-Iberia cinco nueve tres, abandone pista por su derecha y directo al parking, buenas tardes.
-Por la derecha y al parking, muchas gracias, cinco nueve tres.
-American two zero four nine, wind calm, clear for take off on runway zero-seven.
- Clear for take off, american two zero four nine…
Estos podrían ser unos segundos de frecuencia en banda aérea entre una torre de control y dos vuelos que llegan y salen de un aeropuerto español, en los que se usa de modo indiferente castellano e inglés en las comunicaciones, según la lengua que hable el interlocutor: si la compañía es española y la tripulación también, los controladores darán instrucciones a los pilotos en su lengua común. Si la tripulación es de otro país, se usa el inglés y si las instrucciones a una tripulación española pueden afectar de algún modo a la operativa de un avión extranjero que esté en la zona, se usa también el inglés para evitar confusiones.
Eso se viene haciendo desde siempre, pues el español es lengua oficial de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) desde la fundación de esa institución en 1944 junto al inglés y el francés. A estas tres se le unió el ruso en los años 70 y más recientemente el chino y el árabe.
Recientemente, la Agencia Española de Seguridad Aérea, AESA, se puso en contacto con las compañías aéreas del país para solicitar su ayuda en una tarea: impulsar el inglés como única lengua en las comunicaciones entre los aviones, los centros de control y las torres de los aeropuertos.
Este ente, dependiente del Ministerio de Fomento, está preparando ya un cambio legislativo por el que sea el inglés el único idioma permitido en las comunicaciones. La imposición no ha gustado nada al sector, que se ha unido en bloque contra esta iniciativa que no tiene precedentes en el mundo y mucho menos en un país cuya lengua es una de las seis oficiales y admitidas por la OACI.
eldiario.es ha contactado con diferentes profesionales aéreos que se verían afectados directamente por la que sería esta norma. La consideran innecesaria: “Obviamente no vamos a dejar de hablar inglés cuando sea necesario. Siempre que salimos de nuestras fronteras lo hacemos, pero ¿por qué aquí también? ¿A quién interesa que no podamos hablar en español si no hay problema alguno entre aviadores y controladores?”, comenta un piloto de Vueling.
Una controladora del centro de Gran Canaria también está sorprendida: “No tiene ninguna razón de ser. Es bueno y mucho más dinámico que hablemos en nuestro propio idioma entre profesionales en tierra y en el aire. Todo se soluciona mucho más rápido por más bilingües o políglotas que seamos. Hay que recordar que en la frecuencia también están atentos otros colectivos de tierra, que no están obligado a a tener un alto nivel de inglés, a los que también les interesa saber qué es lo que ocurre con los tráficos”.
“Obviamente, todo lo que pueda afectar a un avión cuya tripulación no entienda el español lo anunciaremos en inglés, aunque sea meramente a título informativo para que estén enterados al 100% de lo que sucede”, afirma la controladora aérea.
Las principales asociaciones españolas de controladores aéreos y pilotos (AEP, APCAE, APROCTA, COPAC, SEPLA y USCA) han redactado una carta conjunta dirigida a la directora de la AESA y al director general de Aviación Civil en la que muestran su disconformidad.
En la carta se puede leer textualmente: “La prohibición del uso del español en las comunicaciones aeronáuticas puede reducir la conciencia situacional de las tripulaciones y controladores aéreos españoles cuando no se encuentre involucrada una aeronave extranjera, pudiendo disminuir por tanto los niveles de seguridad operacional”. Ni los controladores ni los pilotos tienen nada en contra del inglés como lengua común del sector, pero su uso tendría que realizarse únicamente cuando haya involucrada una aeronave extranjera cuya tripulación no conozca el idioma español, tal y como recomienda la OACI. Para ambos colectivos, no tiene sentido usar el inglés cuando únicamente hay tripulaciones españolas en el espacio aéreo, porque con ello cabe la posibilidad de que genere problemas de seguridad aérea hasta ahora inexistentes.
“Lo que queremos es que se nos escuche, que trabajemos conjuntamente y que no se nos impongan las cosas de modo unilateral. Quienes mejor sabemos qué es lo más conveniente en el aire somos precisamente quienes estamos trabajando en el todos los días, desde un avión, una torre de cualquier aeropuerto o un centro de control aéreo. Nuestra Administración no puede jugar a ser la pionera en hacer algo que aparentemente nadie le ha pedido”, indica un controlador aéreo que trabaja en Barcelona.
Las compañías aéreas no se han pronunciado por el momento. Tampoco las autoridades aeronáuticas españolas han querido aclarar nada más sobre esta iniciativa y siguen en su campaña de solicitud de apoyo a las aerolíneas para implantar el inglés como único idioma oficial. La presión de la UE para la implantación del cielo único europeo y la insistencia de algunas compañías extranjeras con gran peso en España también podrían estar detrás de esta decisión para borrar el castellano en los cielos de España.