La primera subasta de espectro radioeléctrico de 5G, cuyo plazo para presentar ofertas acabó el 29 de junio, puede no llevarse a cabo en los plazos inicialmente previstos. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estudia la petición recibida de la patronal de las pequeñas empresas de telecomunicaciones, Aotec, para que el organismo recurriera el proceso y que, por tanto, se suspendiera.
Esta primera subasta se refiere al espectro entre los 3,6 y 3,8 GHz, una adjudicación que estaba diseñada para que las operadoras iniciaran las pruebas y el desarrollo de la tecnología 5G, que todavía se encuentra en sus fases más tempranas. El proceso fue diseñado por el anterior Gobierno en el Plan Nacional del 5G y daba como plazo hasta el pasado 29 de junio para que las compañías interesada presentaran sus ofertas.
Sin embargo, días antes de que se produjera esta primera fase de la subasta, la Asociación Nacional de Operadores Locales de Telecomunicaciones (Aotec) denunció ante la CNMC el proceso y pidió al supervisor que interviniera para que se suspendiera cautelarmente la adjudicación.
En concreto, la asociación solicitaba a la CNMC que presentara un recurso contencioso administrativo ante la Audiencia Nacional al considerar que el diseño de la subasta incumple con las leyes de libre establecimiento y de fomento de la competencia, al dejar fuera a cualquiera que no fuera una gran empresa.
Ahora, fuentes del organismo señalan que se está estudiando si finalmente se asume dicha petición y se recurre el proceso de esta primera adjudicación de 5G. Reconocen, eso sí, que se trataría de un recurso complejo al aludir a una ley, la de unidad de mercado, cuya aplicación está siendo “complicada”. Avanzan que la decisión final se tomará esta misma semana.
Y es que los plazos corren y los tiempos son estrechos. Los pliegos de la primera subasta apuntaban que antes del día 13 de julio, es decir este viernes, se tendría que concluir el estudio de las ofertas presentadas por las operadoras y decidir si cumplen o no con los requisitos marcados para presentarse. Posteriormente, a finales de mes, se realizaría el reparto.
Si bien no es la adjudicación principal de espectro para 5G, cuya subasta se producirá en el espectro 700 GHz y no se producirá será en junio de 2020, las operadoras precisaban de esta para desarrollar sus pruebas y experiencias piloto para tener lista la tecnología de cara a su desembarco comercial dentro de dos años. Por ello, fuentes del sector señalan que la suspensión de esta primera subasta sería un nuevo retraso para su desarrollo en España, ya que otros países como Reino Unido o Alemania ya han realizado subastas.
La nueva generación de telecomunicaciones supone un aumento importante de la velocidad de navegación, así como el despegue definitivo de tecnologías como el internet de las cosas o la conducción autónoma.
Sin embargo, aunque las grandes operadoras confían en un desarrollo dentro de los planes y plazos trazados en el citado plan nacional, las pequeñas consideran que el diseño de esta primera subasta contiene barreras de entrada y, por tanto, problemas de competencia, por lo que no debería llevarse a cabo en los términos actuales.
En concreto, Aotec considera que la ley impide la entrada a las empresas que no hayan alcanzado en algunos de los tres últimos ejercicios una facturación de 90 millones de euros o que no hayan invertido más de 42 millones en servicios y redes de telecomunicaciones. La petición de la patronal señalaba también que las exigencias de solvencia técnica tampoco tenía sentido, debido a que al tratarse de una tecnología nueva y que “está por definir”, es “lógico” pensar que la experiencia previa por parte de los operadores es “escasa o nula”.
La llegada del 5G está llamada a transformar las telecomunicaciones. Sin embargo, en estos dos años tienen que cambiar todavía muchos aspectos. Además de esta primera subasta cuyo resultado debería saberse en verano, la segunda adjudicación provocará que las operadoras de televisión realicen cambios. El espectro de 700 MHz, donde se fijará el 5G, está ocupado en la actualidad por la TDT, que perderá un 30% de su espacio radioeléctrico, lo que obligará a cambios en las antenas y resintonización en los hogares, como ya ocurrió con la llegada del 4G.