El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha reaccionado este viernes a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de 15 euros que el Gobierno ha pactado con los sindicatos para la recta final del año. “Con la que está cayendo, la pandemia, es un momento muy delicado”, ha afirmado, aunque el dirigente empresarial ha sostenido que la patronal sí estará dispuesta a negociar un incremento en tres meses, para el inicio de 2022. Uno de los balances de Garamendi sobre el incremento del SMI es que “aumentará la economía sumergida”, por lo que da por hecho que habrá más fraude en la contratación por parte de los empleadores.
El empresario vasco, en una entrevista en Onda Cero, ha reiterado los argumentos que han llevado a la CEOE a rechazar “en estos momentos” un alza del SMI y ha advertido de las consecuencias que podría tener su subida, como el aumento de la economía sumergida y la destrucción de puestos de trabajo.
“Creo que no hay que hablar tanto de la cantidad, si son 15 euros, como de las consecuencias finales. Al final va a haber más economía sumergida, porque va a haber más economía sumergida. Eso va a significar menos impuestos”, ha dicho Antonio Garamendi, que también ha considerado que aunque se crearán algunos empleos, otros “van a desaparecer”. Los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida señalan que el año en que se subió el SMI un 22,3% se redujo la desigualdad y disminuyó el riesgo de pobreza laboral.
El dirigente de la CEOE también ha advertido de que los empleadores de trabajadoras del hogar, “servicio doméstico” según sus palabras, “tendrán que hacer un esfuerzo adicional para mantenerlo en casa”. El cumplimiento del salario mínimo, que llevará a un aumento del salario por hora de este colectivo de empleadas, cree Garamendi que se traducirá en menos horas de trabajo para las empleadas. “Es lo que va a pasar”.
“En este momento no”, pero en tres meses sí
“Nuestra posición es que en estos momentos no. En otros momentos hemos dicho que sí a subir el SMI, pero ha subido un 30% en los últimos tres años. Con la que está cayendo, la pandemia, es un momento muy delicado”, ha defendido Garamendi. Pero el dirigente empresarial se ha mostrado abierto a hablar del nuevo aumento para principios de año, en solo tres meses. “En enero estaremos en una posición diferente, los sectores más castigados se van abriendo poco a poco. Ya lo veremos”, ha dicho.
El líder de la CEOE ha rechazado que los empresarios no hayan negociado, pese a que ha reconocido que no se han movido del 'no' a una posible subida. Pero, en su opinión, también se podría acusar al Gobierno de no negociar, porque ha sido tajante con que aprobaría alguna subida. No obstante, los sindicatos y el Ejecutivo sí se movieron desde sus posiciones iniciales durante la negociación, que concluyó finalmente este jueves con acuerdo solo con los representantes de los trabajadores.
El presidente de la patronal ha insistido en que este aumento tiene poco que ver con las empresas del Ibex 35 y sí con las muy pequeñas empresas, las que conforman la mayoría del tejido empresarial en España. Ha puesto como ejemplo a los pequeños agricultores, a los que ha insistido en que les será difícil implementar esta subida del SMI tras el aumento de un 30% en los últimos años. “Prácticamente todos los convenios colectivos del campo están impugnados por esa subida del 30%”, ha indicado.
Asimismo, ha criticado la “paradoja” que supone que en los contratos que las administraciones públicas adjudican a las empresas no se contemplen estas subidas del salario mínimo. “Yo lo resumo en la frase: te invito a cenar, pero paga tú la cena”, ha dicho Garamendi, que ha añadido que en 12 de las 17 comunidades autónomas ya se cumple el objetivo de que el SMI supere el 60% del salario medio.
Ruptura de la negociación entre sindicatos y empresarios
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha afeado a la patronal en un acto este viernes que “no han negociado” siquiera y ha hecho un llamamiento a que se “resitúen” para encarar las conversaciones pendientes: “A veces no negociando se pierde”. Díaz ha afirmado que ella estuvo dispuesta a pactar por una cuantía menor que los 15 euros que recoge el acuerdo sellado con los sindicatos mayoritarios.
Junto a una mayor economía sumergida y la pérdida de empleos, Garamendi ha alertado de que, a medio plazo y “si esto sigue así”, en referencia a que siga aumentando el salario mínimo, se corre el riesgo de que “el Gobierno pueda decidir las subidas salariales” y esto “podría romper a futuro la negociación colectiva”. Es decir, la negociación bilateral entre sindicatos y empresarios que se plasma en convenios colectivos y otros acuerdos, como el de las subidas salariales de los empleados.
“A mi me gustaría que los políticos, que muchos ganan bastante más que los empresarios que yo represento, en un par de meses contrataran una persona que cobre el SMI y que generen ellos empleo. Porque facturar en este país no es tan fácil”, ha señalado.
El empresario ha expresado que las patronales seguirán negociando en la mesa del diálogo social con el Gobierno y los sindicatos, que tienen por delante importantes medidas y reformas, como la nueva prórroga de los ERTE y la reforma laboral y de pensiones.