¿Qué es un corralito?
Es una medida que busca controlar una salida masiva de capitales de los bancos para evitar que estos entren en quiebra. El término se acuñó en Argentina en diciembre de 2001, cuando el Gobierno de Fernando de la Rúa la retirada de efectivo de plazos fijos y cuentas corrientes a 250 pesos argentinos por semana y persona. La medida estuvo vigente hasta el 2 de diciembre de 2002, pero ya 17 días después de su aplicación la presión en la calle acabó provocando la renuncia del presidente De la Rúa.
¿Y por qué se llama corralito?
El nombre sale de la expresión utilizada en Argentina para denominar a los parques infantiles. Un periodista local, Antonio Laje, utilizó el término para referirse a los bancos como prisiones de las que el dinero, como los niños, no debía escaparse.
¿Qué diferencia hay entre corralito, corralón y corrida bancaria?
El corralón se adoptó en Argentina un mes después del corralito. Tras la limitación en la disposición de fondos, el Gobierno decretó el fin de la convertibilidad fija de la moneda argentina, por la que un peso equivalía a un dólar norteamericano. Un dólar pasó a cambiarse por ley por tres pesos, con lo que las deudas se redujeron a un tercio, pero también el valor de los ahorros de los argentinos. Es el escenario al que se enfrentarían los griegos si se vieran obligados a abandonar el euro y tuvieran que adoptar una nueva moneda. Al menos, aquellos que no hayan sacado su dinero del país. La corrida bancaria es el escenario más extremo y el que pretenden evitar medidas como el corralito y el corralón: una retirada masiva de depósitos bancarios llevada a cabo por gran cantidad de clientes, que puede propiciar la caída de una o varias entidades.
¿Qué son las vacaciones bancarias?
Se llaman así porque es como si los bancos se cogieran unas vacaciones de emergencia para evitar abrir. Es una medida previa y necesaria para el control de cambios pero de carácter más temporal (y menos alarmista en principio). Los bancos no abren para evitar escenas de miles de clientes agolpándose en las ventanillas y además no tienen que rechazar las órdenes porque simplemente no se pueden ejecutar por estar cerrados. De facto, esto supone un control del capital que se suma a otras medidas como las restricciones de retirada de efectivo de los cajeros.
El anuncio del primer ministro griego, Alexis Tsipras, de iniciar unas vacaciones bancarias ha estado precedido por la negativa del Banco Central Europeo (BCE) a aumentar la línea de liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) a los bancos helenos. Atenas ha decretado el cierre de los bancos hasta, como mínimo, el lunes 6 de julio a medianoche, jornada posterior a la celebración del referéndum que Atenas ha convocado para que el próximo domingo los griegos voten si aprueban la última propuesta presentada por la troika.
Entonces, ¿esto de Grecia es un corralito?
Partiendo de la base de que el término “corralito” es una palabra inventada por los medios de comunicación, sí, en tanto en cuanto no se puede disponer libremente del dinero en Grecia. La intensidad y duración del corralito están por determinar. El primero que se fijó en la zona del euro, el de Chipre, tardó casi dos años en levantarse por completo.
¿Cuál es la diferencia entre este corralito y el de Chipre?
¿Cuál es la diferencia entre este corralito y el de Chipre?El último antecedente de un corralito en la zona del euro es el de Chipre en marzo de 2013. La retirada de efectivo en los cajeros empezó con 100 euros y se elevó más tarde a 300 euros. También se impusieron limitaciones a los movimientos de capital, como el pago con tarjeta en el extranjero (5.000 euros al mes por cuenta y cliente) y se prohibió la transferencia de fondos por vía electrónica, salvo autorización previa. Estas medidas se efectuaron después de que Chipre y el Eurogrupo llegaran a un acuerdo para la recepción de 10.000 millones en forma de rescate a cambio de pérdidas para los depositantes, incluidos depósitos garantizados de hasta 100.000 euros.
