“Rápido, invierte en esa tal Signal”: la pequeña empresa que aumentó su valor un 11.700% por llamarse igual que la app de mensajería

La aplicación de mensajería encriptada Signal lleva una semana siendo la más descargada en teléfonos Android. Para los iPhone, está en el segundo lugar. Su porcentaje de descargas ha aumentado más de un 4.000% respecto a la semana anterior. El principal motivo es el cambio en las políticas de privacidad de WhatsApp y el anuncio de que Facebook podrá utilizar los datos de sus usuarios no europeos con fines publicitarios.

En ese mismo período, la empresa Signal Advance, que fabrica dispositivos médicos, ha llegado a aumentar su cotización bursátil un 11.700% y alcanzado un valor de 300 millones de dólares, 293 millones más que unos días antes. La app Signal y Signal Advance no tienen ninguna relación entre ellas. Pero sí, estos dos sucesos están conectados.

Esa conexión recibe el nombre de Elon Musk. El 7 de enero, Musk, cofundador de Paypal y fundador de Tesla, SpaceX, Hyperloop o Neuralink, el mismo Musk al que Forbes acaba de confirmar como la persona más rica del mundo gracias al aumento del valor de sus acciones en esas empresas, tuiteó dos palabras a sus 42 millones de seguidores: “Usad Signal”.

Musk no se ha vuelto a referir al tema, pero todo hace indicar que la Signal a la que se refería era la app, cuyo sistema de mensajería está considerado como uno de los más seguros y privados del mundo. Para desgracia de los brokers de bolsa, uno de los motivos de ello es que está constituida como fundación sin ánimo de lucro y sobrevive a partir de subvenciones, ya que no se lucra con los datos personales de los usuarios. Solo Signal Advance cotiza en bolsa.

Esta situación, unida a la falta de contexto en la recomendación de Musk, provocó una tremenda burbuja y el error fatal de muchos inversores, que hicieron que lloviera dinero sobre las oficinas de la pequeña empresa con sede en Rosharon, en el estado de Texas. Al fin y al cabo había piezas que encajaban: Signal Advance pertenece al sector de la tecnología, el mismo que ha encumbrado a Musk; produce dispositivos médicos y estamos en medio de una pandemia.

El viernes 8 de enero la tierra se empezó a mover en Rosharon, con el precio de sus acciones multiplicándose por 12 en una sola jornada, desde 0,6 dólares hasta los 7,1, lo que ya era su récord absoluto. Pero la locura total llegó el lunes, cuando la subida llegó a ser del 1.170% con el valor de la acción superando los 70 dólares.

A los inversores se les estaba pasando por alto que la indignación por los cambios en las políticas de WhatsApp habían impulsado una oleada de descargas de aplicaciones alternativas. Principalmente, Signal y Telegram.

La situación obligó a la empresa publicar un comunicado recordando que Signal Advance no forma parte de la misma empresa que la app de mensajería Signal y para aclarar que en Rosharon no saben nada de Elon Musk. “Las dos entidades no tienen ninguna relación entre ellas y el Sr. Musk no es, hasta donde nosotros sabemos, un inversor de Signal Advance”, declaró su presidente: “Felicitamos a Signal por su éxito”.

En el tiempo que quedaba hasta el cierre del parqué del lunes, Signal Advance perdió la mitad de su valor, bajando a los 38 dólares por acción. El gran trastazo llegó el martes y el miércoles, cuando cayó hasta los 8 dólares. Este jueves, sin embargo, la empresa ha logrado de alguna forma contener su caída y ha vuelto a subir hasta los 11 dólares, que es un 3.000% más que antes de que Musk empezará a teclear las dos palabras que desataron la burbuja.

A Zoom le pasó lo mismo

Este tipo de situaciones no le son ajenas a Musk. La mayoría de empresas que ha creado después de vender Paypal, especialmente The Boring Company (que desarrolla una especie de túneles bajo las ciudades para que los Tesla se muevan más rápido por ellas), han recibido críticas por tener un valor en bolsa más impulsado por la reputación del magnate que por su potencial de llegar a ser sostenibles y dar beneficios alguna vez.

No obstante, Signal Advance no es la primera vez que los brokers se equivocan diametralmente de empresa a la hora de invertir en una herramienta tecnológica. En marzo, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) tuvo que suspender la cotización de la empresa china Zoom Technologies ante la preocupación de que los inversores la estuvieran confundiendo con la aplicación de videollamadas que tuvo un gran auge en los primeros meses de la pandemia.

La compañía china llevaba sin comunicar ninguna información a la SEC desde 2015, pero cotizaba en el país norteamericano como 'ZOOM', mientras que Zoom Video Communications, gestora de la herramienta de videollamadas, lo hace como 'ZM'.