ANÁLISIS

Cómo Madrid concentra a las grandes fortunas

27 de septiembre de 2022 23:23 h

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En estos días en que la decisión de Andalucía y los anuncios de otras Comunidades Autónomas (CCAA) parecen amenazar la continuidad del Impuesto de Patrimonio (IP) es preciso destacar, más allá de su capacidad recaudatoria, la extraordinaria importancia del impuesto como fuente de información sobre el patrimonio de los hogares y su distribución personal y territorial. Ilustraremos esta potencia informativa estudiando la concentración de las grandes fortunas españolas en Madrid y estimando el número de declarantes y los ingresos que obtendría Madrid sin la bonificación del 100% que estos días ha adoptado también Andalucía.  

La Estadística de los declarantes del Impuesto de Patrimonio (EDIP) que publica la Agencia Tributaria (AT) es una de las principales fuentes de información en España, junto con la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del Banco de España, sobre el patrimonio de los hogares y su distribución.

La información de la EDIP se completa con la disponibilidad pública de muestras anuales y de un novedoso panel al que se hace referencia más adelante.

La aportación de la Agencia Tributaria es particularmente apreciable si se tiene en cuenta la escasez de fuentes fiables sobre la distribución de la riqueza y la “falta de transparencia fiscal de los Estados” denunciada por Thomas Piketty en el capítulo 13 de Capital e ideología.

En el propio territorio español llama la atención el contraste entre la abundancia de estadísticas tributarias publicadas por la Agencia Tributaria, referidas al territorio de régimen fiscal común, con la falta de transparencia fiscal del País Vasco y Navarra. Los gobiernos de estos territorios, con el estado de bienestar más avanzado de España, deberían hacer un esfuerzo de transparencia para ponerse a la altura de la Agencia Tributaria. Y lo mismo se puede decir de los impuestos que gestionan directamente las Comunidades Autónomas de Régimen Común y, en particular, del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones que debería ser la principal fuente de información estadística sobre la transmisión de la riqueza entre generaciones.

También debe destacarse el importante papel de la Agencia Tributaria, junto con el INE, en la construcción de la muestra de 6.300 hogares en que se basa la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del Banco de España. Esta colaboración asegura la alta calidad de la EFF, que proporciona una visión global de la renta y la riqueza de los hogares y su distribución, aunque no permita el estudio por Comunidades Autónomas.

La información sobre el patrimonio de los declarantes que proporciona la Estadística de Declarantes del Impuesto de Patrimonio puede completarse con las tablas, con mayor detalle de tramos, que proporcionan las Memorias de la Administración Tributaria (2019 es el último año estudiado) y con las tablas del estudio anual de la Dirección General de Tributos,  que se ofrecen también en soporte excel (2018 es el último año estudiado).

Desde la óptica de la distribución territorial del patrimonio tienen especial interés algunas tablas relativas a 2019 difundidas en el Libro Blanco sobre la reforma tributaria, publicado en 2022 por el Instituto de Estudios Fiscales.

Concentración del patrimonio en Madrid

En la declaración del impuesto de patrimonio existe un límite exento establecido en 700.000 euros en la mayor parte de las CCAA. Además, la vivienda habitual está también exenta hasta 300.000 euros. Por eso podría decirse que la EDIP, cuya edición correspondiente a 2020 acaba de publicarse, proporciona información sobre la riqueza de las personas físicas con un patrimonio superior, aproximadamente, a un millón de euros. En Madrid el impuesto de patrimonio está bonificado al 100% y nadie paga por este impuesto. En estas condiciones, y de acuerdo con el artículo 37 de la Ley del impuesto, que regula la obligación de declarar, en Madrid, como ocurrirá en Andalucía desde 2022, sólo declaran las personas con más de dos millones de patrimonio. Esta limitación se traduce en que las tablas por CCAA que presenta la EDIP distorsionan completamente la imagen de la distribución territorial ya que se refieren exclusivamente al total de declarantes y no se publican tablas por CCAA y tramos de patrimonio.

Para apreciar el problema estudien la tabla por CCAA que publica la EDIP. Para cada CCAA tenemos el número de declarantes y el patrimonio medio en 2019 y 2020.

En Cataluña hay 82.000 declarantes, que representan 13 por cada mil personas de 20 y más años, con un patrimonio medio de 2,7 millones. En Madrid hay sólo 19.000 -3,6 personas por cada mil adultos-, con patrimonio medio de 10,3 millones de euros. Obviamente estos datos no son comparables porque en Cataluña declaran las personas con más de 800.000 euros de patrimonio (el mínimo exento lo han rebajado a 500.000 euros) y en Madrid sólo declaran los de más de dos millones.

