que el impuesto se limitará a este ejercicio, indicó que todos los ingresos que recaude se destinarán a ayudas para las primeras hipotecas de vivienda y a recortes de impuestos.
En su exposición, Salvini defendió la introducción del gravamen extraordinario a la banca porque la subida de los tipos de interés como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ha supuesto un aumento del coste del dinero para familias y empresas, “pero no ha habido una subida igual de rápida, diligente y significativa en cuanto a los consumidores que tienen depósitos en cuentas corrientes”.
El gobierno que lidera la ultraderechista Giorgia Meloni lleva tiempo criticando a las entidades financieras por la tardanza en remunerar los depósitos pese al encarecimiento del precio del dinero.
Sin querer entrar a valorar la potencial recaudación del impuesto, el ministro italiano indicó que “basta mirar el primer semestre de 2023 de los bancos” para entender que no estamos hablando de un puñado de millones, sino de algunos miles de millones.
Los detalles de la medida son todavía confusos, pero parece que el impuesto del 40% se aplicará cuando el crecimiento anual de los ingresos netos por intereses (la cantidad que los bancos ganan al prestar menos lo que pagan a los depositantes) supere el 3% en 2022 y el 6% en 2023. Según la agencia Reuters, el gobierno de Meloni busca recaudar cerca de 3.000 millones de euros con el gravamen.
Los cinco grandes bancos italianos se anotaron en el primer semestre un beneficio conjunto de unos 10.500 millones de euros, un 64%, según datos de la agencia de rating DBS Morningstar recopilados por Financial Times.
Posteriormente, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, Salvini ha asegurado que el nuevo impuesto pretende “utilizar parte de las millonarias ganancias de los bancos para ayudar a las familias y empresas afectadas por la subida de tipos”.
“Una norma de sentido común aprobada en el Consejo de Ministros para apoyar a quienes se encuentran en dificultades”, ha apostillado.
Según explican medios italianos, la norma, incluida por sorpresa en el decreto ómnibus aprobado en la reunión del Consejo de Ministros celebrado a última hora de este lunes, contempla la activación del gravamen del 40% cuando el margen de interés registrado en 2023 supere un determinado porcentaje.
La aprobación del nuevo gravamen a la banca lastraba este martes la cotización del sector en la apertura de la Bolsa de Milán. Las acciones de Intesa Sanpaolo y UniCredit, los dos mayores bancos del país, caían en las primeras horas un 8% y un 7%, respectivamente. También retrocedían los títulos de Bper (-7,39%), Banco Bpm (-6,73%), Mps (-6,75%)%, Mediolanum (-3,04%) y Mediobanca (1,64%).