Los Presupuestos prevén aún 42.000 millones en deducciones fiscales que el Gobierno se ha comprometido a reducir
Poco se sabe por ahora de la futura reforma fiscal que el Gobierno prevé plantear el próximo año, una vez reciba el informe del comité de expertos que trabaja en las líneas básicas para conformar un nuevo sistema tributario en España. Sin embargo, sí se puede aventurar que uno de los objetivos será revisar todos aquellos beneficios fiscales (deducciones, exenciones, etc.) que reducen los ingresos del Estado y no cumplen con los objetivos que se marcaron inicialmente. Para el año 2022, la factura de estos beneficios ascenderá a 42.000 millones de euros, según figura en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado registrado en el Congreso.
El Gobierno se comprometió con Bruselas en el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia con el que se solicitaron los fondos europeos a analizar una quincena de estos beneficios porque “distorsionan la progresividad y la redistribución”. “Se plantea la realización de una revisión exhaustiva de los beneficios fiscales existentes con el fin de verificar si cumplen los objetivos para los que fueron aprobados y si el coste que suponen, en términos de merma recaudatoria, resulta justificado”, apuntaba el documento que se envió a las autoridades comunitarias.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, volvió a dirigir la mirada en la presentación de los Presupuestos hacia una futura reforma del Impuesto sobre Sociedades enfocada en reducir las exenciones y reducciones que se han ido implantando en el pasado. “El impuesto de Sociedades ahora está aportando la mitad del rendimiento que aportaba hace años, hay que analizar las bonificaciones, exenciones, que hacen que sea un queso de gruyere que se comporte de una manera no progresiva”, añadió, apuntando a la política fiscal del PP.
El Ejecutivo se fijó como guía para revisar los beneficios fiscales el 'Spending Review' de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, un informe presentado en 2020 que analizaba el uso de determinadas deducciones y beneficios fiscales y concluía que algunos eran regresivos y no cumplían con su objetivo inicial. Recientemente la presidenta del órgano que fiscaliza las cuentas públicas, Cristina Herrero, retomó este asunto y apuntó que la futura reforma fiscal debe ir más encaminada en revisar estos beneficios fiscales que a crear nuevos tributos o elevar los que ya existen. “Si se limita a eso no se explica por qué se ha tardado tantos años en abordar la reforma fiscal”, apuntó Herrero.
Esto no quiere decir que se vayan a eliminar por completo, muchos de ellos tienen funciones redistributivas o buscan distintos objetivos que pueden cumplirse. Tanto Hacienda como la Airef han puesto la mirada en aquellos que no se adecúan a los objetivos que se marcaron. Con ello, el plan es que el sistema tributario español alcance un mayor nivel de eficiencia y se acerque a los datos de otros países de la UE, una de las tareas pendientes contenidas en el Plan de Recuperación.
Los mayores beneficios, en el IVA
Los 41.939 millones de euros —un 9,7% más que lo previsto para 2021— que el Gobierno ha incluido en el Presupuesto de Beneficios Fiscales de 2022 cuantifican, únicamente, los que dependen del Estado. La cifra sería ampliamente más alta si se sumaran los datos de las comunidades autónomas y ayuntamientos, que tienen capacidad para aplicar deducciones y bonificaciones en los distintos tributos sobre los que tienen competencias. Por ponerlo en el contexto, el Estado prevé en 2022 una recaudación tributaria de 232.000 millones de euros.
El impuesto que contiene los mayores beneficios fiscales presupuestados para el próximo año es el IVA. Acumula 22.400 millones de euros, más de la mitad del total. Se consideran para este cálculo beneficios fiscales los productos que se encuentra a tipo reducido (10%), siendo el principal apartado con más de 9.600 millones, superreducido (4%) o las exenciones. Algunas de estas reducciones tienen claros objetivos sociales, como los bienes de primera necesidad, y sobre otros existen debates abiertos para reducirlos todavía más, como en el caso de los productos de higiene femenina. Sin embargo, la Airef concluyó en el informe que sirve de referencia al Gobierno para estudiar las distintas bonificaciones fiscales que los tipos reducidos benefician más a las rentas más altas, porque consumen más y criticaba que España tiene una catalogación demasiado amplia respecto a otros países de los productos bonificados con tipos reducidos. Por ello, abogaba por una revisión “paulatina” y compensarlo cuando hiciera falta con políticas de gasto. Una primera medida planteada por la Airef, que ya se aprobó en los presupuestos de 2021, fue la subida del IVA de las bebidas azucaradas.
