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No hay dinero: Bruselas pide 66.000 millones extra a los 27 para Ucrania, migración y competitividad

Irene Castro

20 de junio de 2023 16:26 h

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La hucha se agota. Los imprevistos que han azotado la economía europea, fundamentalmente derivadas de la guerra de Ucrania, van a abrir un intenso debate en el seno de la UE. La Comisión Europea ha planteado una revisión del Marco Financiero Plurianual (MFP) que elaboró en 2020 para el periodo 2021-2027 en el que solicita a los estados miembros una inyección extraordinaria de 66.000 millones de euros para engrosar las finanzas comunitarias, que ascienden a de 1,074 billones de euros más los 750.000 millones de los fondos de recuperación.

La elaboración del MFP cuando la UE superaba la primera fase de la pandemia de coronavirus no tuvo en cuenta algunos de los golpes que recibiría la economía europea, como la invasión rusa de Ucrania y sus consecuencias: una importante inyección de fondos a ese país, una inflación disparada o una subida de los tipos de interés que ha tenido un impacto en los costes de endeudamiento. Esa situación ha llevado a Bruselas a solicitar un riego extra de recursos a los 27, del que a España le correspondería en torno al 10% (aproximadamente unos 6.600 millones de euros).

“Este mundo de diversas crisis también se refleja en nuestro presupuesto. Hemos usado este presupuesto más que nunca para ser la solución a estas crisis que vimos. Hemos usado cada flexibilidad, cada posibilidad de redistribución”, ha defendido la presidenta del gobierno comunitario, Ursula von der Leyen, tras la reunión del Colegio de Comisarios de este martes.

¿A qué destinaría la UE esos fondos extraordinarios? A Ucrania, a la gestión de la migración y a mejorar la competitividad.

Ucrania sigue la prioridad para el ejecutivo comunitario, que calcula que tendrá que desembolsar en los próximos años 50.000 millones en forma de subvenciones, préstamos y garantías. Hasta ahora 30.000 millones de euros de la ayuda que ha salido de la UE a Ucrania lo ha hecho directamente del presupuesto europeo.

“La reserva proporcionará perspectiva y previsibilidad a nuestros socios en Ucrania. Y también debería incentivar a otros donantes a dar un paso al frente. Esta reserva financiera nos permitirá calibrar realmente nuestro apoyo financiero de acuerdo con la evolución de la situación sobre el terreno. Porque todos sabemos que una guerra requiere la máxima flexibilidad de nuestra parte”, ha explicado Von der Leyen sobre los 50.000 millones que ha incluido en la planificación hasta 2027. De ellos, unos 33.000 serán préstamos y 17.000 ayudas.

Bruselas considera que el pacto migratorio que está en plena negociación -y que espera vea la luz a finales de 2023 tras años de enquistamiento- va a suponer nuevas obligaciones a los socios europeos. Así, calcula que la gestión migratoria supondrá 15.000 millones de euros extra: 2.000 de ellos irían al control de las fronteras exteriores de la UE; 10.500 millones se destinarían a la colaboración con los terceros países -bien sean de origen o de tránsito, que son los que controlan los flujos migratorios-; y otros 2.500 se quedarían para apoyar en crisis y desastres nacionales bajo el paraguas del Fondo de Solidaridad y la Reserva para Ayudas de Emergencia.

“Necesitamos presupuesto adicional para los refugiados sirios en Siria, Líbano, Jordania y Turquía, para la ruta migratoria del sur, para los Balcanes Occidentales y para los socios a lo largo del mundo”, ha explicado la dirigente alemana.

La tercera pata para la que Bruselas reclama más fondos es la competitividad en un momento en el que la batalla comercial con China está en el epicentro de la estrategia comunitaria. “Es fundamental para Europa tener una ventaja tecnológica para el mundo de mañana”, ha dicho Von der Leyen. A la ley para hacer frente a la guerra comercial desatada por EEUU o a la propuesta para la reserva estratégica de materias primas críticas, la Comisión Europea plantea ahora una Plataforma Europea de Tecnologías Estratégicas (STEP, por sus siglas en inglés). Los fondos extraordinarios que la Comisión Europea quiere destinar a ese desafío son 10.000 millones con los que aspira a generar unas inversiones de 160.000.

Además, la Comisión Europea también quiere dedicar parte de ese extra -unos 19.000 millones de euros- a hacer frente a la subida de los tipos de interés, que ha encarecido la deuda para financiar los fondos de recuperación. La revisión del MFP tiene ahora que negociarse con los gobiernos de los 27, que ya han mostrado discrepancias -Alemania quiere circunscribir los recursos extras a Ucrania y los demás desafíos sacarlos de los fondos ya existentes mientras que España ya ha advertido de que no se pueden tocar partidas como la PAC- y el Parlamento Europeo con el objetivo de que esté lista para entrar en vigor en enero de 2024.

En el marco de esa batalla comercial, el gobierno comunitario ha presentado también la nueva estrategia de seguridad económica con la que pretende controlar las inversiones europeas en países como China o Rusia. La propuesta recoge la necesidad de “someter a controles no sólo las mercancías exportadas, sino también determinadas inversiones salientes, para contrarrestar el riesgo de fuga de tecnología y conocimientos como parte de esa inversión”.