El secretario general de UGT, Cándido Méndez, que, salvo sorpresa de última hora, volverá a ser reelegido para el cargo la próxima semana, ha asegurado, en una entrevista con Europa Press, que el sindicato no necesita un “lavado de cara”, sino un cambio “profundo” para acercarse más a los afiliados y cambiar la percepción social que se tiene de la organización.
Méndez ha hecho autocrítica y ha reconocido que el sindicato ha cometido errores en los últimos cuatro años, aunque no deliberadamente. Así, ha indicado que en 2009, cuando arrancó su quinto mandato, pensaba, al igual que casi todos los expertos, políticos y agentes económicos, que la crisis iba a ser muy dura, pero corta, con la economía recuperándose en 2012, algo que finalmente no ha sucedido.
También cree que en el sindicato no ha hecho todos los esfuerzos posibles para que sus afiliados conocieran de primera mano las razones de algunas de sus decisiones, tanto en lo que respecta a los contenidos de lo que se negociaba como a las movilizaciones que se convocaban.
“Y eso lo tenemos que corregir. Nuestra organización tiene que hacer un esfuerzo que vaya más allá del contacto con nuestros afiliados a través de las redes sociales y tenemos que profundizar mucho en el 'bis a bis', con informaciones directas”, ha subrayado el líder de UGT, que ha añadido que esto no es una tarea de la Ejecutiva Confederal “de turno”, sino de todas las estructuras del sindicato.
Méndez ha insistido en que UGT “no es un cabeza de cartel”, como sí puede serlo un partido político, y ha advertido de que existe una distorsión respecto a la percepción de lo que es en realidad un sindicato. “Tenemos que hacer un esfuerzo por cambiar la percepción del sindicato. En España hay una tendencia a confundir el sindicato, su estructura y su papel con los partidos políticos y eso no es así en absoluto”, ha dicho.
El dirigente ugetista lleva 19 años dirigiendo la organización y todo apunta a que lo hará otros cuatro años más, a pesar de la “inmensa cantera” que supone su número de afiliados, 1.160.000. “En UGT hay muchísima gente, gente conocida y desconocida, pero que tiene tanta capacidad como cualquiera de los que estamos aquí. Claro que hay cantera”, ha resaltado.
Pero, según ha añadido, en situaciones difíciles y complicadas como las actuales y cuando además el sindicato prevé abordar cambios en su estructura para agilizarla y hacerla más completa, intentar al mismo tiempo cambiar el equipo de dirección es “complejo”, sobre todo en una organización donde la “estabilidad” es muy “apreciada”.
Eso, ha dicho Méndez, es la reflexión que le han trasladado sus compañeros y el motivo por el que ha decidido optar a la reelección en el 41º Congreso de la UGT (del 10 al 13 de abril). Lo que pase dentro de cuatro años ya se verá, pero Méndez tiene claro que hay muchas personas “a los que se les puede coger la matrícula” para sucederle en el futuro.
“Ni cansado ni desilusionado”
El líder de UGT ha asegurado que “ni se siente cansado ni desilusionado”, pero sí “enormemente preocupado” por la difícil situación de los trabajadores, al tiempo que ha reconocido que ninguno de los 19 años que lleva en el cargo ha sido fácil.
“Estamos en una de las coyunturas más difíciles de la etapa democrática, si no la más difícil, para los trabajadores y, por tanto, para el sindicato, y ahora, cuando más se necesita el sindicato, más se le descalifica”, ha señalado.
El dirigente de UGT no ha tenido ningún problema en revelar a Europa Press que su salario neto mensual es de 2.377 euros, cuando hace unos años era de 2.500. En este sentido, ha afirmado que es “decididamente partidario” de la Ley de Transparencia, porque así se evitaría que cada cual hiciera “transparencia pret a porter”. “Si hay una ley, que se cumpla lo que dice la ley”, ha añadido.
Méndez cree que se ha producido una “sobreatribución” del papel de los sindicatos y que ahora están pagando el precio. En este sentido, el líder sindical ha dejado claro que UGT no es un movimiento sociopolítico, sino un sindicato, cuya raíz y función esencial está en las empresas. También ha enfatizado que los sindicatos tampoco son la oposición de los gobiernos de turno.
Respecto al empuje de otras organizaciones sociales, el secretario general de UGT ha subrayado que no está preocupado “por ningún tipo de competencia”, porque la competencia con los sindicatos se produce en los ámbitos sociolaborales, no en el ámbito de la sociedad civil.
La crisis reduce la cifra de afiliados
Además, y para despejar cualquier duda, Méndez ha hecho hincapié en que UGT afronta su 41º Congreso con más afiliados que hace cuatro años y con más ingresos por cotizaciones. Eso sí, reconoce que el sindicato perdió afiliados e ingresos en 2012, aunque lo achaca a la crisis. “Las bajas por diferencias o discrepancias con el sindicato son contadas. La inmensa mayoría se produce porque los trabajadores no pueden pagar o ha desaparecido la empresa”, ha indicado.
Dentro de los cambios que se plantea para el próximo periodo, Méndez quiere “estrechar” las estructuras políticas y “ensanchar” la organización por abajo para que el “epicentro” de todo el trabajo sindical sea defender y atender a los afiliados y aumentar su número.
Para mejorar los ingresos, Méndez opina que debería retomarse, aunque no para su implementación en la actual situación económica, la propuesta sindical de que los no afiliados paguen una especie de canon cuando se beneficien de las negociaciones sindicales en un ERE o convenio colectivo.
No más cambios en la reforma de las pensiones
Por otro lado, Méndez ha pedido al Gobierno que “no cometa la torpeza” de seguir modificando la reforma de pensiones que pactaron sindicatos, empresarios y Gobierno socialista en la anterior legislatura, ya que el problema demográfico se resolvía en esta ley de manera razonable.
Preguntado por si los sindicatos irían a la huelga en caso de que el Gobierno no respetara los plazos y adelantara la entrada en vigor de la jubilación a los 67 años (ahora prevista en 2027), Méndez ha respondido que el Ejecutivo tendría “problemas muy serios”.