Barcelona, 8 may (EFE).- Las ciudades más atractivas para el talento que se ha acostumbrado a trabajar en remoto serán las mejor posicionadas para atraer las inversiones del sector inmobiliario en la nueva etapa pos-covid, en la que, según los analistas, las oficinas continuarán existiendo, pero nada será igual.
El teletrabajo, que ya había irrumpido antes de la emergencia sanitaria, ha ganado protagonismo y está logrando que se imponga un sistema híbrido, en el que el empleado repartirá su tiempo entre la oficina y su domicilio, ha explicado a EFE el director en Barcelona de la consultora inmobiliaria CBRE, Xavier Güell.
“Los sondeos que hemos hecho tanto en España como en el extranjero muestran que se valora trabajar en casa sobre todo por el ahorro de tiempo en desplazamientos y la facilidad para conciliar, pero más del 80 % de los encuestados aseguran que irían a la oficina si ésta estuviera a 10 o 15 minutos caminando o en bicicleta”, señala Güell.
El responsable de CBRE está convencido de que la oficina tiene aún mucho que ofrecer porque permite la interacción personal, aunque las empresas ya no tendrán la última palabra sobre dónde concentrar a sus empleados y serán estos mismos los que tomarán esta decisión.
“El gran talento podrá escoger desde donde trabaja. Irá a la ciudad que sea capaz de ofrecerle la mejor calidad de vida. Y las empresas se moverán buscando ese talento”, asegura Güell, que afirma que Barcelona es una de las ciudades mejor posicionadas para ganar esa carrera.
El socio de Cushman & Wakefield y presidente de la comisión de urbanismo en el 22@ Network Bcn, Javier Bernades, también está convencido de que “las oficinas no van a desaparecer”, pese a que el teletrabajo amenaza con reducir entre el 10 y el 15 % la demanda de metros cuadrados dedicados a estos usos, y utiliza los datos como argumento: la oferta de superficie del 22@ para 2021 se eleva a los 100.000 metros cuadrados, de los que el 48 % están ya prealquilados.
La escasez de talento en el mundo, sobre todo del tecnológico, ha servido para empoderar a generaciones de jóvenes que exigen a las empresas flexibilidad, capacidad de conciliar y un entorno atractivo en el que desarrollarse no sólo profesionalmente, sino también personal y familiarmente.
“En la salida de esta crisis, muchas grandes empresas están planteándose cómo resuelven el reto de captar talento. Y entonces despliegan el mapa del mundo y resulta que Barcelona brilla como ciudad con una alta calidad de vida y un coste inmobiliario competitivo”, resalta Bernades.
Según la inmobiliaria Forcadell, las compañías tecnológicas se mantienen por el momento como las principales protagonistas en volumen de operaciones por sectores en Barcelona, y ni siquiera el contexto pandémico ha hecho disminuir el interés de las empresas y las “startups” (empresas emergentes) por establecerse en la ciudad.
Además de trabajar desde casa o desde la oficina, se abre paso una tercera fórmula en la nueva era pos-covid: hacerlo desde un tercer espacio, un “coworking” (lugares de trabajo compartido) en la mayoría de los casos, aunque también podría ser una cafetería.
Los espacios de cotrabajo, que irrumpieron en España después de la gran crisis, se encuentran ahora ante la oportunidad de ganar de nuevo protagonismo con una oferta adaptada a las necesidades pos-pandemia.
Utopicus, la compañía de “coworking” del grupo Colonial, ha lanzado hace pocos meses el Ticket Teletrabajo, una solución que ofrece a empresas y autónomos de Madrid y Barcelona disponer de los espacios y servicios por horas o días.
Este tique (con un importe que va de los 10 a los 20 euros al día) da respuesta a las empresas que deseen ofrecer a sus empleados la opción de teletrabajar durante periodos concretos del día o días puntuales.
Para atraer a estos nuevos nómadas profesionales, Turismo de Barcelona ha lanzado también hace muy poco la campaña “Barcelona Workation”, que promociona la ciudad y su entorno como el mejor destino para teletrabajar de forma temporal.
Respecto a cómo debe ser el interior de las nuevas oficinas, Habitat Cluster Barcelona, que reúne a firmas que ofrecen productos y servicios para la construcción, la instalación y el equipamiento de oficinas, ha analizado en profundidad esta cuestión y ha llegado a la conclusión de que serán más flexibles y orientadas al trabajo en equipo y no a las tareas individuales.
“Triunfará el interiorismo líquido, que permite adaptar los espacios a las necesidades de cada momento. Los espacios de trabajo físicos serán de calidad pero rotativos, como un 'coworking'”, asegura la arquitecta y directora de un Máster en Diseño de Interiores, Anna García.
Entre otras características, el clúster defiende el tránsito hacia una oficina más saludable, con espacios abiertos e informales, con mejoras en la ventilación y una mayor digitalización.
Por María Jesús Ezquerro