En Andalucía hay también 19.000 declarantes, menos de tres personas por cada mil adultos, con un patrimonio medio de 2,7 millones de euros. Con la bonificación al 100% sólo presentarán declaración los que tengan más de dos millones que, como veremos, pueden estimarse en unas 3.600 personas.

Para tener datos comparables por CCAA buscamos una tabla que se refiera exclusivamente a los declarantes con más de dos millones de euros pero no la encontramos ni en la estadística de la Agencia Tributaria ni en la Memoria de la Administración Tributaria ni en las numerosas tablas de la Dirección General de Tributos.

Afortunadamente, la muestra de declarantes de patrimonio que se ha citado antes nos resuelve parcialmente el problema porque contiene la información necesaria para establecer la distribución por CCAA de los declarantes con más de dos millones de euros de base imponible. El cuadro adjunto presenta los resultados.

El cuadro no presenta la distribución por CCAA de los declarantes con más de dos millones de patrimonio porque entonces veríamos 19.000 en Madrid. Es la distribución de los declarantes con base imponible superior a dos millones. Para cada comunidad aparece el patrimonio, el patrimonio no exento y otras variables de interés, como el porcentaje de patrimonio exento, la base imponible del IRPF media o el ratio patrimonio medio /Base imponible IRPF.

La base imponible, que es el patrimonio no exento neto de deudas, es una variable central en el impuesto y todas las tablas por tramos que publican la Agencia Tributaria, la Dirección General de Tributos o la Memoria de la Administración Tributaria usan la base imponible para establecer los tramos. Los tramos usados en la Muestra de declarantes también son de base imponible.

Es una importante limitación porque, como puede verse, el patrimonio total es 1,7 veces el patrimonio no exento debido a la exención de 300.000 euros en la vivienda principal, la exención de los bienes afectos a las actividades económicas y, sobre todo, a la exención de las acciones de los propietarios de empresas familiares que representan casi el 85% del patrimonio exento.

El cuadro ilustra bien el problema que representa usar la base imponible para establecer los tramos porque indica que hay unas 5.000 personas en Madrid con patrimonio superior a dos millones de euros pero que, al excluir el patrimonio exento y restar las deudas, pasan a tener una base imponible inferior a dos millones. Y si el patrimonio medio de los 19.000 declarantes era de 10,3 millones de euros el patrimonio medio de los 14.000 con base imponible superior a dos millones se ha elevado a 12 millones de euros.

En Andalucía vemos 2.675 declarantes con base imponible superior a dos millones, un patrimonio medio de 5,6 millones y una base imponible media en IRPF de 314.000 euros. Con el ratio de Madrid puede estimarse en unas 3.600 el número de personas en Andalucía con un patrimonio superior a dos millones. Este es el colectivo especialmente beneficiado por la reciente bonificación ya que, como veremos, la cuota líquida media de los patrimonios inferiores a dos millones es muy reducida.

El alto coste fiscal de la exención de las acciones de la empresa familiar y las posibilidades que abre a la “ingeniería fiscal” se analizan en el Libro Blanco de la reforma tributaria y en el trabajo de Mariona Mas Montserrat en el IEB Report 4/2017 (Instituto de Estudios de Barcelona).  

Desde esta perspectiva sobresale Galicia, donde residen las mayores fortunas españolas y el porcentaje de patrimonio exento se eleva al 73%.

A pesar de las limitaciones que acaban de describirse, el cuadro ilustra con suficiente claridad la especificidad de Madrid. Si en el Territorio Común 12 de cada 10.000 adultos tienen más de 2 millones de base imponible, con un patrimonio medio de 9,6 millones, en Madrid son más de 27 por cada 10.000 adultos y el patrimonio medio se eleva a 12 millones de euros.

En Madrid se concentra el 33% de las personas con base imponible superior a dos millones y el 41% del valor de los patrimonios superiores a este umbral.

La concentración del patrimonio en Madrid crece conforme se eleva el umbral considerado. Para los patrimonios con base imponible superior a 30 millones, el Libro Blanco sobre la reforma tributaria antes citado proporciona, en la Tabla V.13, la distribución por CCAA de los declarantes, el patrimonio no exento y otras variables referida a 2019. De acuerdo con esta fuente, el 65,2% de estos declarantes ultra ricos tiene su domicilio fiscal en Madrid donde se concentra el 74% del patrimonio superior a este umbral.

Estos datos relativos al patrimonio de los hogares permiten completar la imagen de la concentración del capital societario, los salarios y la renta en Madrid que se presentaba en el artículo del 16 de julio en eldiario.es.

