El 24 de noviembre, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra de Empleo, Fátima Báñez convocaron a los agentes sociales a una reunión para inaugurar el diálogo social en la legislatura. Un día después, el 25 de noviembre, los líderes sindicales, Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez, anunciaban movilizaciones en diciembre en todo el país para responder a una oferta de diálogo llena de “límites” y exigir soluciones al desempleo, la pobreza, las pensiones o los bajos salarios. Esta semana se han celebrado hasta 60 manifestaciones que culminan este domingo con una marcha en el centro de Madrid.
Los sindicatos buscan impulsar el diálogo para que se escuchen sus reivindicaciones y quieren engrasarlo con la movilización social. En palabras del secretario general de UGT, Pepe Álvarez, impulsar una movilización para que tanto el Gobierno como los grupos parlamentarios “sientan en el cogote” el aliento de la gente. Se trata de tomar el pulso a la calle después de un largo periodo de parón en el que las centrales se han dedicado a hacer revisiones internas, aprovechando también la interinidad del Ejecutivo.
El actual clima de negociación parlamentaria ha animado a los sindicatos a retomar la presión social para ejercer de nuevo influencia en el Ejecutivo, visiblemente más sensible a abrirse al diálogo, por lo pronto con los partidos políticos.
Bajo el lema 'Las personas y sus derechos lo primero, defiéndelos', los sindicatos quieren poner sobre la mesa sus reivindicaciones, como exigir más y mejor empleo, salarios “dignos”, pensiones “suficientes y sostenibles”, y una renta mínima contra la pobreza y la desigualdad.
CCOO y UGT han advertido de que estas movilizaciones no serán las últimas si el Ejecutivo no da espacio al diálogo social en esta legislatura o si el resultado del mismo no satisface los objetivos
“Estamos en un proceso de movilizaciones creciente y estoy seguro de que el Gobierno, más pronto que tarde, llegará a la conclusión de que la negociación no es una foto ni un paripé y se sentará a negociar. Si de verdad queremos que este proceso tenga efectos positivos y pasemos del diálogo a la negociación y de la negociación al acuerdo los agentes sociales tenemos un papel muy importante. Si no tenemos ninguna posibilidad de incidir en algunos temas, sólo nos queda la calle”, ha dicho estos días Álvarez.
Para el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, la primera reunión con el Gobierno sirvió para “comprobar” que hay “demasiadas restricciones” para que al menos una parte de sus propuestas salieran adelante a corto plazo. Solo unos días después de la reunión, el Ejecutivo pactó con el PSOE y a espaldas del diálogo social una subida del 8% del salario mínimo interprofesional para 2017, hasta 707 euros. La exigencia de los sindicatos es que llegue a los 800 el año próximo para alcanzar los mil euros a final de la legislatura.
“Ellos saben que es absolutamente compatible la negociación con la movilización social. Son instrumentos que están a nuestra disposición, pero no hemos modificado un ápice nuestra voluntad de negociación y acuerdo”, dijo Toxo.
Encuentro el martes
El próximo martes, la ministra de Empleo se reunirá de nuevo con sindicatos y patronal para hablar de pensiones, pero también para retomar los asuntos abordados en la última reunión en La Moncloa, como la asistencia a los parados de larga duración, según EFE.
En el encuentro se abordará principalmente la sostenibilidad de las pensiones y su revalorización, tras su análisis estos días en la comisión de seguimiento y evaluación del Pacto de Toledo, que se celebra en el Congreso.
Otros asuntos pendientes son la adopción de medidas urgentes para mejorar la calidad del empleo, la activación de los desempleados de larga duración y mejoras en el programa de garantía juvenil para paliar el paro entre los jóvenes.