La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

La OIT advierte de que el precariado se consolida: cuatro de cada diez trabajadores tienen un empleo vulnerable

El incremento de los empleos vulnerables se consolida. Según las proyecciones para 2018 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estos trabajos aumentan en número y en porcentaje a nivel mundial hasta afectar al 42,6% de trabajadores en el mundo, tras varios años en los que ya se observaba la desaceleración en su caída. Estos empleos (de trabajadores autónomos y trabajadores familiares no remunerados) suelen estar sujetos a “altos niveles de precariedad” y es menos probable que sus protagonistas accedan a “ingresos regulares” y a una “protección social”, recuerda la organización.

La OIT ha publicado este lunes su informe 'Perspectivas sociales y del empleo en el mundo', con las tendencias observadas para este año. Entre los datos que destaca el estudio, figura el aumento de denominado “empleo vulnerable”. A nivel mundial, su tasa se situó en el 42,5% en 2017 (unos 1.400 millones de personas) y ascenderá al 42,6% en 2018 y al 42,7% en 2019, según las proyecciones de la organización internacional. “A nivel mundial, el avance significativo logrado en el pasado en la reducción de este tipo de empleo está prácticamente estancado desde 2012”, advierte.

Se prevé que este tipo de empleo permanezca especialmente elevado en los países en desarrollo y emergentes, donde superaría el 76% y el 46%, respectivamente. En los países considerados “desarrollados”, la tasa está en el 10%.

Creación de empleo precario

El informe recoge también que el crecimiento económico mundial alcanzó el 3,6% en 2017, “tras tocar en 2016 su nivel mínimo en seis años, el 3,2%”. Este crecimiento se mantendrá este año, según sus cálculos, por debajo del 4%, “pues en la mayoría de las principales economías la actividad económica se normaliza sin estímulos significativos y la inversión fija permanece en un nivel relativamente moderado”.

La economía crece y la tasa de desempleo se reducirá en los próximos dos ejercicios, tras tres años de subidas. La tasa a nivel mundial bajará en un punto porcentual respecto al pasado año, hasta el 5,5% en 2018; en términos absolutos, 192,3 millones de personas se hallarán en esta situación. Para 2019, la estimación es que se mantenga la tasa con el mismo porcentaje, aunque el número aumentará hasta los 192,7 millones de parados.

En los países en desarrollo, la OIT señala que el desempleo aumentará en medio millón de personas anuales tanto en 2018 como en 2019, y la tasa se mantendrá en un 5,3%. Para España, la previsión del organismo es que la tasa de desempleo se sitúe en el 15,4%, muy próxima a la estimación del Gobierno (15,5%). En la actualidad, la cifra se sitúa en el 16,38%, según la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al tercer trimestre de 2017.

En los países desarrollados el organismo identifica varias fórmulas de precariedad laboral. Aunque la tasa de desempleo disminuye, “muchos países siguen notificando una tasa elevada de subempleo [aquel en el que se trabaja menos horas de las que se desea], un amplio porcentaje de trabajadores desanimados y una creciente incidencia del empleo a tiempo parcial involuntario”.

Empuje (y peligros) del sector servicios

Entre las causas que explican la tendencia a la precariedad en el empleo, figura un giro estructural con un mayor peso del sector servicios. A nivel mundial, el empleo informal y vulnerable “no se reduciría en la medida que cabría esperar” –teme la OIT– ya que buena parte de los trabajadores que abandonan la agricultura (con importante presencia de empleo precario) encontraría empleo en el sector servicios, donde la incidencia de las malas condiciones de trabajo es más elevada que en la industria. Para los países desarrollados, el mayor empleo en el sector de los servicios “podría aumentar la incidencia del empleo a tiempo parcial y el subempleo por insuficiencia de horas”.

En cuanto al trabajo parcial, el informe destaca el aumento en los países de la Zona Euro. Este tipo de jornada laboral pasó a representar el 21,6% del total del empleo en 2016, respecto al 18,7% que suponía en 2008. Estos contratos, recuerda la OIT, suponen en general sueldos más bajos y menores perspectivas de promocionar en la carrera laboral de los afectados. Además, este tipo de contratos suelen ser un reflejo del subempleo: más del 30% de los trabajadores a tiempo parcial en la Zona Euro preferiría estar empleado a jornada completa. El estudio destaca en este punto el caso de España, Italia y Grecia, donde el porcentaje se eleva por encima del 60%.

El sector servicios también está vinculado a “nuevas formas de empleo”, entre las que figura el “empleo por cuenta propia económicamente dependiente”, muy común en las plataformas digitales, como podrían ser los repartidores de Deliveroo, por ejemplo. En este sentido, la OIT advierte de que “estas formas emergentes de empleo, a la vez que ofrecen una mayor flexibilidad y autonomía, también puede estar relacionado con el empeoramiento de las condiciones generales de trabajo”. Entre sus posibles riesgos señala una mayor intensidad de trabajo, horas de trabajo excesivas y un acceso limitado o nulo a la protección social“-

Ante esta situación, la OIT considera necesaria la intervención con políticas que impulsen la calidad del empleo y la productividad en el sector servicios. La organización también alerta, entre otros muchos asuntos, de que “las disparidades de género son especialmente preocupantes”, un asunto que tratará más en detalle en un informe específico en marzo.