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La rentabilidad del negocio de venta de luz de Endesa en el mercado libre bate récords hasta septiembre

Antonio M. Vélez

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En plena escalada de la luz, la rentabilidad del negocio liberalizado de electricidad de Endesa (generación y comercialización de electricidad) ha disparado todos los récords entre enero y septiembre de este año, según la información remitida por la eléctrica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La compañía anunció este martes un aumento del beneficio neto del 13% en los nueve primeros meses del año, hasta 1.651 millones de euros, tras disparar su facturación un 72%, hasta 24.620 millones, mientras sus costes variables crecieron un 75,7%, hasta casi 18.000 millones.

La empresa atribuye ese incremento del beneficio a la venta de su negocio de movilidad eléctrica a su matriz, la italiana Enel. Su resultado ordinario (excluyendo ventas de activos) fue prácticamente plano, al crecer apenas un 1%, hasta 1.469 millones, pese a que los márgenes de sus negocios liberalizados (generación y comercialización) se dispararon, con lo que el beneficio operativo (Ebitda) de esa actividad creció un 38% interanual, hasta 2.340 millones.

El negocio liberalizado de electricidad tiene márgenes muy superiores al regulado, en el que ese margen comercial lo determina la Administración. Y la rentabilidad del negocio liberalizado de Endesa se ha situado este año en el nivel más alto desde que empezó a desglosar este dato en 2009. Esa magnitud se mide a través del margen unitario eléctrico liberalizado: diferencia entre el coste unitario de generar cada megavatio hora (MWh) en el mercado libre y lo que se ingresa por venderlo.

Ese valor se ha situado en el tercer trimestre de 2022 en la cifra récord de 38 euros/MWh, con un crecimiento también récord de casi el 35% en un año. Esos 38 euros están un 53% por encima de la media de la última década reportada por Endesa para el periodo enero-septiembre, de algo menos de 25 euros/MWh.

Hasta ahora, la cifra más elevada para ese periodo eran los 33,2 euros/MWh de 2020. Entonces, el estallido de la pandemia y la gran reclusión propiciaron un hundimiento del denominado pool que disparó la rentabilidad del negocio liberalizado de la eléctrica, ya que los contratos que tenía firmados contemplaban precios muy superiores a los del mercado diario.

El fuerte incremento de esa magnitud en 2022 se ha producido en un contexto muy diferente, con el mercado mayorista eléctrico pulverizando récords por la subida exponencial del gas provocada por la guerra en Ucrania, que se ha traducido en un precio medio de más de 185 euros/MWh en el periodo enero-septiembre. Y con Endesa batiendo su récord de clientes en el mercado libre, en un escenario de continua reducción del número de suministros en la tarifa regulada, el precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC), directamente expuesto a los vaivenes del pool.

Y a más clientes y ventas de electricidad en el mercado libre, más margen para las empresas. En septiembre, Endesa tenía ya solo 3,8 millones de clientes en PVPC, un 17% menos que un año antes, mientras que en libre tenía 6,8 millones, 200.000 más que en junio y una cifra récord. Desde que la electricidad empezó a dispararse en junio de 2021, la filial de Enel ha sumado 1,2 millones de clientes de luz en mercado libre y ha perdido 800.000 en regulado. Hasta septiembre, Endesa vendió 66,7 TWh en el segmento liberalizado, un 1% más, y 9,6 TWh en el regulado, un 20% menos que un año antes.

Endesa destacó que el crecimiento del margen bruto de los negocios liberalizados le ha permitido compensar el descenso en el resultado de la actividad regulada de distribución, afectada principalmente por la actualización de la remuneración del periodo 2017-2019, reliquidaciones negativas de ejercicios anteriores y un alza de los costes fijos de 56 millones. En total, el Ebitda del negocio de redes cayó un 21%, hasta 1.132 millones.

El margen unitario de Endesa también se ha disparado en el mercado liberalizado de gas, que incluye tanto sus operaciones en el mercado mayorista y minorista como las centrales de ciclo combinado, que han impulsado su aportación en los últimos meses a causa de la sequía. En este caso, el margen se ha cuadruplicado, hasta 3,7 euros/MWh, por debajo de los 4 euros que llegó a alcanzar a septiembre de 2020.

En el mercado gasista, Endesa tenía a septiembre 1,775 millones de clientes. De ellos, 1,538 millones estaban en el regulado, mucho más atractivo para los consumidores gracias a las ayudas públicas del gobierno a la Tarifa de Último Recurso (TUR), recientemente ampliada a las comunidades de vecinos, lo que ha provocado un aluvión de peticiones y un atasco que investiga la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Reclamación millonaria

El informe de resultados remitido a la CNMV refleja que Endesa tiene abierta una reclamación multimillonaria con una compañía productora de gas natural licuado (GNL) a la que no identifica. “En el curso de un arbitraje de revisión del precio de un contrato de aprovisionamiento a largo plazo” iniciado por la propia Endesa, la otra parte “ha presentado una demanda reconvencional solicitando un pago de aproximadamente 1.000 millones de dólares estadounidenses”, unos 992 millones de euros al cambio actual.

Ese importe “podría ser objeto de revisión en función de la evolución del mercado en los próximos meses y hasta la conclusión del arbitraje, el cual se espera que ocurra en el segundo trimestre de 2023”. Endesa considera la reclamación “infundada y extemporánea, y sus asesores legales externos opinan que la probabilidad de que la misma sea estimada es remota”.

La compañía ha cifrado en unos 400 millones el impacto del impuesto extraordinario que plantea el Gobierno a los beneficios extraordinarios de las energéticas, según indicó a los analistas su consejero delegado, José Bogas. El ejecutivo afirmó que, incluso incluyendo “con prudencia” ese importe por el impuesto, Endesa alcanzaría su objetivo de un beneficio ordinario neto de 1.800 millones para 2022.

El tributo que actualmente tramitan las Cortes gravaría el 1,2% de los ingresos brutos de los grandes grupos del sector durante 2023 y 2024 con referencia a los ingresos de 2022 y 2023. Bogas subrayó que este impuesto “va en contra del espíritu” de la Unión Europea, que plantea gravar únicamente los beneficios extraordinarios de las empresas del sector del petróleo, el gas, el carbón y la refinería, y que no habla de impuestos sobre los ingresos, sino respecto a los beneficios.

Además, recordó que el año pasado la contribución tributaria del grupo superó los 3.000 millones, siendo “uno de los cinco mayores contribuyentes del país”.