La diferencia más importante es que el corralito en Chipre se impuso de acuerdo con el BCE y el Eurogrupo y esta sincronización facilitó mucho el manejo de ciertas situaciones. Por ejemplo, cuando los cajeros se quedaban sin efectivo, el BCE les enviaba dinero (hablamos de billetes físicos). Además, se impuso una quita a los depositantes, algo de lo que ni se habla ahora porque sin fuga de capitales no hay un problema como tal de solvencia en la banca griega (ya rescatada anteriormente). La economía chipriota tenía un elevado problema de refugio de capitales de inversores rusos que depositaban el dinero en las isla por sus bajísimos impuestos. El corralito estaba muy enfocado a atrapar el dinero de estos inversores.
¿Cuáles son las características del corralito griego?
Además del cierre de las sucursales bancarias, el corralito griego implica la imposición de un tope de 60 euros diarios a las retiradas de efectivo en los cajeros hasta nuevo aviso. La medida no afecta a las compras con tarjeta (se podrán realizar pagos sin límite monetario dentro del país, aunque en muchas zonas rurales es difícil hacerlo) ni a los turistas, que podrán realizar transacciones y retiradas de efectivo en los cajeros automáticos utilizando las tarjetas de crédito o débito emitidas en sus países de origen.
Las transacciones bancarias entre entidades helenas sí se podrán realizar sin restricción. En cuanto a las extranjeras, se limitarán a operaciones de primer necesidad como la compra de medicinas o el pago de costes médicos. Respecto al pago de las pensiones, varias sucursales bancarias han abierto este lunes para pagar a los pensionistas que no puedan utilizar las tarjetas bancarias para recibir su asignación. El corralito griego entra en vigor en un momento especialmente sensible, pues coincide con el pago de pensiones y salarios, así como con el vencimiento de facturas.
¿Había otra solución para Grecia?
El domingo por la tarde, no. La única solución ante el mantenimiento del BCE de una línea de liquidez insuficiente para atender la demanda de retirada de efectivo y de movimientos de capitales, el control de capitales era la única forma de taponar la herida. Aunque no es una medida deseable en ningún caso, es necesaria para poder estabilizar el sistema bancario y darle una oportunidad a las entidades financieras y al país de ganar tiempo. Cabe recordar que ahora era el BCE el que reponía cada euro que salía de la economía griega. Pero esos euros solo servían para especular, hay que devolverlos y es un dinero ficticio que en ningún caso servía para la inversión en el país. La gestión de la confianza y de las expectativas son clave para que las medidas sean temporales.
¿Hay casos de éxito?
Sí. El primero es el de Chipre que dos años después ha levantado sus controles, sigue en el euro y no está en el punto de mria internacional. Pero el caso más exitoso es el de Islandia. Impuso medidas de control de cambio en 2008, ha tardado casi 7 años en levantarlas pero la economía islandesa crece a todo tren y ha saneado el sistema financiero. Bien es cierto que las medidas de control de capital en Islandia tenían más similitudes con el caso chipriota. Imponían una quita del 39% a los depósitos que se sacaran de los tres grandes bancos rescatados y la población no se vio tan afectada como puede serlo ahora en Grecia.
¿Tiene riesgo España de caer en un corralito? ¿Saco mi dinero?
No. Y lo lógico ante el contagio de la desconfianza en los países de la periferia del euro es una llamada a la serenidad por parte de sus gobernantes y la orden por parte del BCE de permitir sacar liquidez de forma ilimitada de las entidades financieras para demostrar que no hay ningún riesgo para los ahorros. En este momento la banca española está ya rescatada y ni los depósitos ni otros productos financieros corren peligro.
Otra cosa es si tienes algo invertido en acciones: prepárate para unas semanas de infarto. En cuanto a los bonos, si tienes españoles te puedes encontrar con la sorpresa de que te den más rentabilidad de la esperada debido a que sube la percepción del riesgo sobre España.