El cuadro adjunto resume la información sobre la concentración de las grandes fortunas en Madrid que aportan las estadísticas tributarias, referidas siempre al Territorio Común. Como referencia se recuerda que en Madrid reside el 15% de las personas de 20 y más años y tiene su domicilio fiscal el 16% de las declaraciones de IRPF.

  • El 52% de los asalariados con salario anual superior a 133.000 euros reside en Madrid y concentran el 55% de la masa salarial superior a este umbral. Son 32.000 asalariados con 266.000 euros de salario anual medio.
  • El 39% de las declaraciones de IRPF con renta anual superior a 150.000 euros tiene su domicilio fiscal en Madrid y concentra el 42% de la renta superior a este umbral. Son 45.00 declaraciones con 421.000 euros de renta anual media.
  • La tercera parte de las personas con patrimonio no exento neto (base imponible) superior a dos millones tiene su domicilio fiscal en Madrid, donde se concentra el 41% del valor de los patrimonios superiores a este umbral. Son casi 15.000 personas con patrimonio medio de 12 millones.
  • El 65% de las personas con base imponible superior a 30 millones tiene su domicilio fiscal en Madrid y concentran el 74% del patrimonio superior a este umbral. Son 461 personas con un patrimonio no exento medio de 81 millones de euros.

Evolución de la concentración de patrimonio en Madrid

Los cambios de domicilio fiscal que provoca la competencia a la baja entre CCAA en patrimonio, sucesiones e IRPF es una cuestión de difícil estudio. En relación con el impuesto de patrimonio el Libro Blanco de 2022 cita el estudio de Agrawal, Foremny y Martínez-Toledano, resumido en el blog Nada es gratis,  que cifra en 6.000 personas el aumento de declarantes en Madrid entre 2011 y 2015 debido a la bonificación del 100%.

La estadística de patrimonio permite aproximar la evolución de la concentración en Madrid desde 2011 a 2020 de los patrimonios (bases imponibles) superiores a 6 y 30 millones. Como se ha dicho, la EDIP no presenta tablas por CCAA y tramos de patrimonio, pero el hecho de que en Madrid nadie pague el Impuesto de patrimonio permite utilizar (con un ligero margen de error ya que en 2011 Baleares y Comunidad Valenciana tuvieron bonificación completa) la tabla de la cuota a ingresar por tramos de base imponible en el Territorio Común para conocer el número de declarantes en Madrid con más de seis millones y con más de 30 millones de euros. Es la diferencia en los dos tramos superiores entre el número de los que declaran y el número de los que pagan.

De este modo pueden obtenerse con facilidad las series de declarantes en Madrid con más de seis millones y más de 30 millones de base imponible desde 2011, fecha en que se recuperó el Impuesto de Patrimonio tras el paréntesis de 2008-2010. En esta nueva etapa se elevó el mínimo exento desde los 108.000 hasta los 700.000 euros y se redujo drásticamente el número de declarantes desde casi un millón en 2007 a 130.000 en 2011. En este periodo Madrid bonifica al 100% el impuesto y puede aplicarse el procedimiento descrito.  

El porcentaje de declarantes en Madrid con más de seis millones de euros se mantiene aproximadamente constante desde 2014 en torno al 51%, pero el de las fortunas superiores a 30 millones crece sostenidamente desde el 57% de 2012 (250 declarantes) hasta un 67% en 2018 y se reduce ligeramente hasta el 65,5% en 2020 (474 declarantes). Entre 2012 y 2020 el número de grandes patrimonios con domicilio fiscal en Madrid se multiplica por 1,9.

La tendencia creciente de la concentración en Madrid de las rentas más altas se observa también en el IRPF como ilustra el gráfico siguiente. En las rentas superiores a 600.000 euros el porcentaje de declaraciones en Madrid se ha elevado desde el 42% en 2008 y 2009 al 46% en 2020, con un máximo del 53% en 2013.

En las rentas superiores a 150.000 euros la concentración en Madrid se ha elevado desde el 35% en 2008-2009 al 40% en 2020 con un máximo del 41,5% en 2014.

¿Cuántos declarantes de Patrimonio habría en Madrid sin la bonificación?

En la distribución por CCAA del total de declarantes que proporciona la Encuesta de Declarantes del Impuesto de Patrimonio se observa la anomalía ya citada del escaso número de declarantes en Madrid (19.500 que significa 3,6 por cada mil adultos) comparado con Cataluña (82.000 o 13,6 por cada mil adultos) aunque en esta comunidad el número es especialmente elevado ya que el mínimo exento está rebajado a 500.000 euros. También en Aragón el número de declarantes es relativamente alto (13,7 por cada mil adultos) ya que el mínimo exento se ha rebajado a 400.000 euros.

