Salario, pensiones, prestaciones sociales, desempleo, dividendos, alquileres... El listado de fuentes posibles de ingresos para los hogares es múltiple, pero el peso que cada uno de ellos tiene en sus rentas es determinante para situarlos entre los más ricos o los más pobres. Esta realidad, trasladada al mapa, dibuja numerosas brechas territoriales. La diferencia de vivir en un barrio u otro. O entre una gran o pequeña ciudad. O entre una urbe y el campo.
En el siguiente mapa mostramos esas diferencias económicas entre barrios, ciudades o provincias y el porcentaje de ingresos provenientes del salario, prestaciones de desempleo, pensiones, rentas del capital y actividades económicas y otras prestaciones sociales (dependencia, incapacidad, rentas mínimas de inserción, etc.) en cada sección censal en 2019, el más actualizado. ¿De qué viven tus vecinos?
Hay que tener en cuenta que el INE no ofrece información de los municipios de la provincia de Álava ni de las zonas donde vivan menos de 100 personas.
En España hay un selecto grupo de ricos que lo componen los que pertenecen al 0,01% de la población con mayor nivel de renta. Son aproximadamente 1.400 personas en toda España. La ‘entrada’ para ese pequeño club nacional no la da la nómina. Con ella, no se llega. Se necesitan otros ingresos procedentes de los rendimientos del capital. Intereses, dividendos y otras ganancias patrimoniales son las que marcan la diferencia para formar parte de ese pequeño porcentaje.
Estos superricos dependen en más de un 70% de sus ingresos procedentes de sus inversiones financieras y los rendimientos de su patrimonio. Esto, a su vez, les genera a estos millonarios una ventaja fiscal frente al resto. Las rentas de capital tienen una tributación menor que las del trabajo, por lo que el sistema fiscal pierde su progresividad cuando se llega a ese grupo de 1.400 ricos, tal y como muestra este especial de elDiario.es. Ya lo evidenciaba así el comité de expertos que diseñaron propuestas para la reforma fiscal en España a comienzos de año, donde se criticaba que España tenía un sistema fiscal con “menor efecto redistributivo” de otros países de la UE.
Los datos de renta media por secciones censales analizados por elDiario.es confirman que esta brecha se repite en la geografía española: las rentas vinculadas al patrimonio (sin incluir las ganancias patrimoniales) y las actividades por cuenta propia se multiplican entre los barrios que representan el 1% más rico ubicado en las zonas acomodadas de grandes urbes como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia.
Este es el resultado del análisis de los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que detallan los ingresos declarados en las declaraciones de IRPF de 2019 de los residentes de más de 34.000 secciones censales. Las fuentes de ingresos de Navarra y la provincia de Álava no están incluidas. Hay que tener en cuenta que la estadística solo incluye los ingresos de la declaración de la renta y no considera los ingresos pagados en negro o economía sumergida, las trampas fiscales a través de sociedades interpuestas o los ingresos no declarados a través de IRPF. Ver metodología completa.
Un reciente informe de la Fundación La Caixa exponía que España ha sido en las últimas décadas uno de los países europeos con mayor desigualdad y que esta crece más en épocas de recesión. “El crecimiento de la desigualdad en España se debe a la evolución de las rentas del trabajo y del capital y la limitada capacidad redistributiva de impuestos y prestaciones”, aseguraba. “El alcance del sistema de impuestos y prestaciones no es suficiente para evitar que los aumentos de la desigualdad de las rentas primarias dejen de traducirse en incrementos de la desigualdad de la renta disponible en las fases recesivas”. Una de las principales fuentes de esta desigualdad, apunta el informe, es el modelo de reparto de rentas, por el desigual reparto de las rentas del trabajo.
De este modo, el origen de los ingresos marca si alguien se sitúa entre la población más pobre o entre aquellos que tienen un lugar de privilegio, tal y como se observa en el siguiente gráfico. Las pensiones o las prestaciones sociales permiten sostener a las personas que se engloban entre aquellos con menores ingresos. Sin embargo, su peso desaparece a medida que escalamos por el nivel de renta de la población. Por el contrario, los rendimientos de capital tienen una escueta relevancia para los hogares más pobres pero crece entre los estratos más altos.
Este es un esquema general, basado en la media de las fuentes de ingresos de los distintos niveles de renta. ¿Pero qué pasa si diferenciamos entre zonas rurales, zonas urbanas y grandes ciudades?
Entre las grandes urbes, aquellas que superan los 100.000 habitantes, las prestaciones sociales y las ayudas por desempleo escalan por encima de las rentas del capital entre el colectivo con menos ingresos. Los rendimientos del capital, sin embargo, acentúan su importancia entre los ricos. Por el contrario, en la España rural las pensiones igualan en importancia a los salarios entre los ciudadanos con ingresos más bajos.
El sistema económico también dibuja diferencias por comunidades. Las rentas se disparan entre los más ricos en zonas turísticas, como en Canarias y Baleares. Las pensiones igualan a los salarios entre los segmentos más pobres en las regiones más envejecidas como Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León o Galicia. Las prestaciones sociales y las rentas por desempleo ganan presencia en territorios con altas tasas de paro, como Andalucía o Extremadura.
Bajar al detalle del mapa ayuda a conocer las realidades del territorio en función del origen de las rentas. La importancia de los salarios marca la frontera entre campo y ciudad.
