Cuando a finales de febrero estalló la guerra en Ucrania, el mundo económico se echó a temblar. Todavía en proceso de salida de la pandemia, la incertidumbre acechaba de nuevo con un escenario muy complejo a nivel internacional, una contienda a las puertas de Europa con una potencia mundial involucrada de la talla de Rusia. Las consecuencias no tardaron, con una crisis energética que agudizó los precios ya al alza hasta dispararlos a niveles récord en décadas. En este contexto, en España ha sorprendido un factor de estabilidad desconocido: el empleo. En el último año se han superado los niveles históricos de empleo, hasta superar los 20,3 millones de trabajadores afiliados, y se ha creado casi medio millón de puestos de trabajo.
La fotografía final de 2022, de 471.000 trabajadores más y 268.000 parados menos, se ha alcanzado pese a la desaceleración económica del segundo semestre del año y a que en diciembre se frenó la creación de empleo. Aun así, el resultado no se ha alejado mucho del empuje del mercado laboral en años previos a la pandemia, periodos de crecimiento económico y sin una crisis como la actual. Cifras que han sorprendido incluso a los más optimistas.
“El balance del año completo es excelente tanto en términos de creación de empleo como de caída de paro teniendo en cuenta el entorno macro en el que estamos”, afirma Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics. El paro se ha reducido por su parte hasta los 2,8 millones de personas, niveles mínimos desde hace 15 años, antes de la crisis financiera. “Es indudable que el mercado laboral sigue siendo una de las sorpresas más positivas durante este ciclo económico post pandemia”, añade.
Fortaleza desconocida hasta la fecha
Se habla de “sorpresa” porque, desde que estalló la guerra en febrero, mes tras mes se esperaba el pinchazo en el empleo. Y no sin razón: la incertidumbre era muy elevada y la “hiperreacción” del mercado de trabajo español y su “volatilidad” en estos contextos eran la tónica general hasta la fecha, como recordaba este martes el secretario de Empleo, Joaquín Pérez Rey.
El mercado laboral español, con hasta ahora una enorme bolsa de empleados temporales, expulsaba de manera rápida a miles de personas al paro de manera masiva ante situaciones de dificultad e incertidumbre económica. Un reflejo claro lo encontramos en el inicio de la pandemia, con la destrucción de casi un millón de empleos en dos semanas. Pero también en la pasada crisis financiera.
La llamada Gran Recesión supuso una enorme destrucción de empleos, que se alargó en el tiempo y que luego fue muy difícil recuperar. Salvando las distancias en sus causas y contextos, la pandemia también supuso una debacle en el mercado de trabajo, pero destacó por dos motivos: que la rápida implementación de los ERTE redujo la sangría de puestos de trabajo y la recuperación de los empleos fue mucho más temprana, como muestra el siguiente gráfico.
En 2021, aún con la COVID afectando a la actividad económica, el empleo repuntó con fuerza. El año pasado, y aquí es donde más ha sorprendido el mercado de trabajo, continuó el empuje de la afiliación hasta alcanzar máximos históricos “pese a la que está cayendo”, reiteran desde los sindicatos CCOO y UGT. La propia patronal CEOE destaca que 2022 “confirma una mayor resiliencia del mercado laboral”.
Además, se han beneficiado más colectivos precarios laboralmente, como los jóvenes, y también las mujeres, que han cerrado el año con un nuevo máximo histórico de trabajadoras, de 9.559.179 afiliadas de media a la Seguridad Social.
Causas de la buena marcha del empleo
Los agentes sociales y el Gobierno señalan a la reforma laboral pactada en el diálogo social, que ha reducido como nunca antes el empleo temporal hasta el mínimo del 15%, como uno de los motivos de esta novedosa resistencia del mercado de trabajo.
