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La OCDE prevé que España sea uno de los países donde los salarios pierdan más poder adquisitivo

La OCDE sitúa a España como uno de los países con más caída de los “salarios reales”, descontando el efecto de la inflación, según un estudio publicado este viernes sobre las perspectivas de empleo para 2022. “El crecimiento de los salarios reales en España cayó bruscamente en 2021, y se prevé que siga cayendo un 4,4% en 2022”, advierte el organismo internacional. El dato duplica al de la media del también llamado “club de los países ricos” y solo se sitúa por detrás de Grecia, con una caída del 6,9%, con los datos de que dispone la organización.

Ante la inflación disparada y el menor aumento de los salarios, el poder de compra se están resintiendo en muchos países. Pero en algunos casos, el deterioro es mayor. La OCDE prevé que España sea uno de los países más damnificados en este sentido, seguido de Italia, con una caída de los salarios reales del 3,1%.

“La fuerza del mercado laboral generó escasez de mano de obra en los sectores del turismo, la agricultura, la construcción y la tecnología. Esto contribuyó al aumento de los salarios nominales en 2021, pero en un contexto de aceleración de la inflación no fue suficiente para proteger el poder adquisitivo”, analiza la OCDE en el caso de España.

El 2021 los salarios no crecieron lo sufiente y la inflación ya empezó a subir con fuerza, pero la situación se ha agravado en 2022. Los precios se han disparado a cotas de hace casi cuatro décadas mientras que las subidas salariales acordadas están siendo cuatro veces inferiores, según los datos de los convenios colectivos. La subida salarial acordada en los convenios hasta agosto se situó en el 2,6%, mientras que el alza del IPC interanual ese mes alcanzó el 10,4%.

La caída del 4,4% “representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos”, advierte la OCDE.

El estudio apunta que este descenso de los salarios reales se traduce en “un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, sobre todo para aquellos que cobran el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya que los precios al consumo en España siguen subiendo a niveles máximos históricos”.

Batalla salarial en España

Los sindicatos CCOO y UGT están urgiendo a la patronal a que se siente de nuevo a negociar un acuerdo salarial a nivel estatal, después de que se rompieran las conversaciones en mayo. Las centrales sindicales acusan a la CEOE de “bloquear” las subidas salariales y están advirtiendo de un incremento de la conflictividad y las movilizaciones a partir de otoño si los empresarios no cambian de postura.

Desde el Gobierno también están urgiendo a los agentes sociales a alcanzar un acuerdo en materia salarial, aunque de manera diferente. En el área socialista del Ejecutivo la llamada a la negociación es general para sindicatos y empresarios, mientras que desde Unidas Podemos la vicepresidenta Yolanda Díaz ha señalado expresamente a la patronal por levantarse de la mesa y no querer negociar.

Así, Díaz ha reclamado a los empresarios que reanuden las conversaciones y ha mostrado su apoyo expreso a los sindicatos en su anuncio de movilizaciones.

Destaca los ERTE para contener el paro

La OCDE ha subrayado también en su informe a España por la reducción del desempleo. “La tasa de desempleo en España cayó de su punto máximo del 16,4% (en septiembre 2020) al 12,6% en julio 2022. La actual tasa de desempleo está por debajo del nivel de pre-crisis (13,9% en diciembre 2019)”, recoge en su nota específica sobre el país.

Además, el organismo destaca que “los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) han contribuido a limitar el aumento del paro”.

En cualquier caso, la OCDE recuerda que “a pesar de la recuperación del mercado laboral en España, la tasa de desempleo permanece estructuralmente elevada, y la entrada al mercado laboral difícil para los jóvenes”.

El estudio señala también que “el mercado del empleo en España se recuperó con fuerza” el año pasado gracias a la recuperación “del sector turístico y a la necesidad generalizada de cubrir los puestos vacantes a medida que se levantan las restricciones relacionadas al COVID-19”.

Sin embargo, considera que esta tendencia positiva se podría ver afectada por la guerra en Ucrania, el aumento de los precios de la energía y la incertidumbre, que podrían deteriorar “la confianza empresarial” y frenar “el sector manufacturero y el de servicios”.