El euríbor asesta un segundo golpe a los hipotecados a tipo de interés variable que actualizan el coste de sus préstamos en agosto. El índice respecto al que se calculan las cuotas mensuales ha cerrado julio en el 4,15%, un máximo no visto desde 2008. Hace un año, el euríbor rozaba el 1%, tras la primera subida del 'precio' oficial del dinero del Banco Central Europeo (BCE) [del 0% al 0,5%] para luchar contra la inflación. Entonces, sumó 100 euros a la cuota media de los hipotecados en España. Ahora, la encarece otros 250 euros.
En cifras anuales, los hipotecados sufrieron un encarecimiento de 1.200 euros al año en agosto 2022. Nueve aumentos consecutivos de los tipos de interés del BCE después [hasta el 4,25%], suman otros 3.000 euros para los próximos 12 meses. Hay que tener en cuenta que el euríbor cerró julio de 2021 en negativo, cerca del -0,5%. Y que estos cálculos se realizan para un hipoteca promedio de 150.000 euros, a 25 años, con cuotas mensuales cuyo coste depende de un diferencial de un 1 punto sobre el índice de las hipotecas, y que se revisan de año en año.
El euríbor se ha disparado algo más de 4,5 puntos en apenas dos años, en la mayor escalada de su historia (como se observa en el gráfico), al trasladar el agresivo ciclo de incrementos de los tipos de interés oficiales del BCE, y con la amenaza de que continúe elevándolos.
La estrategia de la institución que preside Christine Lagarde pasa por ahogar a a las familias y a la economía en general, también a las empresas y los estados, endureciendo el acceso a financiación. Este política tiene especial impacto en el mercado hipotecario de España, donde las familias con hipotecas a tipos de interés variable, que se actualizan según el euríbor, alcanzan el 75% del total.
La paradoja es que en nuestro país las subidas de precios se han moderado cerca del 2% (el objetivo de inflación del propio BCE) gracias a las medidas del Gobierno. Mientras que en Alemania, donde la mayoría (un 80%) de hogares endeudados lo están a tipo fijo, que no se revisan anualmente, la inflación sigue disparada, en el 6,5%, según los datos adelantados de julio que se han conocido estos días.
La banca es la gran ganadora
Las principales perdedoras del endurecimiento de la política monetaria del BCE son las familias europeas. Sobre todo, las más vulnerables por el riesgo de recesión. Y directamente las hipotecadas a tipo de interés variable, que dependen de las actualizaciones de sus cuotas según el euríbor, o las que necesitan actualmente un préstamo, que lo van a encontar mucho más caro que hace un año y muchísimo más que hace dos.
Por supuesto, los ganadores son los bancos. Los españoles han presentado ya sus resultados el primer semestre con fuertes incrementos de sus márgenes de intereses, lo que ganan por prestar dinero, y manteniendo las comisiones. “El margen de intereses aumentó un 15% [en el primer semestre de 2023, frente al mismo periodo del año pasado] por el crecimiento de la actividad y la sensibilidad positiva del balance a la subida de tipos de interés en Europa”, admite Santander en sus cuentas.
“Los ingresos del negocio bancario (margen de intereses + comisiones netas) son un 19,4% más en términos interanuales, y en este mismo período [primer semestre] el margen de intereses crece un 29,2%”, explica Sabadell en su informe de resultados. “El reprecio de la cartera de préstamos [...] más que compensó los mayores costes de financiación”, comenta Unicaja. El crecimiento para Bankinter ha sido del 60,5%. Mientras, el Banco de España insiste en visibilizar las ayudas vigentes para los hipotecados.
Y la paradoja es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) avisó esta semana del riesgo de que se repitan los sustos bancarios de marzo, debido a que los balances de las entidades financieras, pese a que ganan más, son vulnerables a los últimos movimientos de los bancos centrales por las grandes carteras de deuda que han acumulado en los últimos, y cuyo valor ha caído en picado ahora. Y están expuestos al contagio.
Este mismo domingo, se produjo la quinta quiebra bancaria en Estados Unidos, con la caída del Heartland Tri-State Bank. Desde marzo, han tenido que ser rescatados también Silvergate, Silicon Valley, Signature y First Republic. Y Credit Suisse en Suiza.