Coco era el nombre que en España tuvo uno de los personajes más célebres de Barrio Sésamo. Enseñaba a los más pequeños las diferencias entre arriba y abajo; entre dentro y afuera, entre delante y detrás. Sin embargo, este apelativo ha ganado mucho protagonismo estos últimos días tras la caída de Credit Suisse. Además de ser un personaje televisivo infantil, es también el nombre de un tipo concreto de emisión de bonos de deuda de los bancos. Y lo que se ha puesto sobre la mesa es la diferencia entre si el inversor mantiene sus derechos o los pierde en caso de crisis financiera.
Pero ¿qué son los CoCos? Su nombre técnico es bonos contingentemente convertibles, de ahí su apelativo CoCos. Estos bonos, a grandes rasgos, se pueden entender de la siguiente manera. Son similares a una emisión de deuda normal realizada por un banco. Los emite en el mercado y ofrece un pago de intereses regular.
Sin embargo, tienen varias peculiaridades: mientras los bonos ordinarios suelen tener una vida fijada desde el principio, estos suelen no tenerla y son los bancos los que deciden cuándo los cancelan. Su principal diferencia es que si el banco experimenta dificultades financieras, los bonos que se han emitido mediante CoCos se convierten en acciones del banco automáticamente o se cancelan. De este modo, es un instrumento financiero cuya principal función es reforzar el capital del banco, especialmente en momentos de crisis. Es por ello habitual que se aluda a ellos como colchones anticrisis o como deuda híbrida. Esto último es por su combinación entre las características de ser bonos y acciones. Son obligaciones financieras para los bancos que suelen tener unos retornos elevados para los clientes. A cambio, estos asumen un mayor riesgo, ya que les puede llevar a perder todo en caso de colapso de la entidad.
Este tipo de emisiones de deuda están enfocadas principalmente a inversores especializados, aunque existen plataformas que permiten invertir en ellos a otros tipos de clientes. Suelen ser fondos de inversión que ven en estas emisiones una rentable manera de adquirir deuda de bancos, asumiendo los posibles riesgos ya que estos no siempre toman forma, salvo en casos como el del Credit Suisse.
Los CoCos tomaron forma tras la crisis de 2008. Hay que entenderlos como parte de algo más grande. Se constató entonces la necesidad de buscar maneras de reestructurar bancos en crisis sin que se realizaran grandes desembolsos en el presupuesto público. Se decidió que el nuevo modelo de resolución sería cubierto por los propios bancos y por los inversores, que asumirían las pérdidas de un banco en crisis.
Pero no todos los inversores afrontan estas pérdidas de igual manera. Está estipulado un orden sobre el cual se realizan estas resoluciones. Hasta ahora, se había establecido que son los accionistas los primeros que pierden el dinero. El valor de las acciones se reduce a cero para capitalizar el banco. Si se mantiene la necesidad de más ajustes, ya llega el turno de otros inversores, como los que son propietarios de los CoCos y otros modelos de deuda híbrida.
Un giro en el Credit Suisse
El caso de Credit Suisse ha sido distinto. Las autoridades suizas han situado como primeros damnificados a los propietarios de bonos como los CoCos. Los accionistas perderán la mayor parte de lo invertido, pero se van a repartir los 3.000 millones de euros que ronda el precio que se ha fijado para la compra por parte de UBS. Los propietarios de CoCos, no se llevarán nada. ¿Quiénes pierden su dinero? Los más damnificados son inversores como Pimco, con unos 800 millones; Invesco, con 370 millones, o Blackrock, con 113 millones. Son grandes fondos de inversión que se encuentran entre los mayores propietarios de los 17.000 millones de bonos que se han convertido en capital del banco.
A priori, no habría mayor problema. Gigantes de la inversión que pierden lo invertido en activos que conllevaban un riesgo sin que eso tenga un grave problema para la estabilidad de estos fondos. Sin embargo, el mensaje no fue bien recibido por el mercado. Esta operación les deja, en la jerarquía, por debajo de los accionistas. Es decir, tienen más riesgo del que se presumía.
Este tipo de bonos de deuda convertible emitida por los bancos es una de las más importantes vías de financiación que tienen las entidades para garantizar un capital para momentos de crisis. Según ha informado Financial Times, existe actualmente un mercado que ronda los 260.000 millones de dólares en CoCos. Si los inversores perciben que la operación tiene más riesgo, podrían responder con un aumento de los intereses que tendrían que pagar los bancos o restringir las inversiones en estos productos.
Esta situación provocó que el lunes, durante la mañana, los bancos europeos respondieran con caídas a la operación de UBS y Credit Suisse. Los inversores hicieron una lectura negativa de la jerarquía que trazaron las autoridades suizas y avanzaron un posible cierre del grifo de esta financiación, lo que lastraron a los bancos europeos. Algunos medios han apuntado a que esta decisión del país helvético se podría traducir en un importante ciclo de demandas judiciales por parte de estos inversores.
El nerviosismo llevó a un comunicado de los tres supervisores europeos: Banco Central Europeo, Autoridad Bancaria Europea y Junta Única de Resolución. Además de reivindicar que el sector bancario europeo es “resistente, con sólidos niveles de capital y liquidez”, dieron otro mensaje para calmar al mercado. El marco de resolución, aseguraba la nota, creado tras la crisis financiera estableció “el orden según el cual los accionistas y acreedores de un banco en problemas deben soportar las pérdidas”. “Los instrumentos de capital ordinario [acciones] son los primeros en absorber pérdidas, y solo después de su pleno uso se requeriría la amortización del capital de nivel uno adicional [como los CoCos]”, añadió en un breve comunicado. “Este enfoque se ha aplicado sistemáticamente en casos anteriores y seguirá guiando las acciones de la supervisión bancaria en las intervenciones de crisis”, zanjaron.
La Bolsa vuelve a sonreír
El mensaje de los supervisores europeos se tradujo en una mejor evolución para los bancos en Bolsa. Las entidades financieras pasaron de las caídas a cerrar en verde. Las subidas se prolongaron este martes en Bolsa. Los bancos españoles se anotaron todos subidas que rondaron el 5% y el Ibex tuvo su mejor sesión desde octubre.
Pese a la intervención de las autoridades europeas, algunos análisis dan por hecho que lo vivido en Credit Suisse va a provocar un mayor coste de los CoCos. S&P emitió este martes un informe en el que concluye que el hecho de que los bonistas de CoCos hayan perdido todo su dinero en Credit Suisse provocará que será más difícil y costoso para los bancos esta financiación. “Desde nuestro punto de vista, un mayor enfoque en el riesgo a la baja podría aumentar el coste de capital de los bancos y hacer que la nueva emisión de AT1 [otra denominación para los CoCos] sea más difícil y costosa”, advierte la agencia, para la que los inversores “nerviosos” se tomarán un tiempo para revisar sus percepciones de riesgo para bancos individuales y estructuras de instrumentos.
No obstante, S&P Global Ratings subraya que es posible que los resultados para estos instrumentos AT1 en otros países “no sigan automáticamente el patrón suizo” y recuerda que este lunes las autoridades de la UE y el Reino Unido destacaron que el capital común es inferior a los instrumentos AT1 en la jerarquía de acreedores en sus jurisdicciones.