Mayo de 2022. Apenas han pasado dos meses del inicio de la invasión de Rusia contra Ucrania. En las salas de los multicines CinemaxX de la berlinesa y céntrica Postdammer Platz se exhibe una película de Marvel. Antes del inicio del film, entre los anuncios, hay una publicidad de una empresa que no es ni de refrescos, ni de helados ni nada parecido. Es un anuncio de una campaña de Rheinmetall, la gran empresa fabricante de armas.
En dicho mensaje publicitario se animaba a los espectadores a considerar esta gran firma en su futuro profesional. El negocio de Rheinmetall, una compañía con unos 25.000 trabajadores en todo el mundo, está en expansión. La guerra rusa contra Ucrania, que ha servido para que Alemania tome conciencia de que necesita mejorar el estado de revista de su Ejército, constituye un horizonte prometedor para Rheinmetall.
En 2022, la empresa contrató a 3.000 personas suplementarias respecto al año anterior. A buen seguro, fueron útiles anuncios como el proyectado en los CinemaxX. Solo en 2022 la empresa recibió 72.000 solicitudes de empleo. En 2023, la compañía crecerá en otros 3.000 trabajadores, según los números que presentaba recientemente en sus páginas económicas el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Dicho periódico, como cualquiera que se haya acercado a la empresa con sede en Düsseldorf, que tiene como presidente a Armin Papperger, de 60 años, ha notado las crecidas expectativas de futuro inmediato de la compañía. “Espero que 2023 sea el mejor año de la historia de la empresa en lo que a la firma de contratos se refiere”, ha dejado dicho el propio Papperger.
Su firma registró un volumen de negocio en 2022 de 6.400 millones de euros, un considerable 13% más que en 2021. Desde el pasado 20 de marzo, Rheinmetall forma parte del índice bursátil teutón DAX, que recoge a las principales empresas de Alemania.
Rheinmetall no es la única empresa fabricante de armas de Alemania, pero sí que es uno de los actores más destacados de una industria multimillonaria. Las ventas de armas alemanas en todo el mundo han convertido al país del canciller Scholz en uno de los primeros fabricantes a nivel global, solo por detrás de países como Estados Unidos, Rusia, Francia y China. Según los datos del portal alemán de estadística Statista, Rheinmetall y compañía representan un 4,5% de las ventas del total del mercado armamentístico mundial, donde lideran Estados Unidos (38,8%), Rusia (18,6%) y Francia (10,7%).
“Rheinmetall es una empresa de defensa clave, no solo es una de las grandes empresas en Alemania, también lo es de Europa”, recuerda a elDiario.es Rafael Loss, experto para cuestiones de seguridad y defensa en Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), un think tank europeísta.
Rheinmetall produce, por ejemplo, el arma principal de los tanques Leopard, esos de los que tanto se habló a nivel internacional antes de que Alemania decidiera dar su visto bueno para la exportación y re-exportación a Ucrania. La empresa bávara Krauss-Maffei Wegmann (KMW) es la principal productora de estos carros de combate.
Los vehículos de combate para la infantería Marder, de los que cuarenta unidades llegaban a principios de esta semana a Ucrania junto con los primeros dieciocho Leopards germanos, también son un producto Rheinmetall. En su amplia gama de productos figuran igualmente piezas de artillería autopropulsadas, munición casi de todo tipo además de soluciones tecnológicas de aplicación militar.
Adquisición de la española Expal Systems para producir más munición
En uno de sus muchos y recientes esfuerzos en la ampliación de capacidades para la producción de armas, la firma teutona adquirió a finales del año pasado la empresa española Expal Systems. El acuerdo de adquisición era inicialmente estimado en unos 1.200 millones de euros, según el valor que se atribuía a la compañía con sede en Madrid. “Con la compra de la española Expal Systems, Rheinmetall amplía su capacidad anual de producción a 450.000 proyectiles”, han explicado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. En España, la compañía cuenta además con dos plantas de fabricación de componentes de motor en Vizcaya: Pierburg y Ms Motorservice Aftermarket Ibérica.
Tales son las ganas por crecer en Rheinmetall que una de las ideas de Papperger, el presidente de la empresa, es la de levantar una fábrica de tanques en territorio ucraniano. Allí quisiera ver Papperger, llegado el caso, fabricarse los Panther, un tanque último modelo de Rheinmetall.
“Es una idea excéntrica, pero es que si uno es el vendedor exclusivo de un sistema de defensa, entonces los beneficios se multiplican”, plantea Loss desde la oficina berlinesa del ECFR. A diferencia de los Leopard, los muy modernos Panther los fabrica sólo Rheinmetall.
Según Loss, intenciones como la de levantar una fábrica de armas pesadas en un país en guerra dan cuenta de la voluntad de Papperger de ser protagonista en la industria alemana.
“Él está posicionando a la empresa a nivel de Alemania, pero también a nivel europeo y a nivel mundial, jugando sus cartas de un modo muy diferente al resto, pues el resto de empresas son más cautas y reacias a la hora de realizar promesas así. Papperger es alguien diferente, muy visible en el debate público, algo que no buscan los otros líderes empresariales del sector”, explica Loss. De este carácter del que habla Loss da cuenta, también, el lema que tiene estos días la empresa de Düsseldorf: “Asumiendo responsabilidades en un mundo cambiante”.
A la expectativa de lo que quiera Scholz
La idea de levantar una fábrica de tanques alemanes en Ucrania tendrá, ante todo, que ser valorada por un Gobierno alemán que no se ha caracterizado por actuar con celeridad cuando se trata de tomar decisiones de ayuda militar a Ucrania. De hecho, pese a que días después de que comenzara la ilegal invasión rusa contra Ucrania Scholz prometió en el Bundestag que el país crearía un fondo para gastar 100.000 millones de euros con los que poner al día al Ejército germano, el Ejecutivo ha anunciado muy poco gasto de ese dinero.
Sí han dicho en el Gobierno que de ese fondo saldrá el dinero para comprar helicópteros militares y modernos aviones F-35 de fabricación estadounidense. Parte de ese encargo, dadas las muchas ramificaciones en el sector de Rheinmetall, repercutirá en la empresa de Düsseldorf. Partes de ese avión que fabrica la compañía estadounidense Lockheed Martin saldrán de Rheinmetall.
El propio Papperger envió un listado al Gobierno de Scholz con material militar que podría proveer Rheinmetall valorado en 42.000 millones de euros. Pero su empresa, como el resto, aún tienen que esperar a que Scholz tome una determinación. Como un elemento acelerador en ese proceso de toma de decisiones del canciller en materia de seguridad y defensa se ha percibido la acción del también socialdemócrata Boris Pistorius. Él sustituyó a Christine Lambrecht a principios de año al frente del Ministerio de Defensa.
“Tengo mucha confianza en el ministro Pistorius”, ha señalado Papperger a cuenta del responsable de Defensa de Alemania en unas declaraciones recogidas por el semanario Die Zeit. Confianza en la buena marcha del negocio de Rheinmetall también tienen los mercados. Basta observar que, desde principios de 2022, las acciones de la firma germana han crecido un 200%. A finales de esta semana, el título de Rheinmetall se pagaba a casi 275 euros. A principios de febrero, una acción de la empresa costaba poco más de 90 euros.