El presidente de Francia, Emmanuel Macron, firmó hoy una de las principales promesas de su programa, la reforma para flexibilizar el mercado laboral, que debe entrar en vigor inmediatamente al haber elegido su aprobación por decreto ley.
Macron formalizó esta firma al término de un Consejo de Ministros cuyo plato fuerte fueron, precisamente, los cinco decretos de esta reforma que calificó de “inédita”, y contra la que este jueves hubo una segunda jornada de protestas de una parte de los sindicatos, después de una primera el pasado día 12.
En una breve declaración, recordó que los decretos son la concreción de “un compromiso de campaña”, que se han hecho “en un tiempo récord” y que entrarán en vigor a partir de su publicación en los próximos días.
“Es una transformación inédita de nuestro sistema social” que “dará más oportunidades”, en particular a los jóvenes, y permitirá a las empresas “adaptarse de forma rápida” a las condiciones de su actividad, destacó.
Además, recordó que luego se completará con las reformas del aprendizaje y la formación profesional, y con disposiciones presupuestarias para “recompensar más el trabajo y el mérito”.
Sobre su contenido, el jefe del Estado hizo notar que se trata de “confiar” en los empleados y en las compañías, al permitir que sea la negociación en cada empresa la que fije muchas de las reglas, hasta ahora dictadas por disposiciones legislativas o por los convenios sectoriales.
A ese respecto, señaló que los decretos conllevan “disposiciones pragmáticas” para las pymes al simplificar la negociación.
Ante las acusaciones de que la reforma únicamente beneficia a la parte empresarial, afirmó que ésta instaura “nuevos derechos” para los trabajadores y sus representantes, y abre “perspectivas para los delegados sindicales”.
El Elíseo justifica sus propuestas en dar mayor flexibilidad a las empresas en cuanto a la adaptación de la remuneración y horas de trabajo a las condiciones del mercado laboral, debido a que ven la ley actual como “un freno a la contratación y la inversión”.
El principal objetivo del presidente es permitir que las condiciones laborales, en particular la jornada laboral, sea negociada en cada empresa o a nivel sectorial para las pymes, dejando así de lado los convenios colectivos.