Cuando Almudena consiguió su último empleo, tenía claro que una condición indispensable para ella era poder teletrabajar. Tener la opción de ejercer su puesto desde casa o a distancia al menos algún día a la semana para conciliar mejor su vida personal y profesional. “Que si un día me tienen que cambiar una tubería en casa, pueda decir: no voy a la oficina”, explica. La trabajadora, ahora especialista en experiencia de usuario en Reclamador.es, pertenece a un reducido número de empleados en España que ejerce esta manera de trabajar. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), un 95,4% de los asalariados asegura no trabajar ningún día desde su domicilio.
A pesar de que está aumentando, el teletrabajo en España sigue siendo prácticamente una anécdota. Es una manera de trabajar que, aunque no está desarrollada jurídicamente a nivel estatal, como señalan los profesores Manuel Loque Parra y Anna Ginès Fabrellas, cuenta con una definición social asentada: se entiende por teletrabajo aquel que se lleva a cabo fuera del centro de trabajo, desde el domicilio o algún otro lugar, y que generalmente implica la utilización de “las tecnologías de la información”, según recoge el Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo de 2002.
En la actualidad no hay una estadística oficial que mida el teletrabajo, pero la EPA suele utilizarse para intuir la magnitud de esta práctica. El INE pregunta a los encuestados por la frecuencia con la que trabajan desde su domicilio, tanto a los autónomos como a los asalariados. El caso de estos últimos, que trabajan por cuenta ajena, es más representativo de la implantación de esta fórmula en empresas y administraciones.
En 2017, un 95,4% de los asalariados aseguró no trabajar “ningún día” desde casa. Hace una década era un 97,3%. Cuando se indaga sobre aquellos que sí ejercen esta opción, se observa que 332.100 empleados (un 2,1% del total de asalariados) trabaja desde su domicilio “más de la mitad de los días que trabajó” y que 208.600 (un 1,3% de los asalariados) lo hace de manera “ocasional”. En total, solo un 3,4% de los empleados por cuenta ajena.
Josh es informático y también disfruta de esta opción. En una de las empresas en las que trabajó, Solera, le ofrecían la posibilidad de teletrabajar un día a la semana. “Lo usaba poco, un día cada dos semanas o uno al mes. Para alguna vez que tenía que recoger a los niños del cole o si había que estar en casa para hacer alguna gestión, porque viniera el del gas o así”, cuenta.
Aunque no le gusta mucho trabajar desde casa, “porque es más fácil convencer y expresar ideas cara a cara”, apunta Josh, reconoce que es una posibilidad muy útil para conciliar el trabajo con la vida personal. “La opción debería estar siempre ahí, demuestra también madurez por parte de la empresa, que no tiene que estar vigilando siempre a los trabajadores”, sostiene el informático.
La empresa de recursos humanos Adecco destacaba recientemente, tomando en consideración la información de la EPA, que la cifra de teletrabajadores había alcanzado su máximo histórico en España. Durante los primeros años de recuperación económica, en 2014 y 2015, su número se redujo –recordaba la compañía en un informe– lo que “llevó a pensar que el espacio ganado por el trabajo desde el hogar durante la crisis había sido más una medida de reducción de costes que un síntoma de cambio organizativo”. Sin embargo, en los dos últimos años ha vuelto a ascender, “y con más fuerza en 2017”.
Alberto Gavilán, responsable de Recursos Humanos de Adecco, admite que aun así España se encuentra muy lejos de otros países, “en EEUU, el 25% de los empleados trabaja desde casa”. En comparación con nuestros vecinos europeos, un 2,8% de los asalariados de la Unión Europea trabaja desde su domicilio frecuentemente, solo siete décimas más que en España. Aunque tras la media de la UE que proporciona Eurostat hay grandes diferencias. Los tres países que más teletrabajan de manera habitual desde casa superan por varios puntos a España: Luxemburgo (9,7%), Países Bajos (8,4%) y Finlandia (8,3%).
Con las cifras de asalariados que trabajan desde casa de manera “ocasional” España queda relegada a los países con menos adeptos, con su 1,3%. La media de la UE es del 8,4%, pero Suecia -el país de la Unión con más empleados en esta situación- se aleja mucho, con un 25,6%, seguida de los Países Bajos (21,8%) y Luxemburgo (20,2%).