Para estimar el número de declarantes de patrimonio que habría en Madrid, con un límite exento de 700.000 euros, si no estuviera bonificado al 100%, tenemos como guía la distribución por CCAA de los declarantes de IRPF con altos niveles de renta (ver el artículo del 16 de julio).

Si nos restringimos a las 10 Comunidades Autónomas (CCAA), aparte de Madrid, que tienen 700.000 euros de mínimo exento en patrimonio y estudiamos su relación con la distribución por CCAA de las rentas altas en el IRPF se observa una relación lineal extraordinariamente estrecha (R2 = 0,979) con la distribución de los declarantes con renta anual superior a 150.000 euros.

Con esta relación puede estimarse que en Madrid habrían declarado patrimonio en 2020 87.440 personas (16 por mil adultos), lo que significa 68.000 declarantes adicionales.

La pérdida de ingresos de la Comunidad de Madrid por la bonificación al 100% del impuesto de patrimonio se cifra en la EDIP de 2020 en 992 millones de euros que es la cuota antes de la bonificación.

El incremento en 68.000 declarantes con patrimonios inferiores a dos millones elevaría la cuota pero no mucho más, ya que la cuota media de los patrimonios inferiores a dos millones es muy reducida. Utilizando las tablas por tramos, más detalladas, de las Memorias de la Administración Tributaria, se observa que los declarantes con base imponible inferior a dos millones de euros, que representan el 84% de los que pagan impuesto, tienen una cuota media de 2.000 euros. Por tanto, sin la bonificación del 100% la Comunidad de Madrid ingresaría 1.130 millones de euros.

Como la recaudación del Impuesto de Patrimonio en 2020 se cifra en la EDIP en 1.200 millones de euros puede afirmarse que sin la bonificación de Madrid la recaudación de este impuesto se duplicaría prácticamente.

La estimación del número de declarantes en Madrid, en ausencia de la bonificación total, permite estimar el número de millonarios en Territorio Común en 277.000 o 7,7 por cada mil adultos de 20 y más años. Unos 300.000 millonarios en España. El número de personas con más de dos millones de patrimonio (no de base imponible) puede estimarse en torno a los 60.000 o 15,5 por cada 10 mil adultos con 20 y más años.

Necesidad de cambios en la información sobre el Patrimonio

La estadística de patrimonio que se publica actualmente está orientada principalmente al servicio de la gestión y el estudio de cambios en la tributación, pero también es -como ha podido verse a lo largo del análisis anterior- una herramienta básica para el conocimiento de la distribución personal y territorial de la riqueza de los hogares. Sin ella, estaríamos en la misma situación de vacío informativo en que se encuentran los residentes en los territorios forales o en la que nos encontramos todos los españoles interesados en la distribución de las herencias y donaciones según el tipo de bien y su importe y según la renta y el patrimonio del fallecido y de sus herederos. Buscamos respuesta, en vano, en la información del Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Aún así, como también se ha visto, la información tributaria disponible sobre el patrimonio tiene tres limitaciones:

En primer lugar, no permite estudiar la distribución personal del patrimonio por tramos del patrimonio total sino sólo por tramos del patrimonio no exento neto de deudas o base imponible. Sabemos por la EDIP que en 2020 hay 724 personas con más de 30 millones de base imponible en Territorio Común pero, en realidad, podría haber más de 1.500 personas declarantes con patrimonio total superior a ese umbral. Esta limitación informativa ha afectado también, sorprendentemente, a los expertos del Libro Blanco de 2022 que debían tener a su disposición la base de datos completa del impuesto. Si se estudia la tabla V.13 antes citada se observará que habla, incorrectamente, de patrimonios de más de 30 millones de euros y en el texto no se precisa la importante diferencia entre las distribuciones según la base imponible y las distribuciones según el patrimonio total.

La segunda limitación de la estadística del impuesto de patrimonio es la ausencia de distribuciones por CCAA y tramos de base imponible que, sin embargo, se publican en la Estadística de los declarantes de IRPF. Esta ausencia impide conocer la distribución de la riqueza por CCAA y sólo con la ayuda de la Muestra de declarantes de patrimonio puede paliarse esta limitación y estudiar, como se ha visto, la distribución por CCAA de los declarantes con más de dos millones de euros de base imponible. Pero con la muestra no se puede (al menos yo no he podido) estudiar la distribución por CCAA de las bases imponibles superiores a seis, diez o 30 millones.

