Los fabricantes de cemento remontan el vuelo. En 2021 se consumieron casi 15 millones de toneladas, tras crecer un 11% respecto al año anterior, claramente marcado por la pandemia. Pero esa cifra, además, representa el mejor dato de la última década, según ha asegurado este jueves el presidente de Oficemen, José Manuel Castajero, en rueda de prensa.
Detrás de esta cifra están, sobre todo, las licitaciones de obra civil, las que dependen de las diferentes administraciones públicas, que representaron el 50% del destino final del consumo de cemento, mientras las obras de vivienda de nueva construcción fueron el 32%.
Respecto a estas últimas, el sector cifra en 106.254 el número de viviendas visadas -nuevas- de 2021, que en este año puede crecer hasta las 108.000. Precisamente, este jueves, los Colegios de Arquitectos han asegurado que la edificación ya ha recuperado el ritmo anterior a la pandemia y, según sus datos, en 2021 se visaron 107.518 viviendas nuevas.
Despegan las licitaciones públicas
El presidente de Oficemen apunta que esta evolución está marcada por lo que ocurrió en 2020, donde las licitaciones de obra civil tocaron mínimos, con caídas cercanas al 30%.
En cambio, el crecimiento de las licitaciones en 2021 fue de más del 75%. Sobre todo, respaldado por las licitaciones de obra civil que encarga la administración central, que se han disparado un 153,4%. Mientras, en el caso de las comunidades ese crecimiento es significativo, pero menor, del 40,6%; y, en los ayuntamiento, del 46%.
Las perspectivas a futuro en este ámbito son positivas, porque los fondos europeos van a tirar de la inversión en obra pública a lo largo de los próximos años. Sin embargo, la previsión de crecimiento de consumo de cemento para este 2022 es del 5%. Un dato que, según el director general de la patronal de las cementeras, Aniceto Zaragoza, puede revisarse al alza.
“Nuestro procedimiento de hacer estimaciones se basa en datos públicos, en fuentes oficiales”, ha apuntado. “Las obras tienen que ser licitadas y adjudicadas y estamos viendo el anuncio de muchísimas actuaciones que, por ahora, no están licitadas y adjudicadas o que no salen en la estadística oficial. Significa que los datos nos permiten dar ese 5%; pero como esas cifras se actualizan mensualmente o trimestralmente podemos hacer una reevaluación”.
Los problemas: electricidad y CO2
Los dos aspectos donde el sector es menos optimista son los relacionados con el coste de la electricidad y los derechos de emisión de CO2. Respecto a los primeros, la asociación afirma que la electricidad es el 25% de los costes totales de la industria y un 55% de los costes variables.
Por ello, instan a que el Ejecutivo agilice las medidas necesarias para garantizar la cobertura de los sectores industriales, con subastas y contratos bilaterales a precios razonables, e implantar sistemas de compensación impositiva y exenciones como los aplicados en países como Francia o Alemania. En distintos momentos de los últimos meses, el sector ha tenido cerrado cinco hornos como consecuencia de la evolución de los precios de la luz.
“El Gobierno ha tomado muchas medidas que no se está viendo reflejado en los precios, puede haber moderación a partir del segundo trimestre, pero aún no se está viendo”, ha argumentado José Manuel Castajero.
El otro problema son los costes del CO2. “A pesar de la asignación gratuita en virtud del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE, con los actuales precios del carbono, los costes de CO2 representan en torno al 8-10% de los costes totales de producción”.
Por ello, indica la asociación, se han incrementado las importaciones de otros países donde no hay control de emisiones y que, por ello, tienen una ventaja competitiva. Entre ellos, Argelia, Turquía o Egipto. Por ello, instan a que la Unión Europea acelere con la implantación del sistema de ajuste en frontera.