Las barreras empresariales al teletrabajo
El responsable de Recursos Humanos de Adecco explica que esta fórmula tiene “barreras importantes todavía en España” para las empresas. En primer lugar, Alberto Gavilán destaca “la inversión en los medios que se necesitan para poder trabajar en remoto”, como por ejemplo los ordenadores y medidas de seguridad interna, para proteger información confidencial cuando el personal se conecta a distancia.
El segundo obstáculo es más técnico, indica Gavilán, ya que para poder teletrabajar en general se suele requerir que “los puestos tengan muy establecidas sus tareas y sus objetivos”, para poder rendir cuentas ante la empresa y que esta mida el rendimiento de sus empleados, “y no todos los puestos tienen tan claras estas funciones”.
En la actualidad, las compañías que más están apostando por esta opción son “del sector de la informática y de nuevas tecnologías donde está muy implantado”, añade el portavoz de Adecco, que señala que también es más común “en las compañías muy grandes, que les permite implantar esas políticas por turnos: algunos empleados trabajan desde casa y siempre garantizan que haya alguien presencial”.
Eduardo Fernández es un empresario que facilita la posibilidad de teletrabajar a sus empleados. “Ofrecemos trabajo desde casa / en remoto en días sueltos bajo petición, incluso con muy poca antelación. Para medios días y cosas puntuales (como ir al médico o salir antes para ir a recoger a hijos) ni siquiera es necesario pedirlo”, explica a eldiario.es. Su compañía (ShuttleCloud Technologies S.L.) cumple con el perfil de las nuevas tecnologías, pero es una pequeña empresa, que emplea a una veintena de personas.
El CEO y fundador de ShuttleCloud Technologies S.L. explica que hay varios empleados que se acogen a esta posibilidad: “Varias personas que trabajan siempre un día a la semana desde casa y hay dos que trabajan desde casa siempre y vienen a la oficina en días puntuales”. En este último caso, Fernández precisa que es necesario “un cierto nivel de madurez y gran responsabilidad para hacer funcionar bien el trabajo desde casa permanentemente”.
“Me dicen que no está bien visto”
Jordi García Viñas, director de Relaciones Laborales de la CEOE, considera que el teletrabajo “no es una reclamación generalizada ni una necesidad” en el mercado laboral español por el momento. Desde la patronal de empresarios precisan que muchas veces los trabajadores no quieren acogerse a esta opción de manera permanente, “porque se genera una desvinculación con la empresa” y los compañeros.
En la CEOE sí han detectado en cambio lo que se podría llamar una implantación intermedia: en algunas grandes empresas no hay asentada una política de teletrabajo como tal, pero hay “una mayor flexibilidad”, de manera que se pueden trabajar a distancia algunas horas ciertos días según las necesidades del trabajador y su puesto.
Cuando José (nombre ficticio) planteó la posibilidad de teletrabajar algún día, su empresa –una “gran multionalcional de la industria del automóvil”– se negó. “Me dijeron que no estaba bien visto”, explica el trabajador a este medio. Su intención era quedarse en su domicilio aquellos días en los que se pusiera su hijo enfermo, tuviera que llevarlo un momento al médico o debiera hacer alguna gestión administrativa personal. “Tenemos que asumir que para esas gestiones la vida trascurre de lunes a viernes. Si te permiten ir y luego trabajar desde casa es más fácil, porque es que al final tienes que mentir o quitarte días de vacaciones”, afirma.
Almudena reconoce que hay algunos puestos más favorables al trabajo a distancia o en remoto que otros, pero considera que hay muchas profesiones que podrían trabajar desde casa y las empresas en general son reticentes a considerarlo. “En Reclamador.es también teletrabajan los abogados, algunos días no pueden y es diferente su sistema al de los desarrolladores, pero tienen esa opción adaptada a sus circunstancias”, explica.
La trabajadora destaca que esta fórmula “aporta tranquilidad” al empleado: “Teletrabajar me permite como gallega, por ejemplo, ir a ver a mi familia un jueves y trabajar desde allí el viernes y el lunes”. Almudena subraya la necesidad de “romper con la imagen bohemia del teletrabajo”, como aquella posibilidad de los informáticos y personas que trabajan en startups mientras viajan por medio mundo, “es una opción que le facilita la vida a cualquiera”.