La sociedad española es cada vez más pobre: los ingresos de los hogares cayeron en 2012 por quinto año consecutivo mientras que la tasa de riesgo de pobreza sigue subiendo, según muestra la Encuesta de Condiciones de Vida publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los ingresos medios de los hogares no dejan de caer desde 2008, el año en el que estalló la crisis. Entonces, el ingreso medio de una familia era de 30.045 euros, frente a los 26.775 de media de 2012, es decir, que se ha registrado una caída del 11% en cinco años. De 2011 a 2012, esa disminución de los ingresos fue del 3,5%: en 2011, los ingresos medios eran de 27.747 y un año después ya eran de 26.775 euros.
Hay otros indicadores que demuestran que el empobrecimiento ha ido a más. Uno de ellos es la tasa Arope de exclusión social, un indicador que combina el riesgo de pobreza, la carencia material (como no poder permitirse una comida de carne o pescado al menos cada dos días o no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada) y la baja intesidad en el empleo (cuando las personas trabajan menos horas de las que pueden y necesitan hacerlo). Este indicador muestra que en 2013 el 27,3% de la población que reside en España estaba en riesgo de exclusión social, frente al 27,2% que se registró el año anterior.
No es la única forma de medir la pobreza: otro indicador, la llamada tasa de riesgo de pobreza, sí que se reduce respecto a 2012. Según este indicador, el 20,4% de la población está en riesgo de pobreza, cuatro décimas menos que en 2011 (20,8%). Sin embargo, esta reducción no muestra una disminución de la pobreza sino un empobrecimiento más generalizado. ¿Por qué? Porque la tasa toma como referencia los ingresos medios, por lo que si estos bajan (lo que efectivamente ha sucedido) también baja el umbral de riesgo de pobreza.
Según Eurostat, este umbral se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos. Al haber caído los ingresos medios, esa mediana está ahora en un nivel más bajo que los años anteriores: necesitas tener menos ingresos para ser considerado pobre, y mucha gente que en 2011 entraba dentro de la población en riesgo de exclusión social ya no lo estaba en 2012 no porque sus ingresos hubieran aumentado, sino porque la medida para serlo había bajado aún más.
Sin poder afrontar gastos imprevistos
En 2013, el 16,9% de los hogares dijo llegar a fin de mes “con mucha dificultad”, lo que supone 3,4 puntos más que en 2012. Afrontar gastos imprevistos supone un imposible para el 41% de las familias, una cifra parecida a la registrada en 2012, cuando eran el 41,4% de los hogares los que manifestaban estar en esta situación.
Sí ha aumentado el número de familias que tiene retrasos en los pagos de gastos relacionados con la vivienda principal, como la hipoteca o el alquiler, el gas, la electricidad o la comunidad: en 2013 eran el 9,3% de los hogares los que tenían problemas con estos pagos, 0,9 puntos más que el año anterior.
Casi la mitad de los hogares (el 45,8%) no puede permitirse irse de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, siete décimas más que en 2012.