El oligarca ruso Vagit Alekperov borra su rastro de la dueña de los pisos más caros de España
El presidente de la petrolera Lukoil deja de figurar como accionista del fondo que, a través de un trust, controla una promoción de casas de superlujo en Barcelona: desde hace unos días ya solo aparecen su esposa y su hijo
El oligarca ruso del petróleo Vagit Alekperov ha borrado su rastro de la dueña de los pisos más caros de España. El presidente de Lukoil, la mayor petrolera privada rusa, acaba de dejar de figurar en los registros de Luxemburgo como accionista de un fondo de inversión del Gran Ducado que controla una exclusiva promoción de viviendas en Barcelona.
elDiario.es reveló el 3 de marzo que Alekperov figuraba junto a su esposa y su hijo como único accionista relevante de ese vehículo luxemburgués (con una participación superior al 25%). Y así ha sido hasta hace unos días. El pasado 18 de marzo, el nombre del multimillonario ruso desapareció de ese registro. Desde entonces, solo aparecen los de su esposa, Larisa, y su hijo, Yusuf, nacido en Ucrania hace 31 años.
Estos dos miembros de la familia Alekperov siguen apareciendo como únicos accionistas relevantes de esa sicav en el Gran Ducado, que se llama SQC Opportunity SCA SICAV-RAIF. Lo son como beneficiarios últimos de un vehículo denominado The Venice Trust, accionista de ese fondo luxemburgués. Según fuentes del mercado, ese trust de la familia Alekperov está domiciliado en el paraíso fiscal de Guernsey, en el Canal de la Mancha.
El fondo luxemburgués es dueño del 100% de la española P Francesc Macia 10 SL. Esta empresa con sede en Barcelona es la propietaria de una promoción de casas de superlujo en la céntrica plaza del mismo nombre en la capital catalana.
Alekperov (71 años) es fundador, máximo accionista (28%) y principal ejecutivo de Lukoil, tercera mayor empresa rusa tras las estatales Sberbank y Rosneft. Lukoil anunció hace unas semanas un beneficio de 773.400 millones de rublos en 2021 (unos 6.500 millones de euros, al cambio actual), su mejor resultado en al menos siete años, como consecuencia de los elevados precios del petróleo, que el año pasado se revalorizó un 50% como consecuencia de la recuperación tras la pandemia.
Su presidente, también propietario del club de fútbol Spartak de Moscú, cerró 2021 como la 66 fortuna mundial, según Forbes, con casi 25.000 millones de dólares, frente a los cerca de 12.000 millones del pasado viernes. Un recorte que se explica por el castigo bursátil a las empresas rusas por la guerra y el aislamiento de la economía rusa por las sanciones de Occidente.
Así, la cotización de Lukoil, que el pasado jueves (tras semanas suspendida por el cierre temporal de la bolsa rusa) se revalorizó más de un 12% en su regreso al parqué, se desplomó un 50%, su mayor caída en dos décadas, el pasado 24 de febrero, día de la invasión de Ucrania. cuando Vladímir Putin convocó en el Kremlim a un selecto grupo de 37 oligarcas para explicarles su operación militar. Alekperov era uno de ellos.
A diferencia de otros multimillonarios rusos, Alekperov está a salvo por ahora de las sanciones de la UE por la guerra. Tampoco aparece en la lista de oligarcas rusos que han visto congelados sus activos en Reino Unido y que ya están sufriendo las consecuencias.
“No sé cómo vivir”, declaraba el 16 de marzo a Bloomberg Mijáil Fridman, principal accionista de la española Dia, que tiene una asignación de 3.000 euros al mes y necesita permiso del gobierno británico para gastar dinero. “Nuestro negocio ha sido completamente destruido”, declaraba el viernes Petr Aven, socio de Fridman y también sancionado, en Financial Times: “¿Podré tener servicio de limpieza, o un chófer? No sé conducir… quizá mi hijastra conducirá. No sabemos cómo sobrevivir”.