El IVA, que está presupuestado que el próximo año recaude 75.000 millones de euros siendo su récord histórico, es una de las tareas pendientes que tiene España para acercarse a la presión fiscal de la Unión Europea. El peso de estos ingresos sobre el PIB, el 6,5%, sitúa a España en el puesto 23 de los 27 países de la UE y por debajo del 7,2% de media.
Otra gran partida de beneficios fiscales es la que se refiere al IRPF. Suponen 11.220 millones de euros para el próximo año, frente a una recaudación esperada que superará por primera vez en la historia los 100.000 millones de euros. En la declaración de la renta la deducción que resta más ingresos al Estado es el de las familias numerosas, que suponen 1.885 millones de euros. Otras medidas como las exenciones por pensiones de invalidez o las deducciones por maternidad también suponen más de 1.000 millones anuales. La reducción por tributación conjunta, puesta en duda por la Airef y que provocó un pequeño incendio en el Gobierno cuando se envió el plan a Bruselas, alcanza los 964 millones.
Los incentivos por inversión de vivienda habitual, la reducción por rendimientos del trabajo, o la de aportaciones a los planes privados de pensiones son otros de los principales beneficios fiscales que operan en materia de renta. Este último punto ha sido otro de los incentivos fiscales que se han ido reduciendo. En 2021 se redujo de 8.000 a 2.000 euros el dinero que se podía invertir —y por tanto reducir en el IRPF— en un plan privado individual al año, y en 2022 se reducirá de nuevo a 1.500 euros. Si bien, parte de este beneficio fiscal se redirigirá a los planes vinculados al empleo, la alternativa complementaria a la pensión pública que quiere incentivar el Gobierno. En total son una veintena de beneficios fiscales los que operan en el ámbito del IRPF.
El tercero de los grandes tributos es el de Sociedades, que grava los resultados de las empresas. El Presupuesto estima en 5.600 millones de euros los beneficios fiscales. La más importante de estas partidas son todas aquellas que producen ajustes a la base imponible de las empresas, que supone algo más de 1.000 millones de euros. Las deducciones por inversión en I+D+i suman otros 891 millones. Otra partida importante es la que afecta a aquellas sociedades que tienen una tributación menor que el régimen general. Es el caso de las socimis, cuyos beneficios fiscales 'cuestan' al Estado 235 millones, o los 565 millones que dejan de pagar las sociedades de inversión, como las sicav.
El impuesto de Sociedades contiene la mayor novedad fiscal de este año, la inclusión del tipo mínimo al 15%. Sin embargo, este cambio normativo ha quedado descafeinado y apenas aportará 50 millones en 2022, siendo su principal impacto en 2023. Montero reconoció en la presentación de los Presupuestos que era un “retoque” y que la reforma de este impuesto debía ser “más ambiciosa”, señalando al debate internacional abierto en torno a este tributo. Montero apuntó, precisamente a las deducciones que permiten que la recaudación por Sociedades no sea la que debería ni la que llegó a tener en los años previos a la crisis financiera.
Los beneficios fiscales crecen con la recuperación
Los presupuestos de beneficios fiscales de 2022 proyectan que los aplicados al IVA aumentarán en más de 1.800 millones de euros durante el próximo año en relación con lo previsto para 2021, especialmente por el tipo reducido del 10%. Este crecimiento aparece justificado en el detalle de los Presupuestos por la mejora de la actividad económica, que impulsa el consumo. A ello se suman otros factores como los efectos que se mantienen por la reducción del IVA de las mascarillas quirúrgicas o en el de la electricidad, cambios que se han presentado como coyunturales.
El incremento más destacado se produce en los beneficios en el Impuesto sobre Sociedades. Se disparan un 51% respecto a lo presupuestado para 2021. El informe de los Presupuestos lo achaca al incremento en los beneficios para las sociedades de inversión, que tuvieron un año mejor que el que se produjo en 2020, o el incremento de los resultados de las empresas por la mejora de la economía, que a su vez provoca que se incrementen los beneficios fiscales a los que se pueden acoger. Pese a que en los presupuestos de 2021 se empezó a gravar con un 15% el resultado no repartido por las socimis, este beneficio también se dispara en 2022.
El IRPF es el campo donde se mantiene más estable para 2022 la previsión de beneficios fiscales, con un crecimiento de apenas el 1,7%. Únicamente destacan las deducciones por familia numerosa, que crecen en 220 millones, o las referidas a los rendimientos del trabajo, que crecen en una cifra similar.
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