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Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

Juncker se declara “decepcionado” y sólo volverá a negociar si Atenas presenta propuestas “serias”

EUROPA PRESS

BRUSELAS —

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, está “decepcionado” por la falta de avances en las negociaciones con Grecia sobre el rescate, cuya ultima ronda se celebró este fin de semana, pese a sus “grandes esfuerzos” para facilitar el diálogo. Juncker sólo aceptará volver a la mesa de negociaciones si Atenas presenta nuevas propuestas “serias” en materia de reformas que respondan a las exigencias de sus acreedores.

Juncker ha hecho este fin de semana “un último intento de encontrar una solución” con Grecia que permitiera una evaluación positiva de la troika a tiempo para el Eurogrupo del 18 de junio, según ha explicado su portavoz, Margaritis Schinas. Las negociaciones se celebraron el sábado y domingo en Bruselas a través de representantes personales del propio Juncker y del primer ministro griego, Alexis Tsipras, y en estrecho contacto con el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

“Aunque se hicieron algunos progresos, las conversaciones no tuvieron éxito, ya que sigue habiendo una brecha significativa entre los planes griegos y las exigencias conjuntas de las instituciones”, ha dicho el portavoz. “El presidente Juncker está decepcionado de que, pese a sus grandes esfuerzos para facilitar los progresos en estas negociaciones, los avances no fueron tan evidentes”, ha resaltado.

“Si hay algo nuevo, estaremos muy felices de contribuir en tanto que mediadores para hacer avanzar las conversaciones”, ha apuntado Schinas. Pero la Comisión deja toda la responsabilidad en manos de Atenas, ya que no volverá a dialogar hasta que reciba una “propuesta seria” del Gobierno de Syriza.

Tsipras se comprometió con Juncker durante la última reunión que mantuvieron el jueves pasado a presentar de inmediato nuevas propuestas en materia de reforma. Pero las propuestas no llegaron, y los negociadores griegos contactaron el viernes con la Comisión para decir que no querían enviar el plan por correo electrónico ni discutirlo por teléfono por temor a filtraciones. Por ello solicitaron una reunión secreta durante el fin de semana en Bruselas. El encuentro se filtró de inmediato a la prensa helena, según relatan fuentes comunitarias.

Los negociadores griegos llegaron una hora tarde a la reunión sin ningún papel. El Ejecutivo comunitario había convocado también a negociadores del BCE y del FMI en un intento de cerrar un acuerdo, pero sin documentos era imposible. A última hora de la tarde, los griegos presentaron una tabla con cifras que se limitaba a repetir sus últimas propuestas que los acreedores ya habían tachado de insuficientes para garantizar la sostenibilidad fiscal del país.

Discrepancias con el FMI

Los representantes de Juncker convocaron a los griegos a un nuevo encuentro el domingo exigiéndoles nuevas propuestas. Pero los negociadores de Tsipras volvieron a llegar tarde y con el mismo papel que el día anterior, por lo que la Comisión concluyó de inmediato el encuentro por considerar que no había base para avanzar.

El FMI que también rompió la negociación la pasada semana, ha mostrado también las discrepancias internas que existen entre los negociadores y a su vez con Grecia. El economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, que abandonará su cargo el próximo 30 de septiembre, destaca que una reducción de los objetivos de superávit primario llevará a un ajuste fiscal y económico menos doloroso para Grecia, pero exigirá también más financiación externa y alivio de la deuda por parte de sus acreedores.

En este sentido, acepta que existe un “límite” en lo que Grecia puede hacer, pero también hay un límite en cuanto a financiación y alivio de la deuda que están dispuestos a aceptar los acreedores. Por ello, incide en que para que un acuerdo en este sentido sea “eficaz y creíble” es necesario que cumpla dos condiciones, una por parte de Grecia y otra por parte de sus acreedores.

Por un lado, subraya que el Gobierno heleno debe ofrecer unas medidas “verdaderamente creíbles” para alcanzar un menor objetivo de superávit primario y debe mostrar su compromiso con un conjunto de reformas más limitado.

“Creemos que incluso un nuevo objetivo más bajo -de superávit primario- no será creíble sin una amplia reforma del IVA, que afecte a una amplia base, y sin un mayor ajuste de las pensiones”, remarca.

Asimismo, justifica la insistencia en recortes en las pensiones en que estas, junto con los salarios, representan un 75% del gasto primario, “y el otro 25% ya ha sido recortado hasta el hueso”. “Creemos que una reducción de las pensiones del 1% del PIB es necesaria y puede hacerse protegiendo a los pensionistas más pobres”, añade.