La zona euro “ya no se plantea” una posible salida de Grecia de la moneda única, aseguró hoy el presidente de Francia, François Hollande, quien defendió que los esfuerzos de Atenas deben permitirle obtener pronto el tramo de ayuda europea aún pendiente.
“Ahora la cuestión de la presencia de Grecia en la zona euro es algo que ya no se plantea”, indicó Hollande en conferencia de prensa al término del Consejo Europeo celebrado en Bruselas.
Según el presidente francés, el Gobierno de coalición liderado por Andonis Samarás -con quien hoy mantuvo una reunión bilateral al igual que hizo la canciller alemana, Angela Merkel,- ha cumplido sus compromisos.
“Quiero que ahora se decida rápidamente que los fondos previstos puedan ser desbloqueados en las próximas semanas tras el informe de la troika” (CE, BCE, FMI), señaló Hollande.
El equipo formado por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio por concluida su misión en Grecia el pasado miércoles tras haber pactado la mayoría de las medidas que el Gobierno debe implementar para recibir el próximo tramo de ayuda, de 31.000 millones de euros.
A la espera de la decisión definitiva sobre ese desembolso que deberán tomar los ministros de Finanzas de la zona euro, los líderes de la Unión Europea (UE) ya han dado su respaldo a Samarás por su determinación a la hora de acometer reformas y tratar de cuadrar las cuentas públicas.
En este sentido, Hollande anunció que viajará a Atenas para demostrar el compromiso de Francia con Grecia y su continuidad en el euro.
Según el presidente francés, permanecer en la moneda única será “una garantía” para Grecia, “a pesar de todas las dificultades y el sufrimiento del pueblo” en los últimos años.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, por su parte, no fue tan rotunda como el jefe del Elíseo, pero aseguró que Grecia va por el “buen camino”.
“Mi evaluación de la situación de Grecia depende de la opinión de la troika. Esperaré al informe”, dijo la canciller alemana.
Merkel recordó que lo primero es que Atenas haga los deberes y recordó que “el tiempo apremia”, pues queda poco tiempo para mediados de noviembre, cuando Grecia necesita una inyección de efectivo para poder hacer frente a sus pagos.