Castilla y León, uno de los ejemplos más claros de lo que es la España vaciada, sirve de muestra de cómo la importancia del salario se centra en las capitales de provincia y sus ciudades dormitorio, pero se difumina en las zonas rurales. Por ejemplo, mientras en un barrio de León el salario llega a suponer dos de cada tres euros ingresados por los hogares, en Benavides, a escasos 40 kilómetros, supone algo más de un tercio.
El sistema de pensiones, en continuo debate sobre su reforma, sostiene a buena parte de la población, especialmente a medida que se produce un envejecimiento de la pirámide poblacional. Esto, de nuevo, se traslada sobre el mapa de España. Lo que se ha dado a llamar invierno demográfico tiene un especial relieve en el noroeste de España.
La mayor población envejecida de las provincias gallegas, León, Zamora o Asturias destacan cuando comparamos el peso que tienen las pensiones sobre los ingresos que reciben sus habitantes. En zonas del Bierzo o del interior de Galicia, las pensiones llegan a suponer de media más de la mitad de los ingresos de los hogares.
Este ejemplo se puede trasladar a las grandes ciudades. En los barrios más pobres, las pensiones ganan importancia en los ingresos. El caso de Madrid es significativo por la frontera habitual que marca la M-30.
En distritos que se encuentran fuera de esa carretera de circunvalación, como Aluche, Carabanchel, Vallecas o Moratalaz, las ingresos de las pensiones tienen un peso mucho mayor que en los que se encuentran dentro del círculo que dibuja esa vía. Mientras en zonas de Chueca o Malasaña –en el centro de la capital– no suponen ni el 10% de la media de ingresos, en áreas del sur rondan el 45%.
La protección frente al desempleo marca otra de esas fronteras de renta en España. Las comunidades con mayor tasa de paro destacan en el mapa en función del peso que tienen estas prestaciones sobre los ingresos. Así, Extremadura, Andalucía y, en menor medida, Castilla-La Mancha se tiñen de un color más intenso que el resto del país. En algunos municipios, que se encuentran entre los más pobres del país, más del 12% de los ingresos llegan a depender del cobro del paro.
De manera análoga esta brecha de desempleo se traslada a las ciudades. Dentro de Andalucía, en su capital, existe una gran diferencia entre el centro y el extrarradio. En barrios tradicionalmente más vulnerables como el de las 3.000 Viviendas la protección por desempleo se convierte en una herramienta clave para los ingresos de los hogares. En esta zona de la ciudad, alcanza el 10% de las rentas, mientras que apenas supone el 0,5% en el barrio de Museo.
Las zonas empobrecidas de los barrios más vulnerables de las grandes ciudades destacan también por el peso que tienen las prestaciones sociales. La Colonia Requena, de Alicante, es uno de los barrios más vulnerables de la ciudad y se sitúa en el 1% más pobre del país. En algunas áreas de esta zona este tipo de ingresos llegan a suponer el 20% del total.
En el lado opuesto se encuentran las zonas más ricas, tanto en las ciudades como a nivel autonómico. Los contribuyentes más ricos tienen una mayor aportación de las rentas que proceden del capital y de actividades económicas.
Barcelona muestra bien esta relación entre altos ingresos y elevado peso de este tipo de rentas. Zonas como Vallvidrera, Pedralbes o Sarrià, que se encuentran entre el 1% más rico del país, se tiñen de un color más intenso cuando se comparan los ingresos por rentas del capital. Los ingresos del capital en estas zonas alcanzan el 45%, frente al 3% que se ronda en el distrito de Nou Barris.
En un país tan dependiente del turismo como España, este perfil que marcan los barrios ricos en las ciudades lo presentan también las zonas más turísticas, especialmente en las islas. Uno de estos ejemplos es Tenerife. Los ingresos por capital o por actividades económicas destacan en zonas como Adeje o Los Cristianos, al sur de la isla, donde la actividad económica principal es el turismo. También se aprecia en la capital, Santa Cruz. En estos puntos ronda un 30% el peso de los ingresos por rentas del capital, mientras que apenas supone un 5% en la mayor parte de la isla.
Para realizar esta información se han analizado los datos de la operación estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE) “Atlas de distribución de renta de los hogares”, que cruza datos de las declaraciones de IRPF de la Agencia Tributaria con la información de los residentes de más de 34.000 secciones censales en España. Esta estadística publica los datos de renta media por persona y por hogar al nivel geográfico más pequeño posible.
Por secreto estadístico, el INE no publica datos de las zonas en las que vivan menos de 100 habitantes ni de la provincia de Álava, ya que no se disponen datos por secciones censales en esa demarcación. La estadística no refleja rentas superiores a los 129.750 euros por hogar ni menores a 14.479 euros para acotar los valores extremos de los indicadores.
Esta estadística experimental, tal y como la define el INE, también detalla el origen de los ingresos de todas las secciones censales de España a excepción de las de Navarra y la provincia de Álava. Incluye cinco categorías: salario, pensiones, desempleo, otras prestaciones (dependencia, renta mínima, etc.) y otros ingresos (capital mobiliario, bienes inmuebles y actividades económicas).
Hay que tener en cuenta que esta estadística no incluye las ganancias patrimoniales (por ejemplo, el beneficio obtenido al comprar y vender unas acciones) entre los ingresos del capital. En las cifras de Euskadi, se han incluido los ingresos de las pensiones y el desempleo en “otras prestaciones sociales”.
Para calcular el porcentaje de ingresos de cada tipo, elDiario.es ha promediado el porcentaje de ingresos de cada categoría en cada percentil de renta. Como el INE trunca los valores extremos de cada categoría de ingresos, este medio ha calculado los datos reales a partir de los valores del resto de categorías.