Este es otro de los elementos más destacados de 2022: se ha creado empleo, pero además, más estable. En el primer año de la reforma laboral se ha producido un auge sin precedentes del empleo indefinido, en alrededor de dos millones de personas afiliadas más, mientras se han perdido otros tantos empleados temporales. A menos temporalidad, menos “vaivenes” en el empleo ante las crisis, valoró el 'número dos' de Yolanda Díaz este martes.
La mayoría de especialistas en el mercado laboral piden más tiempo para medir las consecuencias de la reforma. “Creo que es pronto para decir esto, se necesitan estudios en profundidad y más sesudos. Hay buenos indicios y pistas, pero no se puede achacar solo a la reforma laboral el buen estado del mercado de trabajo”, considera el estadístico Raül Segarra.
No obstante, este experto sí observa algunos cambios en los patrones de contratación, que puedan estar variando las estadísticas. “Ya pasó en verano, con un junio muy bueno y un julio peor, y ahora noviembre ha sido también muy bueno y diciembre, peor. Hay que ir viendo”, explica el estadístico. En gabinetes de estudios como Funcas y Caixabank Research valoran que “a raíz de la reforma laboral se puede estar produciendo un cambio en el patrón estacional del mercado laboral”.
Hay también otros elementos de gran importancia, como el mejor estado financiero de las empresas y las familias tras los ERTE y otras ayudas para “proteger rentas” en la crisis de la pandemia y la de inflación, recuerda Raül Segarra. Es destacable que aunque la crisis de inflación ha afectado a la economía, las empresas han incrementado sus márgenes y beneficios, como ha constatado el Banco de España.
El regulador bancario ha estimado también un efecto positivo colateral de la reforma laboral: el aumento en 3.000 millones del consumo por la conversión de temporales en fijos. La fortaleza del mercado de trabajo en este año también se destaca como uno de los factores más determinantes para que España confirme un crecimiento económico cercano al 5% en 2022 y sustenta también las previsiones de PIB para 2023, en las que nuestro país liderará el crecimiento de la eurozona.
Si se atiende la evolución del empleo por territorios, así como según el sector de actividad, se observa un buen comportamiento general en 2022, pero en el que destaca el gran empuje de turismo tras la pandemia. El pasado año ha sido el año de la inflación, pero también de la recuperación de este sector clave en España, del que dependen muchos puestos de trabajo.
Además, en el Ministerio de la Seguridad Social reiteran otra novedad de la recuperación laboral post pandemia, el alza del empleo en actividades de “mayor valor añadido”, como I+D+i, informática y consultoría, entre otras. En los sindicatos han reclamado tener más en cuenta para 2023 la industria, otro sector clave para mejorar el tejido productivo español y que suele tener mejores condicionales laborales.
Freno en diciembre, ¿y en 2023?
El cierre del año ha quedado algo deslucido por los datos de diciembre, de freno en el empleo. “No es un buen mes, pero es un solo mes”, subraya Raül Segarra, que recuerda que las previsiones de empleo del Gobierno y otros organismos para 2023 contemplan que “el empleo siga creciendo, pero cada vez menos”.
“Entrar en destrucción de ocupación no entra en ninguna de las previsiones”, subraya el estadístico. El Gobierno contempla en sus Presupuestos que a finales de 2023 haya casi 21 millones de ocupados y que la tasa de paro se sitúe por debajo del 12%.
Estando en el máximo histórico de trabajadores y en mínimos de paro en los últimos 15 años, una de las incógnitas de 2023 pasa por hasta dónde puede aumentar la afiliación y reducirse el desempleo. Este último deja a España entre los países peor parados de la UE. “Con los datos de empleo y de paro actuales, sí parece que estamos cerca de lo que serían los límites estructurales históricos de la economía española”, valora Ángel Talavera.
Por su parte, la economista Inmaculada Cebrián López, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, destaca que habrá que “esperar para analizar en profundidad el cambio de tendencia de la contratación y si los contratos que se están firmando nos ayudan a tener la tan ansiada estabilidad laboral que llevamos buscando tanto tiempo, sin tener que renunciar a nada más, por ejemplo, el tiempo de trabajo o los salarios”.