La aerolínea de bajo coste Ryanair y los sindicatos USO y Sitcpla, que representan a los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP), se han reunido en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (Sima) para intentar llegar a un acuerdo que frene la huelga anunciada para los días 1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 29 de septiembre.
Los mediadores Jose Prieto (por parte de la empresa) y Alberto Oliet (por parte de los sindicatos) han atendido en primer lugar a la compañía y posteriormente a los sindicatos. Tras más de 3 horas de reuniones se ha anunciado que la huelga se mantiene.
Desde Sitcpla creen que el cierre de las plantas de Las Palmas y Tenerife Sur -previsto para el 8 de enero- y Girona puede afectar a 350 TCP y 200 pilotos. “Si la compañía no cede en ese empeño la huelga continuará”, comentan. El consejero delegado de la compañía, Michael O'Leary, anunció a principios de agosto que sobra gente en la compañía, en concreto 500 pilotos y 400 asistentes de vuelo, y predijo que se verán obligados a acometer despidos. De momento, no han anunciado el cierre de forma oficial, pero los sindicatos aseguran que los trabajadores ya han sido informados de forma interna.
Los beneficios de Ryanair en su último ejercicio fiscal (hasta el 31 de marzo) fueron de 1.020 millones de euros, un 29% menos que en el periodo anterior. Unos datos que para Jairo Gonzalo, secretario de organización de USO, hacen incomprensible el cierre de plantas. “Ninguna aerolínea cierra con estos beneficios. Hay una legislación laboral que tienen que cumplir, para convocar el ERE tienen que ofrecer datos a las autoridades”, afirma. De momento, solo se han puesto en contacto con los sindicatos la consejería de turismo del gobierno de Canarias. “Temen el perjuicio que puede acarrear a la conectividad de la isla”, comenta Gonzalo.
Por el territorio canario se mueven 5.200 turistas diariose que a partir del 8 de enero con el servicio de 9 aviones menos en la base de Tenerife y 3 en la base de Gran Canaria. “Si van a sacar los aviones de canarias, nosotros estamos dispuestos a irnos donde los reubiquen, sabemos lo que significa trabajar en la aviación. Sin embargo, nos echan, y creemos que nos están intentando sustituir por las filiales”, afirman.
Los argumentos de Ryanair para justificar el cierre de bases se basa en el aumento del coste del combustible, del gasto en personal, de la incertidumbre generada por el Brexit y de la demora en la entrega de los 30 Boeing 737 MAX previstos para este verano. “Están excusándose con que no llegan los aviones encargados y estamos viendo como esos aviones se van a las filiales de Ryanair: Laudamotion, Malta Air y Ryanair Sun”, comenta Gonzalo, para quién las intenciones de la compañía son echar a los trabajadores con más antigüedad para contratar a nuevas personas a través de sus filiales con peores condiciones laborales.