La tercera limitación, que afecta también a la estadística de IRPF, se refiere a la óptica del hogar, fundamental en el estudio de la distribución de la renta y la riqueza. La EDIP presenta datos por sexo, como todas las estadísticas de la Agencia, y en las tablas de la Dirección General de Tributos pueden verse también tablas según la edad de los declarantes, pero no se conocen tablas por hogar, usando el domicilio como unidad de observación.

Pero en este campo hay buenas noticias, ya que la Agencia Tributaria, junto con el INE y el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), ya han dado pasos con el objetivo de ir salvando algunas de estas limitaciones con la reciente publicación del nuevo panel de hogares, que reúne microdatos de hogares con información de renta y patrimonio:  Algunos de los resultados de ese producto se pueden ver en la nota sobre Renta y Riqueza de personas y hogares en las fuentes tributarias que aparecía con el Informe anual de Recaudación Tributaria de 2019.

Finalmente, al reflexionar sobre el valor de la información que declaramos los contribuyentes a las Administraciones de Hacienda y la importancia de la estadística tributaria, debe recordarse la extraordinaria dificultad que tienen las encuestas a los hogares para conocer la renta y la riqueza de los hogares en la parte alta de la distribución. En el estudio de Olimpia Bover y otros sobre la EFF de 2011 (The Spanish survey of household finances (EFF): description and methods of the 2011 wave) se detallan las tasas de cooperación de los hogares por estratos de riqueza, definiendo la tasa como el porcentaje que representan las entrevistas cumplimentadas sobre la suma de cumplimentadas y negativas a responder a la encuesta. En el estrato 1 formado por los hogares que no presentan declaración de patrimonio, la tasa de cooperación es del 62% pero la tasa va disminuyendo hasta el 24,6% en el estrato superior formado por los hogares con patrimonio superior a 25 millones de euros.

En estas condiciones, la desaparición del Impuesto de Patrimonio, como proponía el Informe de la Comisión de expertos de 2014,  supondría una pérdida irreparable para el conocimiento de la distribución de la riqueza en España. Sin embargo, las bonificaciones al 100% de Madrid, Andalucía y otras que pudieran producirse sólo se traducen, desde esta perspectiva del conocimiento, en la pérdida de la información relativa a los patrimonios inferiores a dos millones en las CCAA de Régimen Común ya que el artículo 37 de la Ley del Impuesto asegura la declaración de los patrimonios superiores. Más grave es la carencia total de información sobre el patrimonio en los territorios forales.

Desde una perspectiva más amplia, las bonificaciones al 100% de Madrid y Andalucía ponen de relieve la necesidad de precisar las competencias normativas de las CCAA de Régimen Común estudiadas en el capítulo V.5 del Libro Blanco y de hacer efectivos los límites recomendados en la Propuesta 118 respecto al mínimo exento, las escalas de gravamen y, sobre todo, respecto a la cuota líquida que “no podrá ser inferior a un determinado porcentaje de la cuota íntegra”.

Si esta propuesta del Libro Blanco y las que recomiendan la elevación del límite exento hasta el millón de euros, la continuidad de la exención de 300.000 euros a la vivienda habitual y la reducción de los tipos de la tarifa manteniendo su carácter progresivo, se hicieran efectivas, se facilitaría el mantenimiento de esta vital fuente de información y, posiblemente, la reducción de la oposición al impuesto al reducir la carga fiscal para todos los patrimonios y, en especial, a los inferiores a dos millones.

Cabe, sin embargo, lamentar que, en plena era de la información, el Libro Blanco no otorgue la importancia debida a la información que aportamos los contribuyentes en las declaraciones tributarias y no incluya propuestas de estadísticas tributarias de obligado cumplimiento para todas las CCAA, incluyendo los territorios forales, siguiendo el ejemplo de la Agencia Tributaria. Una estadística tributaria de ámbito nacional, que abarcara la renta, la riqueza y las herencias y donaciones, supondría un avance decisivo en la transparencia fiscal y proporcionaría el marco adecuado para la valoración de los posibles efectos nocivos de la competencia fiscal entre CCAA. Desde esta perspectiva, y también desde la óptica de la reducción de los costes de cumplimiento, se necesitan propuestas de coordinación o incluso de integración en una sola declaración, de los impuestos sobre la renta, patrimonio, sucesiones y donaciones y otras figuras de la imposición sobre la riqueza. Sólo cuando se disponga de esa información integrada se podrá empezar a hablar, con propiedad, de un análisis informado de la tributación justa de la renta y la riqueza.