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Montoro fía a cambios en los impuestos cumplir en 2014 el déficit que Bruselas ve irrealizable

El ministro Cristóbal Montoro ha comparecido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros mucho más contenido de lo que es habitual. El titular de Hacienda había recibido horas antes una de las peores noticias que se pueden comunicar al tesorero del Estado: sus cuentas no cuadran. Así, Bruselas daba cumplimiento al primer paso del proceso de supervisión reforzada examinando, y poniendo nota, a los Presupuestos Generales de España y del resto de los países del euro, excepto los que están en programas de rescate. La conclusión es que las cifras de Montoro pecan de optimismo en recaudación de impuestos, lucha contra el fraude y reforma de las administraciones públicas. Y España pasa formar parte de los países con más peligro de no cumplir lo comprometido.

Montoro se ha defendido del suspenso parcial que le han puesto los funcionarios de Bruselas. Y lo ha hecho alegando que no han tenido en cuenta importantes reformas que se acometerán en 2014, principalmente, la de la ley tributaria. Hasta ahora, se descontaba que la reforma tributaria entraría en vigor en 2015 (año electoral) pero Montoro ha dado el campanazo, acuciado probablemente por la mala impresión de la Comisión Europea, asegurando que algunos cambios fiscales entrarán ya en vigor en 2014.

Los cambios de Montoro buscan mejorar “la insuficiencia recaudatoria” española, por lo que eliminarán, con casi toda probabilidad, bonificaciones y deducciones empresariales y también sobre el IRPF. El Gobierno puede elaborar leyes que entren en vigor el próximo ejercicio en materia tributaria, como el año pasado cambió el tipo del IVA en el mes de septiembre, pero avisarlo echa al traste con todos los planes empresariales que estén echando los fiscalistas en sus presupuestos en este momento. Básicamente Montoro les ha dicho que la planificación fiscal de 2014, nuclear en cualquier empresa, nace muerta.

Por otro lado, Montoro ha asegurado que “puede y debe” incluir decisiones sobre algunas figuras como el impuesto sobre las transacciones financieras –conocido como Tasa Tobin– que España se había comprometido a imponer a lo largo de 2014 y que por ahora no se ha siquiera empezado a desarrollar.

Con todo, Bruselas ha recriminado a Montoro que no se cree la previsión de impuestos, con una desviación de casi un punto completo (10.000 millones de euros) sobre lo estimado por España. Además, dice que hay “riesgos” en la puesta en marcha de las medidas contra el fraude en los impuestos y la Seguridad Social. Ante esta crítica, el ministro conservador ha recordado lo mucho que ha avanzado España en esta materia respecto al pasado.

El ministro cree que las advertencias de la Comisión vienen porque “España no puede relajarse”, pero matizó que “no cabe relax cuando vemos que esas políticas nos están sacando de la crisis”.

Desde la Comisión, advierten sobre todo a Montoro que las comunidades autónomas pueden no cumplir los planes fiscales tal y como deben para que salgan las cuentas. La advertencia puede llevar a intensificar la pelea entre el Gobierno central y los barones del PP que se han enzarzado en una nueva espiral de bajadas de impuestos.

Esfuerzo adicional hasta 2016

Aunque Bruselas se fija especialmente en 2014, lógicamente ya que es el año para el que se examinan las cuentas, también presta atención al medio plazo, 2015 y 2016, ya que el Ejecutivo español ha remitido un plan presupuestario por ese periodo completo. Aquí es donde definitivamente a los hombres de negro les echa humo la calculadora. Así, dicen que para 2015 expirará el efecto de las medidas puntuales (como la subida del IRPF o el efecto de haber quitado la paga extra a los funcionarios) lo que ampliará el déficit, para el cual no se han puesto barreras de contención. Tanto es así que Bruselas cree que en lugar de conseguir que en 2015 el agujero de las cuentas del Estado baje a 4,2% como está establecido, vuelva a ensancharse hasta el 6,6%, esto es, más incluso de lo que se alcanzará en 2013.

Así las cosas, desde la Comisión Europea creen que España hará un esfuerzo fiscal por el equivalente al 1,75% del PIB en 2014, cuando para cumplir el objetivo debería haber recortado casi un 2% del PIB. Para los siguientes años, será de dos puntos del PIB en 2015 y del 1,2% en 2016 si se quiere seguir la senda fiscal de Bruselas, que marca que dentro de tres años las cuentas tengan un roto equivalente al 3% del PIB.

Bruselas cree que la recaudación de impuestos se quedará por debajo de lo previsto porque las bases imponibles de la renta serán menores y porque se continuará deteriorando el mercado laboral. Con todo, Luis de Guindos aseguró al salir del Ecofin en el que se conocieron estas correcciones que “el Gobierno está absolutamente comprometido con el objetivo del déficit público y cree que va a cumplir el 5,8% con las medidas ya adoptadas”.

El ministro de Economía atribuyó la diferencia de criterio entre el Gobierno y Bruselas a la distinta estimación de crecimiento económico para 2014. Mientras que el Ejecutivo comunitario calcula que España crecerá un 0,5% y reducirá el déficit hasta el 5,9%, el Gobierno español prevé un crecimiento del 0,7% y cumplir el déficit. “Eso cubre de alguna forma la décima de desviación en la ejecución del déficit público”, ha insistido el ministro de Economía. A su juicio, el consenso de mercado está más próximo a las previsiones del Gobierno que a las cifras del Ejecutivo comunitario, informa Europa Press.