Los fondos de inversión han hecho un suculento negocio a lo largo del último año en España. En 2013, la inversión creció un 118%, hasta los 13.935 millones de euros, frente a los 6.404 millones del año anterior. Las carteras de deuda de los bancos y los activos inmobiliarios han sido el principal objetivo de compra de este dinero oportunista en busca de gangas, pero en contra de lo que a priori pudiera parecer, los bancos están dejando de ser los principales clientes de estos fondos y, cada vez más, la fuente que les genera su suculento negocio está en los activos vendidos por el sector público.
El cambio respecto a 2012 ha sido considerable. La ventas procedentes de activos públicos se han disparado desde los 15 millones en 2012, hasta los 1.737 millones a finales de 2013, según un informe elaborado por la consultora Irea. Es decir, ha pasado de representar apenas un 3% de las ventas en 2012, al 33% en 2013.
La creación de la Sareb ha supuesto un importante punto de inflexión en este negocio. Los activos tóxicos de la banca española que se quedó el banco malo han sido colocados entre el capital internacional. Lo cierto es que solo el 45% del capital es totalmente público, pero toda la estructura del banco malo (sus 50.000 millones de euros de activos) está soportada por un aval que va contra el Tesoro español.
Y ahora quien sufre las minusvalías de las agresivas compras de los fondos buitre no son los bancos, sino el banco malo. A pesar de que en el momento de su creación, sus representantes aseguraron que no iban a vender a los fondos buitres, en 2013 sólo las ventas de la Sareb suponen el 18% de todas las inversiones que han realizado los fondos internacionales. Frente al 16% que han vendido otros fondos de inversión, o el 11% que vendieron directamente las empresas. Belén Romana, la presidenta del organismo, explicó con motivo del primer aniversario, que en total se habían vendido 6.400 inmuebles, lo que les había reportado 2.000 millones de ingresos brutos.
Pero no sólo de la Sareb se han alimentado los buitres. “Las administraciones locales de Madrid y Barcelona han sido también muy activas en las desinversiones de inmuebles y deuda”, explica Mikel Echavarren, consejero delegado de Irea. Esta consultora se dedica precisamente a asesorar “estratégicamente” a estos fondos para que cierren sus compras en activos como la Sareb. En cualquier caso, muy sonadas han sido, también, las ventas de la Empresa Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Madrid y del Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid.
Esta intensa actividad de sector público como vendedor de activos ha conseguido desplazar el protagonismo de los vendedores naturales de deuda, que son las entidades financieras. A pesar de que el volumen de ventas de la banca a los fondos internacionales se disparó un 571%, esta cuantía apenas representa el 37% de total de las operaciones, frente al 66% del año anterior.
La clave del negocio de estos fondos en los activos públicos responde a la estrategia tradicional de los comerciantes. “Comprar al por mayor, y vender al detalle”, según lo define Echavarren. Es decir, demandar unos potentes descuentos a las administraciones, que han podido llegar al 90% en algunos casos, para luego revender una a una las viviendas a precios de mercado o aplicar métodos extremadamente coercitivos para conseguir cobrar las deudas pendientes de pago.
De cara a 2014, el informe de Irea asegura que “los fondos oportunistas con equipos locales siguen incrementando su actividad”. Sareb seguirá siendo una de sus principales fuentes de negocio, aunque a medida que avance el año las operaciones se irán diversificando para comprar centros comerciales, oficinas y hoteles en Madrid y Barcelona.
Desde la consultora también creen es muy probable que los fondos buitre se animen con activos similares a los que gustaban antes del estallido de la burbuja financiera. Es decir: viviendas en la costa, residencias para la tercera edad... “Todo aquel sector inmobiliario que está relacionado con el consumo de los europeos, que ya está repuntando, y no con el de los españoles”, explica Miquel Echavarren.
Otro foco de interés de los fondos buitre está puesto en el sector de las energías renovables. El nuevo sistema de incentivos aprobado por el Gobierno apunta, según cálculos del sector, que habrá una reducción de ingresos de 3.400 millones, lo que muchos de los actuales propietarios no podrán asumir. Los fondos buitres están al acecho, esperando a que se apruebe definitivamente la nueva legislación, para hacer negocio con la deuda que los pequeños y medianos inversores no puedan asumir.