Hay acuerdo en un momento histórico en el que todas las economías del planeta están sufriendo las consecuencias de una crisis sanitaria sin precedentes en un siglo que ha llevado a grandes gastos en servicios públicos para hacerla frente. Por primera vez, se ha pactado que exista un impuesto mínimo global del 15% para evitar que las grandes empresas sorteen el pago de impuestos y, al tiempo, que algunos países como Holanda, Irlanda y Luxemburgo hagan dumping fiscal a sus socios. Es decir, que los paraísos fiscales no pueden tolerarse en un mundo globalizado. Los ministros de Finanzas del G7, reunidos en Londres, han logrado cerrar el acuerdo y lo han dejado rematado para la cumbre del próximo fin de semana en Cornualles (Reino Unido), donde los líderes de las principales economías del mundo (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, y la UE como invitada) podrán ratificar un acuerdo sin precedentes.
El Chancellor of the Exchequer, el ministro de Finanzas británico y anfitrión del encuentro, Rishi Sunak, ha afirmado: “Hemos llegado a un acuerdo histórico sobre la reforma fiscal global que requerirá que los gigantes tecnológicos multinacionales paguen su parte justa de impuestos en el Reino Unido. Las firmas mundiales más grandes, con márgenes de beneficio de al menos el 10%, estarán dentro del alcance de la medida, con el 20% de beneficio por encima del margen del 10% sujeto a impuestos en los países donde tengan ventas”.
Según Sunak, “el G7 también ha acordado que al menos el 15% del impuesto mínimo de sociedades global operado país por país, creando un campo de juego más equilibrado para las empresas del Reino Unido y tomando medidas enérgicas contra la elusión fiscal. El acuerdo se discutirá ahora con más detalle en la cumbre del G20 en junio”.
“¡Lo conseguimos!”, ha afirmado el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire: “Después de 4 años de lucha, se ha alcanzado un acuerdo histórico con los Estados miembros del G7 sobre impuestos mínimos a las empresas y gigantes digitales. ¡Francia puede estar orgullosa!”
Quien ha echado algo agua fría en el acuerdo ha sido el Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Irlanda, uno de los principales países que practican el dumping fiscal en la UE: “Tomo nota de la posición de los ministros del G7. Hay que ver ahora los debates en la OCDE. Hay 139 países en la mesa, y cualquier acuerdo deberá satisfacer las necesidades de los países pequeños y grandes, desarrollados y en desarrollo”.
Por contra, el ministro alemán, Olaf Scholz, también ha hablado de “acuerdo histórico”. La decisión del G7 “sobre impuestos internacionales justos es histórica. Nuestros intensos esfuerzos durante los últimos 3 años están dando sus frutos. Las siete naciones industrializadas más importantes han respaldado hoy un impuesto mínimo para las empresas”.
En la víspera de la reunión, los ministros de Finanzas de España, Italia, Francia y Alemania publicaron este viernes un artículo en The Guardian en el que empujaban para llegar a un acuerdo sobre un impuesto universal de sociedades ante la reunión de ministros de Finanzas del G7 de este viernes y sábado en Londres.
“Durante más de cuatro años, Francia, Alemania, Italia y España han estado trabajando juntos para crear un sistema fiscal internacional adecuado para el siglo XXI”, escriben los cuatro ministros en The Guardian: “Es una historia con muchos giros y vueltas. Ahora es el momento de llegar a un acuerdo. La introducción de este sistema tributario internacional más justo y eficiente ya era una prioridad antes de la actual crisis económica, y será aún más necesario al salir de ella”.
Y añaden: “Con la nueva administración estadounidense de Joe Biden ya no existe la amenaza de un veto sobre este nuevo sistema. La nueva propuesta de Estados Unidos sobre impuestos mínimos es un paso importante en la dirección de la idea inicialmente planteada por nuestros países y asumida por la OCDE. El compromiso de una tasa impositiva mínima efectiva de al menos el 15% es un comienzo prometedor. Por tanto, nos comprometemos a definir una posición común sobre un nuevo sistema fiscal internacional en la reunión de ministros de finanzas del G7 en Londres hoy [por este viernes]. Confiamos en que generará el impulso necesario para alcanzar un acuerdo global en el G20 en Venecia en julio. Está a nuestro alcance”.
La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, quien inicialmente puso sobre la mesa una tasa del 21%, ha defendido la del 15%, punto de encuentro con sus colegas europeos. Y ha celebrado el acuerdo.
El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, por su parte, ya había adelantado que la propuesta estadounidense de consensuar un impuesto mínimo global para las corporaciones de, al menos, el 15% “podría ser un buen compromiso”, en una rueda de prensa con el titular alemán de Finanzas, Olaf Scholz, quien lo calificó como “gran progreso”. En todo caso Le Maire ha insistido en que la cuestión “clave” es lograr un acuerdo global sobre un impuesto mínimo de sociedades y una tasa a las grandes empresas digitales durante la reunión de ministros de Finanzas del G20 que tendrá lugar el 9 y 10 de julio en Venecia (Italia).
El comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni, ha afirmado: “Hoy hemos dado un gran paso hacia un acuerdo global sin precedentes sobre la reforma del impuesto de sociedades. Ha sido una reunión muy positiva que nos ha permitido tender puentes sobre cuestiones cruciales. Las posibilidades de un acuerdo global han aumentado significativamente. Ahora debemos dar el último paso para expandir este consenso a todos los miembros del G20 y a todos los países involucrados en el marco de la OCDE. La Comisión Europea contribuirá activamente a estos debates para garantizar que logremos un acuerdo ambicioso en julio”.
Lo que esperamos en relación con la fiscalidad universal es tener una buena discusión en estos días y avanzar. Por supuesto, el acuerdo debe ser global, tenemos 139 países involucrados. En la próxima reunión del G20 será posible llegar a un acuerdo. Estamos trabajando a nivel de la OCDE para reasignar los derechos impositivos para los gigantes, incluidos los digitales, y creo que vamos por muy buen camino. Por supuesto, las discusiones continuarán sobre los detalles, sobre los modelos para implementar esta idea... Tenemos claramente ganadores de esta pandemia y cuando discutimos el futuro de la economía mundial después de la pandemia es bastante justo tener una propuesta sobre los impuestos a estos gigantes“.
“En los últimos meses esta discusión se ha acelerado debido a las propuestas de la nueva administración estadounidense”, ha reconocido Gentiloni: “Están muy comprometidos y son constructivos y, en general, creo que la contribución estadounidense a la recuperación mundial, con sus propios paquetes de estímulo, será crucial. Estoy bastante seguro de que este estímulo a la economía estadounidense tendrá efectos positivos en la economía europea y en otros lugares”.
Así, se estrecha el cerco a las empresas que sortean pagar impuestos y los países que se benefician de ello, con el coste de que sus vecinos recauden menos dinero que puede ser invertido en sectores tan necesarios como la sanidad pública en tiempos de pandemia. Los países están perdiendo más de 358.000 millones de euros en impuestos no recaudados cada año debido al abuso de las rebajas a las contribuciones empresariales y a la evasión de impuestos privados. Según la organización Tax Justice, lo que dejan de ingresar los países es el equivalente a casi 34 millones de salarios anuales de enfermeras, o el salario anual de una enfermera cada segundo.
Las cinco jurisdicciones más responsables de las pérdidas fiscales, según la investigación, son: el territorio británico de Caimán (responsable del 16,5% de las pérdidas fiscales globales, equivalente a más de 58.700 millones); el Reino Unido (10%; más de 35.800 millones); los Países Bajos (8,5% ; más de 30.200 millones); Luxemburgo (6,5%; más de 22.600 millones) y Estados Unidos (5,53%; más de 19.300 millones).
Alex Cobham, de Tax Justice, ha reaccionado al acuerdo con reservas: “El G7 ha alcanzado un acuerdo sobre un impuesto internacional. Es un gran acuerdo, pero no es suficiente: han decidido finalmente trasladar el sistema fiscal internacional al siglo XXI, pero solo lo suficiente para beneficiarse descaradamente a sí mismos, dejando atrás al resto del mundo”.
Gabriel Zucman, profesor de Berkeley y director del nuevo Tax Observatory de la Unión Europea explicaba las claves del acuerdo en un hilo de twitter.
“El elemento más importante del acuerdo es el impuesto mínimo del 15%. Esto no significa que todos los países deban aumentar su tasa de impuestos corporativos al 15%, sino que que los beneficios de las multinacionales estarán sujetos a una tasa efectiva mínima del 15%. Por ejemplo, si una multinacional alemana tiene beneficios en Irlanda gravados a una tasa efectiva del 5%, Alemania ahora podrá cobrar un impuesto adicional del 10% para llegar a una tasa del 15%, lo mismo que los beneficios registrados por las multinacionales alemanas en Bermudas, Singapur, etc. Y el resto de países harán lo mismo. Esto cambia las reglas del juego porque reduce drásticamente los incentivos para que las empresas multinacionales registren beneficios en paraísos fiscales, eliminando así los incentivos para que los paraísos fiscales ofrezcan tipos impositivos bajos”.
Zucman, además, explica que “el segundo componente del acuerdo es un cambio en la forma en que se asignan las ganancias entre países. Para una serie de grandes empresas, algunas ganancias se asignarán a los países donde se realizan las ventas. En jerga técnica, esto se llama distribución del formulario basada en las ventas. El reparto de ventas se ha implementado durante mucho tiempo a nivel subnacional. Así es como la mayoría de los estados de EEUU, como California, gravan los beneficios empresariales, por lo que tiene sentido hacerlo a nivel internacional o supranacional”.