Los jefes de los Gobiernos de la UE acordaron en diciembre que querían tener un proyecto de presupuesto para la zona del euro en seis meses. Y ya han pasado cinco y las diferencias siguen estando donde estaban. En la pugna por que el instrumento presupuestario contenga, además de la función de promover la convergencia y la competitividad, la de ayudar en la estabilidad de los países de la zona del euro.
En esa línea están España, Francia y Alemania. Pero no los países bálticos. “La liga hanseática [países nórdicos y Holanda] son más talibanes que los talibanes”, afirma una fuente diplomática: “Y en la cumbre del euro hay que aprobar las cosas por consenso”.
La ministra de Economía español, Nadia Calviño, afirmó este jueves a su llegada a Bruselas que es “demasiado pronto” para decir si España bloqueará un acuerdo sobre el presupuesto de la eurozona si este no tiene el grado que ambición que desean. Pero reconoció: “No podemos quedarnos tranquilos o decir que cualquier cosa que se llame presupuesto de la zona euro ya consigue el objetivo. Se trata de crear un verdadero pilar fiscal, con una capacidad de estabilización y de convergencia a través del ciclo para todos los miembros de la eurozona”.
España es uno de los países más favorables a establecer un presupuesto del euro, pero reclama que no se limite a financiar reformas estructurales e inversiones, replicando funciones que ya cumplen otras herramientas comunitarias, sino que también pueda utilizarse para salir al paso de crisis que afecten a un solo país para estabilizar su economía.
La ministra española afirmó que “todavía no hay una posición muy fija” entre los Estados miembros sobre los distintos aspectos del futuro presupuesto, si bien consideró que “empieza a cristalizar un consenso” para que se trate de un instrumento específico para la eurozona bajo la batuta de los países que comparten la moneda única.
A este respecto, preguntada sobre la propuesta de Francia y Alemania para que el instrumento se dirija a través de un acuerdo intergubernamental –IGA– entre los 19 países del euro, la ministra señaló que España está abierta a esta opción en función de la utilidad que finalmente se dé al presupuesto: “El punto de partida de España siempre es empezar con un instrumento que esté dentro de las instituciones comunitarias y del ordenamiento comunitario”.
Pero añadió que “si para tener una gobernanza que sea verdaderamente eficaz de la eurozona es necesario tener un acuerdo intergubernamental, no estaríamos cerrados siempre y cuando este instrumento responda a los objetivos que nos hemos fijado y creemos que son necesarios para que ese instrumento sea eficaz”.
El objetivo de los ministros es tener un acuerdo sobre las líneas generales de este presupuesto en junio, para presentarlo en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de ese mes.
Sin embargo, “todavía están abiertos algunos elementos cruciales, pero confío en que podamos encontrar un acuerdo en junio”, ha reconocido el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, en la rueda de prensa tras la reunión de los ministros de Economía de la zona euro.
Centeno ha explicado que la cuestión “clave” en este aspecto es si el futuro fondo de la eurozona se nutrirá únicamente del presupuesto general de la UE o también contará con aportaciones de los países del euro, aunque esto suponga “importantes implicaciones legales y de gobernanza”.
En cualquier caso, serán las capitales del euro las que tendrán la competencia de dar la “guía estratégica y los criterios” a este instrumento. “Hay un amplio consenso para codificar este papel, pero todavía necesitamos converger en la forma adecuada”, ha explicado el ministro portugués, quien ha añadido que los 19 también serán los encargados de supervisar la implementación de dicho fondo por parte de la Comisión Europea.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, también se ha mostrado optimista de cara a un futuro acuerdo en junio y ha instado a dar un “empujón final” a las negociaciones. Sin embargo, ha pedido no dejar de lado una posible función estabilizadora del presupuesto de la eurozona en momentos de crisis.
“Sería positivo que incorporase al menos algunas propiedades de estabilización para ayudar a los Estados miembros a atajar crisis potenciales”, ha apuntado el francés sobre una cuestión que también reclama España, contraria a que el instrumento se limite a apoyar la adopción de reformas estructurales.
Sobre este debate, Centeno ha recordado que el Eurogrupo sólo tiene el mandato de trabajar en una herramienta que promocione la convergencia y la competitividad de los países del euro, puesto que los jefes de Estado y de Gobierno no se pusieron de acuerdo en una eventual función de estabilización.
No obstante, el presidente del Eurogrupo ha afirmado que, aunque las conversaciones a nivel de ministros se ciñen a los aspectos del mandato obtenido de parte de los líderes europeos, se están explorando a nivel técnico otras funciones.