Albirana Properties, una de las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi) del fondo buitre Blackstone en España, pronostica que los alquileres registrarán este año incrementos de precios por encima de los dos dígitos, aunque cree que “tenderán a ralentizarse” tras los fuertes aumentos del pasado ejercicio.
“La expectativa para 2019 es que las subidas continuarán, pero éstas tenderán a ralentizarse manteniendo incrementos en el entorno superior del 10%”, señala la socimi en el informe de gestión de sus últimas cuentas anuales, remitidas recientemente al mercado alternativo bursátil (MAB), donde cotiza.
A falta de un índice oficial de precios de los alquileres (el Banco de España ha reclamado esta semana “un indicador homogéneo” para medir su evolución), la firma señala que en 2018 los alquileres registraron “resultados interanuales positivos en todos los trimestres”, con subidas que cifra, respectivamente, en el 12,6%, el 15,6%, el 18,3% y el 9,8%, lo que equivale a una subida interanual promedio del 14%. Sus estimaciones, según fuentes del mercado, se basan en las conclusiones de un reciente estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona.
“En Madrid y Barcelona, la subida sostenida de precios se va desplazando hacia las primeras coronas y áreas metropolitanas que recogerán incrementos significativos en 2019”, según Albirana, que destaca que el alquiler es la “opción preferida para acceder a la vivienda” ya que dos tercios de los demandantes optan por esta opción.
Respecto a la compraventa de viviendas, la socimi del fondo estadounidense destaca que el ritmo “positivo” de las operaciones registradas durante 2018, que estima en 582.000 transacciones, un 9% más, “se mantendrá” en 2019, “apoyado en la mejora de las condiciones laborales con una disminución constante de la tasa de desempleo y un flujo positivo de llegada de inmigración atraída por esta creación de empleo”.
Casi 10.000 viviendas
La socimi, que concentra el 68% de sus ventas en la provincia de Barcelona, tiene inmuebles con un valor de mercado de 1.361 millones y cerró el pasado ejercicio con una cartera de 10.721 activos inmobiliarios, de los que 9.833 eran viviendas, lo que supone un aumento del 45% frente a las 4.482 de un año antes, tras la fusión de dos sociedades del fondo en España.
Con cero empleados (su gestión la lleva Anticipa Real Estate, gestora inmobiliaria del fondo), sus ventas se dispararon el año pasado un 110%, hasta 37,55 millones, mientras que sus pérdidas crecieron un 85%, hasta 31 millones. Para este año tampoco espera beneficios.
Albirana, que empezó a cotizar en el MAB en marzo de 2017, es la única socimi de Blackstone que recoge en sus cuentas previsiones sobre la evolución de los alquileres en España para el próximo año. Otra de las sociedades cotizadas del fondo, Fidere, señala en su informe de gestión que “el precio medio de los alquileres ha tenido una variación del 9,3% de variación anual a nivel nacional frente al 18,4% que se produjo en 2017”.
Fidere, la firma de Blackstone que en octubre de 2013 se quedó con 1.860 viviendas sociales vendidas por Ana Botella en un procedimiento por el que la exalcaldesa de Madrid fue condenada a finales del año pasado junto a su equipo por el Tribunal de Cuentas, tampoco cita la fuente de esos datos. Esas subidas se corresponden con los cálculos del portal inmobiliario idealista.
Ni Albirana, ni Fidere ni Testa (la mayor socimi española, también de Blackstone) se refieren en sus cuentas al impacto del último decreto de alquileres, ni a la posibilidad de un endurecimiento del ventajoso régimen fiscal de las socimis (no pagan impuesto de Sociedades), que llegaron a pactar PSOE y Unidos Podemos en su acuerdo presupuestario.
A falta de que otra socimi de Blackstone, Torbel, publique sus cuentas, el fondo, el mayor propietario de ladrillo del mundo, contaría con una cartera de viviendas para alquilar en España que a cierre del año pasado ya superaba holgadamente las 25.000 unidades, si se cuentan las cerca de 10.000 de Albirana, las más de 11.000 de Testa y las cerca de 5.000 de Fidere.
No obstante, en los últimos meses, el fondo ha llevado a cabo varias desinversiones de activos, después de que a finales del año pasado, su principal representante en España, Claudio Boada, amenazase al Gobierno con una caída de sus inversiones si el Ejecutivo llevaba a cabo su plan de Vivienda, que inicialmente incluía un posible control de los precios del alquiler por parte de los ayuntamientos. Finalmente, supuso un aumento de la duración de los contratos y límites en las fianzas, entre otras cosas.