Las sanciones de la UE no han llegado a los hidrocarburos rusos, aunque los líderes europeos han debatido sumarse al veto de Estados Unidos y Reino Unido a estos productos para estrangular la economía rusa. Alemania se ha opuesto por su elevada dependencia de las importaciones de energía de ese país.
Con una importante presencia en Estados Unidos, y tras una campaña al boicot en ese mercado contra sus estaciones de servicio (la mayoría, explotadas en régimen de franquicia), Lukoil pidió a principios de marzo acabar “rápidamente” con la guerra en Ucrania, como han hecho otras empresas rusas con fuertes intereses en Occidente.
Alekperov montó esa empresa tras ser viceministro de energía de la extinta Unión Soviética hasta 1991, y tradicionalmente ha estado en el círculo de empresarios más cercanos a Putin. Actualmente es la décima fortuna de Rusia, según Forbes, y tiene importantes intereses en España. Entre ellos destaca el citado vehículo luxemburgués, propietario de ese selecto desarrollo de ocho viviendas en Barcelona, en un edificio conocido como La Casa de las Cejas, diseñado originalmente en los 60 por el arquitecto suizo Marc J. Saugey, bajo el espíritu de la Bauhaus, y que antaño fue la sede de la aseguradora helvética Winthertur.
Dúplex de 1.200 metros
El proyecto está compuesto, según su web, de siete apartamentos de 600 metros cuadrados y un ático dúplex de 1.200 metros cuadrados, y ofrece “espacios llenos de luz con vistas panorámicas de la ciudad más vibrante del Mediterráneo”. Cuando salió a la venta, cada metro cuadrado costaba de media 16.500 euros, unos 8 millones por vivienda, sin contar el coste adicional de dejar a gusto del cliente cada unidad, decorada y amueblada por diseñadores de prestigio internacional.
Con una inversión de unos 100 millones, el proyecto está gestionado por la firma española de private equity Squircle Capital, pilotada por un financiero catalán, José Caireta, que durante años fue director del grupo inversor de María Reig, conocida por ser una de las mayores fortunas de Andorra. Preguntado por la desaparición de Alekperov como socio de esa sicav que gestiona Squircle, Caireta ha declinado hacer comentarios.
Además de esa inversión inmobiliaria en Barcelona, el multimillonario ruso también ha sido durante años accionista del puerto deportivo de la capital catalana. Tiene un paquete minoritario a título personal, inferior al 25%, junto a un grupo de inversores internacionales con pequeñas participaciones. En este caso, el socio mayoritario es Q-Invest, el mayor banco de inversión de Qatar.
En ese puerto deportivo y marina para yates de lujo estaba atracado hasta hace unas semanas el súperyate del multimillonario ruso, el Galactica Supernova, construido en 2016 en la naviera holandesa Heesen Yachts, de la que Alekperov es también accionista. Mientras empezaban a sucederse informaciones de una inminente confiscación de yates de oligarcas rusos atracados en aguas europeas por la invasión de Ucrania, la embarcación acabó zarpando desde Barcelona con destino a Montenegro, que se ha convertido en puerto seguro para varios oligarcas rusos.
Desarrollo en Bulgaria
El fondo luxemburgués en el que ha borrado su rastro Alekperov se levantó en 2015 y cuenta con unos 200 millones de inversión. Además de esa promoción inmobiliaria de superlujo en España, es propietario de un desarrollo inmobiliario en Sofía (Bulgaria) compuesto por un centro comercial de 31.000 metros cuadrados de superficie alquilable y un edificio de oficinas de 19.500 metros, la Infinity Tower, uno de los inmuebles más altos de la capital búlgara.
Lukoil, que es copropietaria desde 2012 de una terminal de almacenamiento en el Puerto de Barcelona con 360.000 metros cúbicos de capacidad, es conocida en España por su frustrado asalto al capital de Repsol en 2008.
La petrolera rusa intentó comprar un 30% de la española aprovechando la debilidad de la constructora Sacyr, que quería vender ahogada por su deuda. Años después, cuando empezaron a trascender los escándalos de Juan Carlos I, se supo que en esa operación participó como intermediaria Corinna Larsen, la entonces amante del rey emérito.
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