Ya lo venía diciendo de una forma u otra, pero este martes el líder de los empresarios ha dejado claro que no ve con buenos ojos un pacto nacional sobre salarios, como demandan la inmensa mayoría de instituciones y voces económicas en estos momentos de crisis por la inflación. El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, ha respondido en una entrevista en la Cadena Ser que un marco “homogéneo” a nivel estatal sobre salarios, como es habitual en el acuerdo estatal de negociación colectiva (AECN), “les puede interesar” a los sindicatos, pero que lo que haría es “hundir la economía y a las empresas”.
La postura del empresario vasco, líder de las organizaciones empresariales españolas que opta ahora a su reelección, supone tirar por tierra el recomendado “pacto de rentas”. Este se traduce en un reparto de los daños de la inflación y, aunque hay mucha discusión sobre a quién debería incluir (funcionarios, pensiones, márgenes empresariales, más ayudas públicas, medidas en impuestos...), la gran mayoría de organismos y economistas coinciden en que tiene que recoger un elemento indispensable: un pacto salarial.
Este se antoja fundamental para que los trabajadores no pierdan mucho poder adquisitivo ante los precios disparados y que tampoco se generen bucles inflacionistas (en caso de que hubiera alzas de sueldos generalizadas muy elevadas). En España, lo que está sucediendo es lo primero, con una caída de los salarios reales récord en las últimas décadas y que nos sitúa en las proyecciones de la OCDE como uno de los países donde los salarios perderán más poder de compra del mundo.
CEOE quiere negociar convenio a convenio
Tras el fracaso de este pacto nacional, cuya negociación se rompió en mayo, los sindicatos y miembros del Gobierno como Yolanda Díaz han señalado a los empresarios por no sentarse a hablar de nuevo tras el verano, que ha coincidido con el periodo electoral interno en la CEOE.
Frente a las críticas, el presidente de la CEOE ya ha venido defendiendo el marco de la negociación colectiva convenio a convenio, por el que las empresas y los sectores llegaran a acuerdos particulares sobre sus subidas salariales. De sus declaraciones parecía que los empresarios no veían tan necesario ese acuerdo nacional, como publicó El País, pero este martes Antonio Garamendi ha ido más allá al considerar que este pacto sería incluso perjudicial y que hundiría “la economía y a las empresas”.
Su visión contrasta con la recomendación más repetida en estos momentos, la del pacto de rentas, para proteger precisamente la economía ante los precios disparados, pero también choca con la propia lógica del AENC. Con este, los sindicatos y las patronales mayoritarias han dado tradicionalmente unas recomendaciones de subida salarial (y otras cuestiones) para que se desarrolle la negociación colectiva a nivel inferior.
Por ejemplo, como el sellado por él mismo como presidente de Cepyme en julio de 2018, los AENC siempre han supuesto un marco “homogéneo”, como ahora critica el líder de CEOE, que no se impone sino que sirve de guía y sienta unas bases para la negociación en los sectores y las empresas.
Los precarios son los peor parados
Los sindicatos CCOO y UGT han reiterado su defensa de este acuerdo nacional sobre salarios, del habitual AENC y más aún en el actual contexto inflacionista, para evitar el empobrecimiento de millones de trabajadores, especialmente los más precarios. Por ello, han aumentado las movilizaciones contra la patronal y el próximo 3 de noviembre han convocado a una “gran manifestación” en Madrid para exigir la subida de salarios.
Los líderes sindicales Unai Sordo y Pepe Álvarez han recordado que los AENC son muy importantes para los sectores más precarizados y con menos fuerza negociadora por parte de los trabajadores. Aquellos en los que la movilización es más compleja y cuesta más conseguir alzas de salarios, mientras que los sectores con más pulso sindical (como la industria del metal, por ejemplo) es más capaz de conseguir acuerdos y, de hecho, así está ocurriendo con firmas de convenios tras movilizaciones y huelgas.
Sordo y Álvarez están reiterando que el empobrecimiento de la mayoría de los trabajadores, como reflejan las estadísticas oficiales sobre salarios, no son una buena noticia no solo para estos, sino para el consumo y para la propia economía y marcha del país. Un país como España que ya tiene altas tasas de pobreza y una gran 'bolsa' de precarios a un paso de esta, como demostró la pandemia.
Antonio Garamendi, preguntado este martes sobre la devaluación salarial, ha respondido que habría que revisar las estadísticas, que considera que no son del todo correctas. El presidente de la CEOE ha advertido además de que las empresas también están sufriendo mucho con la inflación, especialmente las más pequeñas. Según los últimos datos del Banco de España, las empresas ya superan los beneficios previos a la pandemia.