Los diez gráficos que explican los primeros Presupuestos del Gobierno de Sánchez
Para sus primeros presupuestos como presidente del Gobierno, Sánchez repite el esquema de Rajoy en su último año y presenta unas cuentas de expansión del gasto en año electoral. Con la complicada tarea de cuadrar los ingresos para ajustar una subida del gasto del 3,3%, la ministra de Hacienda ha presentado el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) presumiendo de cifras “realistas” y dejando atrás el “recetario de austeridad” del anterior Gobierno.
Pero, ¿ha subido el gasto en todas las políticas con respecto a 2018? ¿Y crece lo mismo en Sanidad que en Acceso a la vivienda? Aunque sí que ha aumentado el presupuesto en todas las políticas generales de gasto (como Sanidad, Educación o I+D+i) las mayores subidas van para fomentar el acceso a la vivienda, la promoción social y la inversión en obras e infraestructuras.
Las comparaciones de estos presupuestos con los de 2018, aunque señalan los cambios de Sánchez respecto a las últimas cuentas aprobadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, impiden tener una visión más completa de cómo ha cambiado el gasto público del Gobierno durante la crisis.
En comparación con las últimas cuentas anteriores a la crisis, en 2008, el presupuesto en infraestructuras y para acceso a la vivienda es un 55% más baja que la que teníamos hace diez años. Estos cálculos, que tienen en cuenta la inflación, señalan a las pensiones y el presupuesto dedicado a pagar la deuda pública como las políticas que más han subido en la última década.
Y si vamos más al detalle de las cuentas del Gobierno de Sánchez, ¿en qué programas concretos ha subido el presupuesto y en cuáles ha recortado respecto al año pasado? El acuerdo europeo de aportación a Grecia multiplica por 15 el gasto en previsión de política económica, conviertiéndolo en el programa que más sube (porcentualmente) en los primeros presupuestos de Sánchez.
Le siguen el aumento del presupuesto destinado a sufragar los gastos de celebración de elecciones y las subvenciones electorales para partidos políticos. El presupuesto destinado a resolver las solicitudes de asilo, entre las partidas que más suben tras el colapso del sistema.
Las cuentas expansivas de Sánchez tienen, sin embargo, algunas partidas específicas que han sufrido recortes respecto a 2018. Son los casos de la protección y mejora del medio natural, el desarrollo industrial o las infraestructuras del transporte ferroviario, que pierden fondos respecto al año pasado.
Hay que tener en cuenta que estos datos son realmente un espejismo ya que se refieren al presupuesto, una previsión, que es algo muy diferente a lo que finalmente se acaba gastando. Lo cierto es que los presupuestos engañan. Por un lado, el Gobierno puede destinar por la puerta de atrás nuevos fondos gracias a créditos extraordinarios o ampliaciones de presupuesto, y también puede dejar sin ejecutar partidas que estaban previstas en las cuentas.
Entre 2012 y 2016 el Gobierno de Rajoy dejó sin gastar más de 120.000 millones de euros aprobados en los Presupuestos Generales del Estado, tal y como publicó eldiario.es. Una tendencia que confirman los datos de la liquidación, publicada ayer, de los presupuestos de 2017: se quedaron en el tintero 13.000 millones de euros.
El siguiente gráfico muestra el porcentaje del presupuesto definitivo (tras créditos y ampliaciones) que se gastó realmente en cada área de gasto en 2017. Las políticas de investigación y desarrollo o las de industria y energía fueron las más perjudicadas por la ejecución del presupuesto. Frente a ellas, políticas que prácticamente gastaron el 100% de lo aprobó: Pensiones, Deuda Pública o Defensa.
Para financiar este aumento del gasto, el Gobierno insistió ayer en un plan de ingresos en el que habrá más recaudación, a pesar de que los pronósticos indican una ralentización del crecimiento económico. Una de las principales fuentes de ingresos es la de los impuestos, a través de los cuales el Gobierno prevé recaudar más de 226 millones de euros.
El Ejecutivo estima subidas importantes en los principales impuestos tanto directos (IRPF, impuesto sobre sociedades, etc.) como indirectos (IVA, alcohol y tabaco o carbón, etc.). A pesar de estas estimaciones, los datos de la última década muestran cómo el peso fiscal de los ingresos cada vez recae más en las familias y particulares (IRPF e IVA) y menos en las empresas (sociedades).
Con respecto a los Presupuestos del año anterior, el Gobierno prevé aumentar la recaudación de conceptos como el Impuesto sobre sociedades, los hidrocarburos, el IVA, el IRPF o los Impuestos sobre rentas de personas no residentes, entre otros. Del otro lado, disminuiría la recaudación de la Fiscalidad medioambiental (que pasaría de 1.808 millones a sólo 1.000 millones), la electricidad o la cerveza.
Sin embargo, estos datos son sólo estimaciones. De hecho, desde hace cuatro años la recaudación real procedente de los principales impuestos se ha situado por debajo de lo previsto. El pasado ejercicio, la recaudación de los Impuestos especiales fue un 5% menor de lo estipulada; en 2016, los ingresos del Impuesto de sociedades fueron un 13% menores de lo que se presupuestó; en 2015, el IRPF fue un 2% de lo anunciado en los PGE de aquel año.
Estas cifras se alejan, no obstante, de las registradas durante los años inmediatamente posteriores al estallido de la crisis. En 2009, por ejemplo, la recaudación del IVA se desplomó hasta un 45% menos de lo previsto.
Con la búsqueda de apoyos para aprobar estas cuentas en el aire, el Gobierno concentra sus esfuerzos de inversión en Catalunya. La comunidad catalana esta entre las tres más beneficiadas con respecto a 2018 junto a Andalucía y la Comunitat Valenciana. En estos nuevos PGE, la inversión en Catalunya aumenta 700 millones, lo que supone un 52% más que el año pasado. Una cuantía similar a la que el Ejecutivo ha presupuestado para Andalucía, que recibiría 646 millones de euros más que en 2018.
Al contrario ocurre en Galicia, País Vasco o La Rioja, las autonomías más perjudicadas, en términos absolutos, por los Presupuestos anunciados para 2019. Galicia, por ejemplo, ingresará 182 millones de euros menos que el año pasado.
En términos porcentuales, son Navarra, Comunitat Valenciana y Catalunya las tres comunidades que más han visto aumentar su presupuesto con respecto al que recibieron en 2018: un 90%, 60% y 52%, respectivamente. En el extremo opuesto se sitúan La Rioja, Ceuta y Galicia, con una disminución de su presupuesto del 41%, 25% y 19%, respectivamente.
Un año más, el Fondo de Reserva de las pensiones, creado en el año 2000 con el objetivo de constituir reservas que permitieran atenuar los efectos de los ciclos económicos bajos, verá disminuir sus ahorros en 2019. Hace sólo tres meses el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, arremetía contra la gestión del gobierno de Rajoy por vaciar el 90% del fondo de pensiones durante su mandato, pero el Ejecutivo de Sánchez ha anunciado que prevé sacar del Fondo de Reserva casi 3.700 millones de euros. Esta retirada de fondos dejaría a la 'hucha de las pensiones' con 1.350 millones de euros, el mínimo desde 2001.