Nuevos frentes para reducir la brecha de género tras la jubilación. La propuesta del Gobierno de cierre de la reforma de pensiones, acordada este jueves por los socios de la coalición, prevé medidas más favorables para las mujeres, ya sean específicas como la cobertura de sus vacíos de cotización, o que impactan más en ellas, como la mejora de las pensiones más bajas. El resultado, explican fuentes de la negociación, se prevé que permita reducir la gran distancia entre las prestaciones que cobran hombres y mujeres, que supera el 30%.
La pensión media de los hombres, teniendo en cuenta todo el sistema contributivo (jubilación, incapacidad, viudedad...), alcanza los 1.439 euros al mes, mientras que la de las mujeres se sitúa en 966 euros mensuales. Es decir, de media las prestaciones de los hombres son un 33% superiores a las de las mujeres. Además, ellas son más entre las pensiones asistenciales, no contributivas, para personas que no han cotizado el mínimo suficiente.
La brecha de género en las pensiones se trata del último escalón de una larga lista de desigualdades a lo largo de la vida laboral de hombres y mujeres. Afecta la brecha salarial, que las mujeres cobren menos que los hombres, pero también su menor integración en el mercado de trabajo, la mayor incidencia del paro, de las jornadas a tiempo parcial y de las interrupciones en la carrera laboral para asumir tareas de cuidados familiares, entre otras.
Así, para solventar la gran distancia entre las pensiones de hombres y mujeres es clave actuar sobre las causas de todas estas brechas, pero también se pueden tomar medidas para amortiguarla desde el propio sistema de prestaciones, como exigían los sindicatos y socios del Gobierno. Lo primero es fundamental, pero sus efectos requieren de tiempo, mientras que lo segundo pretende resarcir las desigualdades ya vividas y que dejan a las mujeres con pensiones más ajustadas al final de su vida.
Mejor cobertura de los “vacíos” de cotización
Las mujeres asumen más tareas de cuidados de los hijos y los mayores y por ello ven más interrumpidas sus carreras laborales. Ante esta situación, hay medidas para aminorar el impacto de estos “vacíos” o “lagunas” mediante una cobertura por parte del sistema de Seguridad Social.
Esta “cobertura de lagunas” se amplía para las mujeres en la propuesta del Gobierno, cuya negociación ha liderado el ministro José Luis Escrivá. Se seguirá cubriendo el 100% de la base mínima los primeros 48 meses (que suman cuatro años) y el 50% a partir del mes 49. Pero en el caso de las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, el Gobierno plantea cubrir el 100% de la base mínima entre el mes de vacío 49 y el 60 (es decir, hasta el quinto año) y el 80% de la base mínima desde el mes 61 y hasta el 84 (siete años).
Los sindicatos mayoritarios han celebrado que se aborden en esta última fase de la reforma medidas contra la brecha de género, como pedían, pero han avisado de que plantearán algunos cambios. Por ejemplo, CCOO y UGT plantearán “mejorar la fórmula de integración de lagunas para que incluya a la totalidad de las personas trabajadoras”, no solo a las mujeres asalariadas, “sabiendo que beneficiará principalmente a las mujeres en dos de cada tres casos, pero sin excluir a los hombres con carreras igualmente precarias”.
Complemento contra la brecha de género
Otra de las medidas específicas contra la desigualdad de las pensiones de hombres y mujeres pasa por el complemento contra la brecha de género, antes complemento de maternidad de las pensiones invalidado por la justicia. Este reconoce un plus a los trabajadores por haber tenido hijos y, al decaer en el progenitor con más incidencia de la maternidad/paternidad en sus empleos, suelen percibirlo principalmente mujeres.
El pasado mes lo recibieron casi 432.000 pensiones, “de las que un 92% son mujeres (397.721)”, según las cifras de la Seguridad Social. El importe medio de este complemento en la pensión es de 66 euros mensuales, que los sindicatos exigían aumentar.
El acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos en pensiones recoge un aumento de “un 10%, adicional a la revalorización anual” en los próximos dos años, 2024 y 2025, pero CCOO y UGT han explicado que pedirán también una mejora en este punto.
Aumento de pensiones mínimas y no contributivas
Por último, hay otra medida clave pensada para las personas más precarias, pero que indice especialmente en las mujeres. Se trata del aumento comprometido en la reforma para las pensiones mínimas contributivas y las pensiones no contributivas, las más bajas del sistema, para los próximos años.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha destacado el impacto de género de esta medida, aunque se dirija a hombres y a mujeres, al igual que ocurre con las alzas del salario mínimo, al ser ellas mayoría entre las remuneraciones y pensiones más bajas. Socios de investidura del Gobierno, como ERC y EH Bildu, han puesto mucho énfasis en este aumento.
El planteamiento del Ejecutivo es diseñar una senda de incrementos en los próximos años, como se hizo con el salario mínimo. Las pensiones mínimas contributivas alcanzarán “el 60% de la renta mediana” correspondiente a un hogar con dos adultos en 2027 con aumentos progresivos desde el próximo año, 2024.
Para las pensiones no contributivas, destinada a personas sin el mínimo cotizado para una pensión, la meta se sitúa en alcanzar “el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal”, también en el 2027. Estas pensiones son relevantes en otro ámbito, el ingreso mínimo vital, ya que su subida es la referencia para el alza anual de la renta mínima estatal. Los sindicatos mayoritarios y algunos socios de investidura han afirmado este viernes que intentarán también ampliar estos horizontes.